No es tan obvio, y como sabemos el ateismo lo niega rotundamente.
Pero claramente tenemos dos cuestiones diferentes que no hay que confundir, salvo que se quiera caer en una polémica, y es que una cosa es reconocer que detrás del funcionamiento de Universo hay un Arquitecto, y otra cosa muy distinta es asignarle a ese diseñador un nombre o una personalidad concreta y ello como resultado de la adopción de alguna ideología.