La Ley y los profetas no son todas las leyes del viejo testamento, pues Jesús abolió muchas de esas leyes. La Ley que Jesucristo no abolió es la verdadera Ley de Dios, que es la que Él mismo nos enseña en el Evangelio, porque Jesucristo mismo nos dice que ésta es la Ley y los profetas:

"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).

Como vemos, la Ley que Jesucristo no abolió es la verdadera Ley de Dios, que es la que Jesucristo mismo nos enseña en el Evangelio, porque Jesucristo mismo nos dice que "ésta es la ley y los profetas":