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Forista
Nuestra naturaleza, afectada del pecado, está propensa a criticar y censurar a los demás. A esto se refiere Cristo cuando nos prohíbe juzgar.
No habla contra "aquella facultad de discernir entre el bien y el mal, sin la cual el hombre se convierte en un pobre ingenuo, sino que reprueba el espíritu del que ve la mota en el ojo de su hermano, sólo ve faltas y errores, y halla defectos en todo".
De este modo, el que juzga ásperamente a los demás será juzgado con la misma sentencia con que él grava a su prójimo.
Entonces, ¿Estamos capacitados para juzgar a los demás o esta labor está restringida expresamente a Dios?