Yhwh: Habitante del sinai, dios de los cerros, dios de sangre.

[MIKJAEL]

YHWH: Habitante del Sinaí, dios de los cerros.

Se sabe que fue Moisés quien escribió el Pantateuco (cinco primeros Libros), de esta manera es este siervo de YHWH quien relata todo lo referente a la creación del mundo, la tentación en el Eden, el diluvio universal, la Torre de Babel, Sodoma y Gomorra, etc. Moisés escribe todo esto según la versión que le da su dios YHWH. Versión que da a conocer a los israelitas y a través de ellos al mundo entero, la cual permanece hasta nuestros días.

¿Pero será cierto lo que YHWH le refiere Moisés sobre el origen del mundo?, ¿De dónde aparece YHWH y como contacta a Moisés?, ¿Quién es esta entidad que por primera vez aparece y se presenta en el cerro Horeb?, ¿Es YHWH realmente Dios?. Veamos.

La Biblia relata que cierto día mientras Moisés pasteaba las ovejas de su suegro Jetró se alejó hacia el lado occidental, más allá del desierto hasta llegar al cerro Horeb (Sinaí) conocido como Monte de Dios.

“Y apacentando Moisés las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas más allá del desierto y llegó a Horeb, monte de Dios.” Éxodo, 3.1

El monte Sinaí está ubicado lejos de Madian, hacia el desierto, perdido entre las montañas, en medio de un lugar inhóspito, desolado y tétrico. Moisés debió caminar durante días por zonas rocosas y solitarias hasta llegar aquel lugar oculto entre las montañas llamado Horeb o cerro de Dios.

Cuando Moisés llega al cerro Horeb, de pronto se aparece el ángel de YHWH en medio de una llama de fuego que brotaba de una zarza que ardía pero no se consumía. Entonces Moisés, llevado por la curiosidad, se dirige hacia aquella misteriosa zarza para observar tan misterioso fenómeno.

“Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.” Éxodo 3,2.3

Más adelante, en Éxodo 3,4 la Biblia refiere que no sólo fue el ángel quien se le presentó, sino que ya ceca del arbusto, es el mismísimo YHWH quien le llama a Moisés desde en medio de zarza que ardía diciéndole “Moisés, Moisés…”; entonces Moisés se cubre el rostro porque tenía miedo de mirar a YHWH.

“Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios”. Éxodo 3,6

El miedo de Moisés por mirar a YHWH, más que por respeto, como aducen los evángelicos, debió ser a causa del espanto que debió producirle su apariencia porque nadie tuvo miedo de mirar a Jesús, ya que “Dios es amor y no temor”

Por el lugar especialmente desolado y desértico donde YHWH se presenta a Moisés podemos tener la primera pista para identificar al tipo de entidades que suelen habitar estos lugares inhóspitos y solitarios. En Lucas 11,24 Jesús dice lo siguiente sobre el lugar donde vagan los demonios:

“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo…”

Si vemos desde un mapa satelital la zona del cerro Horeb o Sinaí, nos daremos cuenta del grado de desolación que rodea esa gran montaña, imagínense entonces la desolación que habría tenido en tiempos de Moisés.

En el capítulo 16 del Levítico también podemos comprobar que son los demonios los que habitan en lugares desolados. Allí se hace referencia a AZAZEL un demonio que habitaba en lugares desérticos y a quién se le soltaba un macho cabrío para su alimentación. Así mismo, en el asunto de la tentación, cuando Jesús es llevado al desierto por el Espíritu Santo, el que se presenta allí no es otro que Satanás el diablo, de esta manera se confirma que los que habitan en lugares secos y desérticos son los demonios.

¿Pero de que se esconden los demonios, por qué el monte Horeb era el refugio de YHWH?

Para el Diablo que es enemigo del conocimiento, la SABIDURÍA representa esa energía santa que es incompatible con su naturaleza maléfica, él no puede resistir por mucho tiempo el influjo de la sabiduría, de modo que debe apartarse rápidamente de ella, huir hacia un lugar desolado, refugiarse allí y actuar desde las sombras por un tiempo hasta tomar posesión de algún hombre o pueblo e iniciar de nuevo sus crueles y abominables acciones (sacrificios, exterminio, sangre, ritos, adoración, guerra, etc)

Es obvio que cuando Jacob y su pueblo fueron llevados a Egipto por su hijo José, YHWH que habitaba en medio de ellos no pudo acercarse a esa ciudad que emanaba cuantiosa luz debido a su abundante sabiduría, de manera que sólo le quedaba dirigirse al desierto desolado (Sinaí) y protegerse allí hasta poder recuperar nuevamente su casa y sus posesos que era el pueblo nómada de Israel.