Hace unos años circulaba por internet una historia bastante curiosa: mezcla de chiste y fábula:
"A un pajarito se le hizo tarde en su migración al sur, así que durante su travesía tuvo que soportar fríos y algunas ventiscas. En una ocasión lo sorprendió en pleno vuelo una helada tan severa que las alas se le empezaron a llenar de hielo, cayó al suelo empezándose a congelar. Pasaba por ahí una vaca que empezó a defecar justo donde estaba el pajarito, sin siquiera fijarse en él; la mierda que lo cubría estaba tibia, así que el pajarito se descongeló, saco la cabeza y se sintió tan cómodo y tan a gusto que empezó a piar.
Un gato montés lo oyó, se acercó, lo sacó de la mierda, lo limpió un poco y se lo comió."
Una vez un amigo me contó esta historia y me contó la moraleja que él había oido: "si estas con la mierda hasta el cuello, mejor no digas ni pio". Chistosona, pero parte de la receta del fracaso.
Sin embargo, unos años depués oí la verdadera moraleja del cuento (lo relata Electra, la hacker protagonista de la película "Asesinos" de 1995):
1. No todo el que te caga encima es tu enemigo.
2. Estar con la mierda hasta el cuello no siempre es tan malo.
3. No todo el que te saca de la mierda es tu amigo o te quiere ayudar.
Esta sí da para reflexionar.