El vecino pelmazo
No sé porque demonios lo invitó mi esposa. Todos tenemos vecinos y no por ello tenemos que saludarlo a diario ni sonreírle amablemente cuando nos corta el césped del jardín o lava nuestro coche. Pero mi mujer pensó que sería un detalle el invitarlo a tomar unas copas con mis amigos de juerga. Para colmo televisaban la final de la Copa Kabana por el canal de pago.
Justo a la hora de comienzo del partido sonó el timbre.
- Hola vecino, has venido, eh. Pasa que ya comienza el espectáculo…
- Gracias, eres muy amable
- Si ya, venga que van a sacar ya…
- No espera, te he traído un detalle por tu amable invitación. Toma…es un vale de descuento para el supermercado. Si compras tres bolsas de comida para perros te dan otra gratis.
- Muchas gracias, lo guardaré para cuando tenga uno.
Aparece mi esposa:
- Hola Jorge (que así se llamaba el zoquete), que alegría que hayas podido venir…
- Si ya…, pero el partido…
- Vamos, tómate un momento y enseña la casa a nuestro invitado.
Dicho y hecho a toda velocidad: Cocina, salón, dormitorio, baño…Y corro a ver el partido.
- Pero querido, aún no les enseñado todo. El jardín, la piscina…
Y corre que te corre por el exterior de la casa.
- Bueno, ahora si, a ver la tele…
- ¿Podría ir al cuarto de aseo?. Creo que más o menos sé por donde está.
Y por los pasillos que se fue el meapilas de mi vecino, que de torpe que fue en orientarse se coló en cuarto de baño de mi mujer *en el preciso momento en que estaba completamente desnuda.
El grito sonó en toda la casa…, y entre disculpas y demás tonterías puse al pánfilo de patitas en la calle.
De vuelta con mi esposa no pude evitar soltar mi pequeña venganza irónica por haberme fastidiado la tarde:
- Bueno querida, al menos ahora si que puedes decir que el vecino lo ha visto todo…