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VANGELIS
Los católicos sabemos en lo más profundo de la conciencia que no adoramos imágenes, que por más que estemos arrodillados frente a un sin fin de imágenes cuando entramos a una iglesia, sabemos que todas están ahí porque "nos estan hablando del Dios", es decir: Un Cristo está relacionado con Dios por ser su Hijo, Una virgen está relacionada con Dios por ser "esa puerta" por dónde Cristo quiso venir al mundo, la imagen de un santo también tiene relación con Dios porque gracias al amor que le tuvieron lo demostraron con sus ejemplos de vida, porque por Él hicieron lo que hicieron. Los ángeles tienen relación con Dios, imágenes de apóstoles también tiene relación con Dios, toda imagen que haya en una iglesia católica tiene relación con Dios y nos habla de Dios. Por lo tanto no nos arrodillamos ante "personajes" ajenos al Dios Único. Arrodillarse no es adorar, es orar, es ser humilde y reconocerse pecador. Arrodillarse y postrarse al suelo y dar alabanzas y glorias que sólo se debe a Dios, eso es adorar, eso nosotros no hacemos ante las imágenes.
Los hermanos de las otras iglesias levantan las manos y mirando a lo alto alaban y adoran a Dios, pero ellos están dentro de sus templos haciendo eso, entonces porque dan gritos y glorias a Dios mirando a lo alto ¿estarán adorando las lamparas y los focos del tempo? adorar un foco es idolatría porque eso no es Dios ni se relaciona con Dios, . . pero como no somos tan tontos para pensar eso, pues reconocemos que su forma de amar a Dios es válida por más gritos y cosas que hagan. Dios no es sordo, sólo cierra los ojos y encuentralo en tu corazón.
Además, ¿Qué nos dice el artículo 1161 de nuestro Catecismo?
"1161 Todos los signos de la celebración litúrgica hacen referencia a Cristo: también las imágenes sagradas de la Santísima Madre de Dios y de los santos. Significan, en efecto, a Cristo que es glorificado en ellos. Manifiestan "la nube de testigos" (Hb 12,1) que continúan participando en la salvación del mundo y a los que estamos unidos, sobre todo en la celebración sacramental. A través de sus iconos, es el hombre "a imagen de Dios", finalmente transfigurado "a su semejanza" (cf Rm 8,29; 1 Jn 3,2), quien se revela a nuestra fe, e incluso los ángeles, recapitulados también en Cristo:
«Siguiendo la enseñanza divinamente inspirada de nuestros santos Padres y la Tradición de la Iglesia católica (pues reconocemos ser del Espíritu Santo que habita en ella), definimos con toda exactitud y cuidado que la imagen de la preciosa y vivificante cruz, así como también las venerables y santas imágenes, tanto las pintadas como las de mosaico u otra materia conveniente, se expongan en las santas iglesias de Dios, en los vasos sagrados y ornamentos, en las paredes y en cuadros, en las casas y en los caminos: tanto las imágenes de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, como las de nuestra Señora inmaculada la santa Madre de Dios, de los santos ángeles y de todos los santos y justos» (Concilio de Nicea II: DS 600)."
Y yo le agrego a este Artículo que ha sido dictaminado con la aprobación y autoridad que tiene el Papa por ser Vicario de Cristo, solo cuatro palabras:
Amén.
Lo que el Papa aprueba en la tierra, aprobado queda en el Cielo.