La existencia del mal y sus consecuencias fue desde siempre el ojo de la tormenta de toda falsedad, enajenación, sufrimiento y muerte de la humanidad, para desentrañar esta nefasta condición preexistente al hombre, nos situaremos antes de que Dios iniciara los seis días creativos, esta es la única explicación consistente y lógica que satisface toda las condiciones de la razón y la moral humana como extensión de la de su creador.
Al tratar de superar todo lo que llamamos pecado, corrupción, o su equivalente en cualquier sistema de pensamiento, vemos que las religiones, ideologías y culturas éticas, siempre se han limitado a metodologías pragmáticas e idealistas para soslayar, justificar, extinguir esta condición para estar exentos de responsabilidad, culpa y contaminación, o a la altura de un “karma” donde la conciencia sea el referente de los resultados, pero vemos que estas pretensiones basadas en la imaginación prejuiciada, nunca han podido ni tan solo controlar la maldad de la naturaleza humana, porque a los practicantes les interesa estar en equilibrio psicológico o en armonía con el entorno natural, legal, y espiritual.
Podemos ver en el libro de Dios el origen del mal en el tiempo y circunstancia y a un nivel de características personales, después del principio y es algo satisfactorio pues ninguna religión ideología o sistema ético posee una explicación sustancial al respecto, más bien se cree que el hombre puede si desea, considerar el pecado como una tara voluntaria.
Existe una delgada línea subjetiva que nos separa del verdadero concepto de lo opuesto al bien y es que debemos considerar el estado esencial del mal como razón de ser de la corrupción y toda anarquía.
EL MOMENTO DEL MAL
“En el principio de los tiempos, hubo una gran batalla en los cielos…”
Esto es un gran mito y épica leyenda en muchas cosmogonías de la tierra, según tradiciones sincretistas, fragmentarias o interpretadas parece ser inverosímil, pero este recurrente relato en diversos colores y protagonistas adaptado a la cosmovisión de cada cultura incluso al “big bang” como una idea impersonal del evento, tiene consistencia como efecto de algo más concreto pues el universo registra un eco sísmico expansivo cuyo origen ciertamente fue un hecho astrofísico y cataclísmico para la tierra en relación con el mal.
Hay partes no muy conocidas de la Biblia que debemos escrutar detalladamente para descubrir el instante crucial en que un espíritu perfecto inició la carrera antagónica al bien, como promotor de una rebelión que devino en una batalla entre ángeles hecho que sucedió y se habló de ello por siglos en la tierra con la natural pérdida de detalles o añadiduras que cada generación le hizo a este evento celestial, sometamos pues lo dicho a la consistencia de la causa efecto y razón; para comprender esto, realicemos la “reconstrucción” de los hechos, con base en los antecedentes, condiciones, posibilidades y secuelas para el universo.
Después del principio de Gen.: 1:1 Dios creó a los ángeles entre ellos hubo un ángel querubín, de alto rango que fue creado para estar en la misma presencia de Dios en adoración, permanente gratitud y alabanza a su creador, porque existía para este propósito y razón, al igual que todos sus compañeros angelicales, dirigiendo el culto angelical a Dios, en la luz del bien y perfección hasta que, un día…
“Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura,
corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor;” Ez. 28:17
… en un momento de solaz personal, paseando por los cristalinos ambientes celestiales, o talvez en la intimidad de sus aposentos, se observo a sí mismo, en todo su esplendor y, en una millonésima de tiempo, su ego desplazó al creador quien siempre había sido el dueño de todas sus afecciones y pensamientos, esta incidental y cándida apreciación de si mismo, produjo un desequilibrio en sus emociones, que hasta ese momento habían sido para su creador como razón de ser, fue, un instante sin glorificar a Dios, que le hizo sentir algo nuevo, algo diferente, una eventualidad subyacente a la constante ingenuidad y dependencia, es decir una pequeñísima introversión y, dada su perfecta calidad moral sintió una ínfima diferencia en su actitud de perenne adorador de Dios, a quien por primera vez había desplazado de su conciencia, se percató que eso era posible, no sabía aún que había descubierto un bifurcación en su libertad.
Pudo haber dejado de lado aquello y volver su atención al normal desempeño angelical, pero no lo hizo, le detuvo la intriga de esta experiencia y se dio cuenta que había descubierto otro lado de la misma realidad que para él había sido la única hasta ese día y constató que un opuesto coexistía de manera intrínseca con lo bueno y hermoso que había conocido hasta momentos atrás; y supo que algo ahora había cambiado, vio así que había la posibilidad de hacer lo opuesto al bien y sin existir ningún motivo para exculparse, se sustrajo de su entorno y deber, abstraído, comenzó a pensar relativamente buscando curiosamente más opuestos y esto le produjo más emociones, egocentrismo, independencia, poder; en un juego travieso con su sabiduría, se fue oponiendo “en teoría” a los designios del creador y alcanzó un infinitesimal grado de soberbia por su descubrimiento, el cual fue creciendo en la medida de sus nuevos presupuestos, de esta manera considerando su rango equiparable a su singular presencia asumió que era proporcionalmente comparable a Dios mismo, por eso a causa de su hermosura se enalteció su corazón y alabó más su belleza y dejó de dar la gloria a Dios por ello como antes siempre lo había hecho y así se originó su paso indubitable a una dimensión nueva, la del mal y de la oscuridad, en la cual se propuso ser “semejante al Altísimo”.
Corrompió su saber usando el bien como cosa a que oponerse, seguro pensaba: ¿Qué pasa si no hago lo de siempre? ¿Siendo yo tan especial, puedo hacerlo? ¿Qué posibilidades más habrá en el lado opuesto al bien?; y así, llegó a dar consistencia al mal en la creación haciendo de él una entidad anónima como contradicción a si mismo y toda verdad siendo en sí mismo “padre de mentira” como le llamó Jesús Cristo; así es que este ángel contaminó al resto de las criaturas, a unas pervirtiendo sus conciencias y naturaleza, a otras atribuyéndoles fines opuestos al de su creación, entonces y finalmente la raza humana tomando la oferta e ideal del ángel caído llegó a ser partícipe de sus defecciones, cosas que en esencia argumenta y tienen como propósito las mentes que se oponen a la fe bíblica.
Pactó con la tercera parte de los ángeles fundar un reino paralelo al del bien donde él sería el supremo y cuyo designio sería conquistar y derrocar el reino de Dios el creador, implicando a las huestes del bien, proponiéndoles la posibilidad de ser libres de toda responsabilidad con Dios. Así llegó a ser Satanás (adversario) y lo es hasta hoy; con toda certeza es el mentor por excelencia de toda la maldad registrada en nuestra historia, y no cabe duda que existe en el cosmos esta entidad de maldad que está realizando un accionar paralelo a nuestro devenir; ¿Qué otros propósitos tendrá Satanás en todo esto?. ...
... qué es el bien? ...
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Iniciado por intelectito
era sólo una bromilla para romper el hielo en el hilo.
... debajo de que piedra vives? .....