EL MAGISTA Y LA RELIGION



Pocos problemas resultan tan formidables para el magista
sincero como el de las creencias religiosas.
Ante la ignorancia, que indigna, de un clero fanatizado,
para el cual la fortuna es el único representante de la
divinidad en la tierra; ante la incomprensión constante
de la profundidad de los misterios entregados a la vena
sarcástica de los escépticos, legitima es la pregunta,
¿que línea de conducta conviene seguir?

El magista es el obligado guardián de una síntesis elevada,
de la cual los cultos no son mas que pálidas emanaciones.
Pero en nuestro Occidente, ningún culto realiza mejor
la enseñanza del saber esotérico que el catolicismo romano,
y tampoco ningún culto está mas entregado a la furia sectaria
de los sacerdotes, contra quienes resulta hoy demasiado
suave el juicio que Jesús formulo un día respecto de los
fariseos.

Ya no se comprende, ni en realidad se practica, la oracion;
la Misa, esta ceremonia puramente mágica, se vende a los
vivos para los muertos, y a los ateos para los cándidos,
y a falta de comprensión del triple significado de los
jeroglíficos hebreos escritos por Moisés, la superstición
y el orgullo invaden los templos que debieran consagrarse
a adoptar el Verbo Divino a la naturaleza humana.
Pero el fin del clericalismo está próximo, y la gnosis será
revelada y conocida dentro de poco, para que brille
con todo su esplendor.

El magista ha de mantener su independencia de criterio
dentro de todos los cultos, igualmente dignos de respeto.
El magista debe saber orar con igual desembarazo en la
Iglesia que en la mezquita y en la sinagoga,
porque el Verbo Divino en todos los templos, se revela
bajo diversos ropajes. Dejemos a los guardianes de la forma
que disputen a propósito de sus diferentes colores,
y comulguemos en la unidad con los adeptos del Santuario.

Es necesario dejar a cada religion su culto predilecto y hacer
cuanto sea imaginable para conseguir que el clero
se transforme por obra y gracia de la cultura, de que tanto
carece. Tal es el mejor servicio que puede hacérsele, y mientras
tanto, si, lector eres católico, ve a la Iglesia, oye Misa
y sigue al propio tiempo tus lecciones de Magia.



FUENTE: Tratado Elemental de Magia Practica. Dr. Papus.





Ignacio el Mago