Hola queridos radioescuchas, en el programa de hoy les traigo una cuestión que me inquieta, me inquieta porque me anda rondando las entrañas y como yo soy un completo imbécil en las cosas del amor pues acudo a ustedes que tal vez son igual de imbéciles pero con experiencia, cosa que a mi me hace falta, sí lo admito, no tengo experiencia en las cosas del amor porque soy muy feo y nunca nadie ha querido entablar una relación seria conmigo, las termino espantando, he tratado, he querido, pero se me terminan yendo; así, solo, sin experiencia en las cosas del amor y con Unchained Melody de fondo, acudo a ustedes.

Estimados telespectadores, primeramente debo aclarar que este pasaje no trata del amor como acto de procreación o placer, sino del amor puro y sincero que se puede dar entre dos personas: convivencia mutua, viajes juntos, compartir lecho, jurarse lealtad... todas esas payasadas que a las mujeres les gustan, me explico? Bueno, prosigamos.

En segunda instancia querido lector, debo aclarar que mi disertación va dirigida a aquellos que amaron, dejaron de amar y tuvieron la dicha de poder amar de nuevo.

La cuestión, honorables suscriptores es la siguiente: ¿Influye la memoria en la elección de las personas de las cuales la gente se enamora?

Por ejemplo: dentro de todas las cosas que me gustan de X mujer, me resulta sobresaliente que me encante su arroz con pollo pero no sólo porque sea rico sino porque hay un "no sé qué". (Instintivamente ese arroz me recuerda a Y que es mi ex pareja).

Y así con todo: ideas, formas de pensar, olores, aromas, sabores, costumbres, rasgos, en fin, todo. ¿Será que la cosa es así como digo o no hay relación alguna entre un amor y el siguiente?

¿Será que no existe eso de sacar un clavo con otro o será que sí?

Gracias por la atención distinguidos internautas.