Karina actuó el mismo año que naci. Es decir, mis padres viendo el festival y yo en mi cunita durmiendo plácidamente con chupete en la boca y lechita caliente en la barriga.
La música se toca con el corazón y se siente con el alma.
Quien ama la música, ama la vida.
Sin música, la vida sería un error.
La vida es como el teclado de un piano; tiene teclas blancas, pero también algunas negras.