El género en las altas esferas divinas, no estaría marcado tan diferenciadamente como sucede en nuestro mundo terrenal.
La dicotomía o polaridad entre lo masculino y femenino, tiene una relevancia muy importante en la vida nuestra. Como también sucede con el bien y el mal, la luz y la noche, la alegría la tristeza, muerte, nacimiento, etc. etc.
Estas situaciones están muy marcadas en nuestra vida diaria, debido sin duda alguna al estado evolutivo en el cual nos encontramos. Porque serían sumamente necesarias estas dos polaridades para impulsar nuestra civilización evolutiva.

Observemos en el Génesis como Adán es el primero en ser creado y posteriormente, del hueso de su costilla a Eva. Observemos que en la Biblia, así como en la vida diaria, se le da mejor tratamiento al género masculino.
La explicación esotérica a esta situación es que generalmente se le ha dado al género masculino la primacía debido a que son los seres que tienen mayores reencarnaciones (creados antes) y por lo tanto, tendrán una mayor experiencia para orientar a los seres hermanos alma gemela o género femenino que tienen un poco menos reencarnaciones o experiencia, así como a los hijos, porque empiezan a experimentar la vida. Y esto parece estar dispuesto con fines de mayor utilidad y ayuda en el desarrollo de la evolución de los seres.

Pero esta es una situación dinámica en la cual una persona puede estar en primacía ante determinados seres, pero indefectiblemente estaría en segundo estado, en otro tiempo. Por lo tanto, esto nos indica que una mujer incluso puede tener mayor experiencia o reencarnaciones, que muchos hombres, pero debido a los designios del reino de los cielos, en su karma propio. Este ser- mujer-hombre se situaría en el género femenino por el momento. Porque es lo mejor y más apropiado para favorecer su desarrollo espiritual. Y posteriormente puede estar en el género masculino en atención a sus necesidades espirituales que el destino divino tiene para cada uno de nosotros. Dependiendo además de muchas otras situaciones en donde el fin principal es el de situar a las personas en el momento y lugar apropiado, y que cada quien ha influido con su libre voluntad para que este se realice.

Existe por lo tanto un orden, una jerarquía oculta en la vida, las cosas no se dan sin ton ni son.

Eva está formada de hueso de la costilla de Adán, porque el hueso simboliza la base fundamental. En este sentido, Eva también tiene la misma primacía-ser que Adán, ya que nace de la misma base sólida y fundamental con la cual ha nacido Adán.

Una correlación a este criterio lo podemos encontrar cuando se dice proféticamente que a Jesucristo no le quebrantarán un solo hueso. Esto quiere decir, que podrán mal herir la superficie, más no sus principios básicos y fundamentales. Pues estos siempre surgirán al final como sucede con su palabra y su vida misma. Juan 19, 36. “pues estas cosas sucedieron, en cumplimiento de la Escritura*: No le quebraréis ni un hueso.” (Ver también: Ex 12, 46; Num 9, 12.)

El género masculino o femenino no tiene una gran relevancia dentro de las esferas superiores espirituales, pues este prácticamente se diluye, para fundirse en un solo propósito espiritual amoroso que finalmente han creado los seres en el reino de los cielos.

El sexo y el género, por lo tanto, es una actividad propia de nuestro estado evolutivo. Pero no tiene gran proyección polarizante hacia el reino de los cielos. Como también no lo tendrían muchas de nuestras actividades diarias tales como el comer, la expulsión de nuestros desechos corporales, bajas pasiones e instintos, enfermedades etc. etc. Incluso el dormir tanto…los cuales conforman parte de nuestros egos que deben de ser eliminados, dentro del proceso de nuestra evolución espiritual.

El género sexual y su jerarquía no tiene tanto sentido en el reino de los cielos. Es por ello que Jesucristo dice: Lucas 20, 35. “pero entre los que serán juzgados dignos del otro siglo y de la resurrección de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos. 36. Porque ya no podrán morir otra vez, siendo iguales a los ángeles e hijos de Dios, por el estado de la resurrección.”

Así mismo, se le da una advertida importancia a la virtud de la castidad, como preparación al sendero que encamina hacia el reino de los cielos.

Mateo 19,12. “Porque hay unos eunucos que nacieron tales del vientre de sus madres; hay eunucos que fueron castrados por los hombres; y eunucos hay que se castraron en cierta manera a sí mismos por amor del reino de los cielos. Aquel que puede ser capaz de eso séalo*.

Cualquier pasión o deseo material, haría caer a un ser espiritual elevado, como también se dice que sucedió con algunos seres los cuales crearon gigantes en la tierra. Esto en sentido oculto, nos diría que por ser hijos de seres tan altamente espirituales, sus hijos y ellos serían grandes y geniales, pero con la raíz de la atracción del mal en sus espíritus. Por tal razón, ellos mismos se auto destruirían al paso del tiempo.

El espíritu de los seres del reino de los cielos está lleno de amor universal. Y en ello está su vida y felicidad eterna. Porque han sublimado lo mejor de las experiencias que Dios les proporcionó en el pasado, contribuyendo a formar sus espíritus divinos. Los géneros, las polaridades, existen solo en su esencia de su conocimiento profundo, más no en su vida diaria, que tiene otra dimensión virtuosa, sublime e inefable.

Compartir es amor. Como siempre, esto es sólo una indagación lógica filosófica que podría ser descubierta en la Biblia.

Paz.

Ulsr.