Hola Dorogoi.
La profunda enseñanza de la Biblia nos lleva a conocer nuestro humilde pasado, en el cual hemos ascendido. La ciencia, es la ciencia de Dios y por ello, la enseñanza Cristiana no se opone, sino que se complementan.
Lo siento por los sensuales pintores, pero Adán y Eva no eran como los pintan.
Eran medios monos como los describes, pero, eran una hermosísima obra de Dios, en la cual duraría para formarlos unos 15 000 millones de años, con todo su entorno paradisiaco, su árbol del conocimiento del bien y el mal con sus frutos y la presencia del mal, en todo lo cual aún hoy vivimos. Dios empezaría a abrirnos los ojos desde ese y aún tiempos posteriores, para tener conciencia del bien y el mal, y de sociales sentimientos como la vergüenza, el arte, la filosofía, etc. Ellos no se vestían y andaban desnudos como lo hacen los animales más inteligentes de nuestro tiempo, como son los caballos, elefantes, monos, delfines, etc. ¿Cuál vergüenza?( Y todos ellos espiritualmente tienen su camino.)
Hasta que un día empezaron a sentirla. Adán y Eva, representantes del género masculino y femenino de la humanidad en sus albores, hoy santificados por la insuflación del espíritu santo en nosotros a través del tiempo y la superación de las adversidades, en las cuales aún hoy nos encontramos y en ellas nos tenemos que superar aún más, pues el mal, representado por la serpiente, nos está hoy ofreciendo antiguos frutos que todavía no hemos podido asimilarlos completamente, además de nuevos frutos que podemos llamarles: desigualdad, racismo, ecocidio, guerras (Siria, países del África), narcotráfico, religiones violentas, dogmatismos, gobiernos autocráticos, etc. Los frutos están aquí, nos los estamos comiendo, pero a la vez analizando, de ello tenemos que aprender lo bueno y lo malo y actuar en consecuencia, como siempre lo hemos hecho en el pasado y tendremos que tomar decisiones positivas con fe en algo bueno para todos. La enseñanza de Cristo, de Dios y con ello, nuestro perfeccionamiento a través de los milenios.
Saludos.
Ulsr.