Chat

Chatea gratis con amigos de todo el Mundo

Página 3 de 3 PrimeroPrimero 123
Mostrando resultados del 21 al 24 de 24

Tema: Déborah y Nicholai (Ciencia Ficción)

  1. #21
    Fecha de Ingreso
    11-noviembre-2012
    Ubicación
    Cádiz, España
    Mensajes
    44

    Predeterminado

    Cita Iniciado por welcome Ver Mensaje
    .

    Muy bueno, KarenV... Gracias por compartirlo.

    .
    Muchas gracias
    No cambié formar parte de una guerra por el protagonismo de una jaula.

  2. #22
    Fecha de Ingreso
    11-noviembre-2012
    Ubicación
    Cádiz, España
    Mensajes
    44

    Predeterminado Déborah y Nicholai - Óxido. (Capítulo VIII)

    Después de nuestra visita al Planeta Kalei y dejar al Capitán Jack, volvimos a casa. La Tierra. Como ya le dije a la misteriosa mujer de los Fortunas, tuve que realizar toda la operación que le expliqué para que Déborah pudiera llorar y soñar. Al menos, Nicholai me sirvió de auxiliar. Tuve especialmente cuidado a la hora de la cuestión onírica, ya que debía toquetear dentro de su cráneo donde se hallaba (no toda) pero parcialmente la actividad energética de la gólem. Cuando terminé me encargué de las cuencas de los ojos, pero para ese "trabajillo" anduve más tranquila.

    Al día siguiente, después de haber "dormido" Déborah intentó definirme entusiasmada un sueño. Yo tuve que fingir sorpresa y exclamación ante una visión que conocía perfectamente. Recuerde que los sueños se los fabrico yo. Soy una "Guardián de Sueños" -risas- No me malinterprete, todo este asunto me traen viejos recuerdos. Si él supiera... que todo lo que decía se ha hecho verdad de una forma u otra.

    ...Pero ésa es otra historia, y me temo que si debe ser pronunciada, será otro día.

    Poco tiempo después mientras paseábamos por la ciudad hacia un taller donde venden buenas herramientas, Déborah se paró ante un escaparate.

    -Es una tienda de Arte.- dije.
    -¿Qué es eso? ¿Puedo pintar en él?
    -Se llama lienzo y... ah, ya comprendo.

    Como podrá imaginar le compré unos cuantos lienzos, pinceles y óleo para que pudiera pintar. Antes de que yo le preguntara nada, dijo:

    -Es para pintar lo que sueño.
    -¿Cómo Dalí?
    -¿Y ese quién es? No le conozco. ¿Sale por los pubs que yo?
    -Eh, no, y me parece que conocerle, no le vas a conocer...
    -¿Por qué? Qué tío más antipático.

    Retomaré la conversación sobre Dalí en otro momento. Cuando Déborah esté bien informada y pueda seguirme la conversación.

    -Lo que digo -prosiguió ella- es que me cuesta demasiado explicar mis sueños. Pienso que es mejor que puedas verlos.

    Déborah, la torpe y tosca Déborah. La impulsiva, frágil y atolondrada. A veces parecía idiota, y otras decía -a su manera- sabidurías.

    -Tienes toda la razón. Es muy difícil explicar la abstracción con palabras banales.

    Y me sonrió porque la había entendido.

    Al día siguiente estrenó sus materiales de pintura. Cuando acabó me llamó y me asomé a mirar. ¿A que no adivina que pintó? Un cielo estrellado surcado por relámpagos de diversos colores.

    -¿No es lo más bonito que has visto en toda tu vida? -preguntó
    -Sí, sí que lo es. Te envidio.

    Llamó a Nicholai y le pidió su opinión al respecto. Nicholai se encogió de hombros y me miró buscando una respuesta que decir. Yo negué con la cabeza para explicarle que no iba a ordenárselo. Pero el droide no lo comprendió y me imitó. Negó con la cabeza. Déborah se sintió muy ofendida. De la misma frustración, en aquel momento, estrenó sus lágrimas. Como de costumbre, salió corriendo y pegó un portazo.

    No apareció en toda la noche.

    A la mañana siguiente llegó mientras desayunaba. Lucía una amplia sonrisa. Pasó por el lado de Nicholai apenas sin mirarle y se sentó frente a mí.

    -He conocido a un chico. -ella hablaba mientras yo masticaba una tostada- Es diferente a los demás. No ha intentado acostarse conmigo. Hemos hablado de muchas cosas. De cine, de arte, de música. También he aprendido algo nuevo: "Filosofía". Es muy interesante, pero algo complicada. Es más o igual de atractivo que Nicholai. Me gusta mucho.

    -Sólo le conoces de un día, ¿ya estás tan segura?

    -¡Es mejor que estar enamorada de una Chatarra! -desvía la mirada hacia Nicholai apretando los dientes.

    -Tal vez. -Acerqué mi taza de café y bebí un sorbo después de tal contestación que no decía Nada.

    Esa misma noche, Déborah salió con el supuesto chico encantador. Yo fui al trastero con la intención de ordenarlo un poco cuando me encontré de narices con una de las espinitas que tenía clavada en el corazón. Mi guitarra.
    La pobre tenía las cuerdas oxidadas, pero su pintura verde seguía intacta en perfecto estado. Verdina. Qué recuerdos. Aunque me avergüenza confesar que sólo me aprendí unos acordes. Al final dejé de lado el trastero y me concentré en la guitarra. Estuve tocando hasta que Déborah llegó. Advertí que tenía las mejillas mojadas, así que no le pedí explicaciones de absolutamente nada. Ya recuerda su manía de hablar poco cuando debemos interpretar que está triste.

    -¿Te gusta? -inquirí- Es una guitarra electro-acústica.
    -¿Podrías enseñarme a tocar algo con ella?
    -Claro, pero yo no sé mucho, la verdad.

    Le enseñé lo poco que sabía y los días siguientes ella se apoderó de la guitarra. Pero eso no fue lo único que hizo. Por desgracia... La semana siguiente, advertí que cogía latas de aceite orgánico del almacén. Por las noches, bebía tres o cuatro seguidas mientras tocaba la guitarra. Usted no lo comprende, cuando circula demasiado aceite orgánico, el sistema no es capaz de adherirlo todo y causa el mismo efecto que pudiera causar el alcohol. Así estuvo más de una semana sin parar. Un día me pareció que ya era suficiente. Ella tocaba un Blues muy triste. Había aprendido a tocar lo que yo y más. Y pensará "Para un droide será algo chupado". Pues no. Es verdad que la música es matemática en parte, pero hay más. Tiene que ser tocada con alma y espíritu. Si yo le dijera a Nicholai que tocara, lo haría de una forma perfecta y limpia. Pero probablemente no transmitiría nada porque no tendría chispa. Y ya no hablemos de la improvisación...

    -Bebes demasiado, Déborah, no es bueno para ti. ¿Quieres que se te oxiden los tornillos?

    -Qué más me dará unos tornillos o el esqueleto que soporta mi cuerpo. ¿Qué más me dará si el corazón se oxidó?

    -No hables así...

    -Estoy cansada de ser un coño. -atajó, de repente. Nunca la había oído decir esa palabra. Jamás. Abrí mucho los ojos.- Antes estaba agusto porque era lo que yo quería. Lo que buscaba. No me importaba porque yo no esperaba más de los hombres. -suspiró- pero esta vez yo quería algo distinto. Conversar, ir al cine... No sé, algo que no acabara en penetración a las dos horas.

    Por lo visto aquel energúmeno la endulzó con palabras tiernas hasta que se acostó con ella. No volvió a llamar más.

    -En ocasiones el pulso se me acelera, la boca se me reseca, me duele el pecho y noto como mi bilis se revuelve. Me imagino mis vísceras de un color azul-violáceas moviéndose en mi interior. Entonces me cuesta respirar, hiperventilo y pienso "Ha llegado la hora de morir". ¿Te ha pasado alguna vez?

    -Déborah... Tu más que nadie mereces ser un "Alguien" y no un "algo".

    Me devolvió las latas y la guitarra y me dijo que se marchaba a dormir. Debo suponer que va a dejar la fea costumbre. Me alegro. Me tenía preocupada. Espero que las cosas vuelvan a la normalidad. Y si no vuelve a tener sexo con hombres anónimos -que esto realmente no importa ni empezará a importar nunca- vuelva a recuperar ese rubor en las mejillas, sus preguntas estúpidas y esa energía que siempre la han caracterizado. Esas ganas de vivir.

    Nicholai posó su brazo sobre mi hombro y sus ojos desprendieron un pequeño centelleo. Por entonces no supe descifrarlo.
    No cambié formar parte de una guerra por el protagonismo de una jaula.

  3. #23
    Fecha de Ingreso
    11-noviembre-2012
    Ubicación
    Cádiz, España
    Mensajes
    44

    Predeterminado Déborah y Nicholai - Nostalgia (Capítulo IX)

    Siento la tardanza, querida. En estos meses V ha estado ocupada. Se lo crea o no, me enviaron a batalla. Sí. Yo tampoco lo podía creer. No soy un soldado.

    Fue en uno de esos días calmados de Octubre. De cuando las hojas empiezan a caer y crujen bajo nuestros pies al andar.

    Yo estaba, como de costumbre, enfrascada en mi trabajo. Nicholai y Déborah contemplaban juntos una pequeña cortina de llovizna a través de la ventana. Entonces los oí conversar:

    -¿No te parece que la peor de las emociones es la nostalgia?-Nicholai miraba la ventana embobado sin siquiera mirar a su receptora.
    -Claro... no sé para que te pregunto a ti, montón de cables...-suspira.
    -Vaya...-Para expectación de todos, habló- Creía que mi apodo era "Chatarra".
    -Es igual. Tú no eres capaz de percibir más allá de tus datos ya almacenados. Es como hablar con la tostadora...

    Nicholai se aclaró la garganta.

    -Está bien.- La miró- ¿Cuándo te refieres a nostalgia, hablas de aquel sentimiento que padecemos cuando añoramos un recuerdo vivido? ¿A un tiempo pasado? ¿A ese espectro inofensivo pero que nos aprieta el cuello? Has dejado pasar algo por alto. En teoría, si tengo datos ya almacenados, como dices, podría percibir y comprender sobre ello. Nostalgia. -Se levanta y apoya las manos en el alféizar- Déjame darte un nuevo argumento. Yo sé de algo peor. Añorar lo que no ha ocurrido. No tener donde echar mano a tus memorias. Contentarte con inventar un mundo paralelo. Jé - con tono irónico- Tienes toda la razón. Mi argumento es una mierda. No tengo la menor idea de lo que es tener Nostalgia.

    Y esa fue la primera vez que el portazo no lo dio Déborah.

    -Increíble...- Logré articular al fin. -¡Increíble!
    -Madre, ¿has desmotando a Nicholai y has creado uno nuevo?
    -No. ¡No! ¡Rayos y retruécanos! ¡Demonios! ¡Pardiez! ¡Que me aspen! -Risa casi gutural- ¡Soy una genio!

    Mi risa arrogante se mezcló con un "No es posible".

    Durante los días siguientes Nicholai no volvió a dar muestras de inteligencia no-artificial. Es como si hubiera saltado una chispa para volver a apagarse. Yo no perdí la esperanza. Estaba dispuesta a esperar X tiempo si hacia falta para volver a videar aunque sea, la estela del cometa.

    -¡Debo apuntar estos progresos en el ordenador ahora mismo!-Corrí rauda hacia el PC. Un molesto pitido sonó cuando se encendió.- ¡Maldito sea quien inventó la publicidad y los SPAMS! Espera... ¿Un mail de...?
    -Madre... estás muy excitada... Nunca te había visto así...
    -¡No jodas! -le grité a la pantalla- ¡Hoy los jodidos hados se han puesto de acuerdo para mantener mi cuerpo agitado!
    -Madre, ¿Me oyes...?
    -No hay tiempo, Déborah, he de marchar ahora mismo. Cuida de la casa y de Nicholai.

    Quedamos en un garito donde lo que se podía oír era Rock y Metal. Qué viejos recuerdos. Cuando llegué, sonaba Slayer.

    -Largo tiempo, Karen.
    -Ya nadie me llama así.
    -Bueno, espero que me cedas aún el derecho. Creo que lo gané.
    -¿Te importa que fume?
    -No me gusta el tabaco, pero adelante.

    Me hubiese encantado cogerle del brazo y arrastrarle a mover la cabeza al ritmo de la música. Como solíamos. Él y yo.

    -¿De qué me tenías que informar?
    -Ruta X-360. ¿La conoces?
    -Sí. Tengo entendido que nuestros "camaradas" están intentando invadir un planeta de pequeño tamaño allí.
    -Exacto. Pequeño pero plagado de recursos. Los habitantes apenas pueden defenderse, y habría sido una batalla ganada, pero la Resistencia ha tomado parte.
    -¿Y qué tiene que ver eso conmigo?
    -Han decidido mandarte.
    -¿Cómo?
    -Mira, nadie se equivocaría si dijera que eres la que mejor mano tiene en la plantilla para arreglar artefactos. Al parecer te necesitan.
    -Ya veo.
    -No te extrañes si acabas con un fusil entre las manos...-Quedé enmudecida- Ah, exigen que lleves a tus droides contigo. Podrían ser útiles.
    -¿Cuándo nos dejamos meter en esta mierda, Álex?
    -Cuando amenazaron con matar a nuestros seres queridos.-Posó una mano sobre la mía. - No importa lo que pase, yo siempre seré El Principito. Siempre nos quedara Astra.

    El chico de la casa monstruosa y naranja. El del paso por el mar. El de los ojos grandes y fijos en los que no te importaría verte reflejada eternamente. Armonía pura. Semejante pero contradictoria personificación. El primer amor de Déborah se encontraba cara a cara a mí.

    -Recuerdo haber oído que no estaban muy contentos con la estética de tu droide masculino. ¿Cómo se te ocurre además ponerle un nombre ruso? ¡Es a mí y me soportan porque soy una rata soplona!
    -Bautizo a mis hijos como quiero. Demasiado es ya que finja creer que dos más dos es cinco...
    -¿No será que me echas de menos?
    -Sigues siendo el mismo patán de...

    No me dejó continuar. El extrañado contacto de su piel me calló. Nos fundimos en un abrazo que hacía años esperaba. En mi cabeza sólo podía sonar una canción.

    Desolate Ways.

    http://youtu.be/iZPKBAnkEaE
    No cambié formar parte de una guerra por el protagonismo de una jaula.

  4. #24
    Fecha de Ingreso
    11-noviembre-2012
    Ubicación
    Cádiz, España
    Mensajes
    44

    Predeterminado Déborah y Nicholai - Black Tongue (Capítulo X)

    Diario del Capitán V. Ruta X-360 I

    El planeta al que nos han enviado se llama Hysteria (en pronunciación terrícola). Es la primera vez que lo visitamos. Se encuentra a bastante distancia del planeta Tierra. Más que Sevis o el planeta acuático de las Criaturas Marinas.
    Su atmósfera es más ligera y clara. Su cielo es de un color azul pálido. Como si una liviana capa de nubes dispersas anduvieran pegadas al límite del cielo. A veces si dejas la vista fija en un punto muerto, llega a parecer que el cielo de un momento a otro se va a derramar sobre ti. O quizás yo lo imagine. Dos lunas custodian sus noches. Una es anaranjada, la otra es de un tono rojo- purpúreo. No podría explicar del todo este color, ya que no existe en la retina del paisaje acostumbrado de un terrícola. Las noches son magníficas. Tengo la teoría de que es el efecto de los dos satélites y su peculiar color el que dan a lugar al marco de luces de después del Crepúsculo. Casi se asemejan a los espectros electromagnéticos.
    Se trata de un planeta pequeño muy frondoso, con grandes bosques y selvas que lo surcan caudalosos ríos. Como un gran Amazonas. Tengo entendido que sus habitantes son pacíficos, pero aún no he tenido la oportunidad de averiguarlo. Aunque eso apoyaría el por qué de la presencia de la Resistencia...

    Fin de la descripción formal.

    Me reuní con mis superiores en una base que está situada encima de una colina. <<Buen punto estratégico>> pensé.
    -Ah, mirad quien ha llegado. La mejor científica experimental de la plantilla superior.-sonreí con el mismo agrado que haría si en ese momento me estuvieran sodomizando con un bate de beísbol.

    El fornido, arrogante y a la vez burlón "Steel Panther" (recuerdo que todos en la NASA tenemos un mote, un número o pseudónimo), un papanatas y rufián al que encargaban como líder en casi todas las operaciones violentas. La típica persona que se cree excremento y no llega a flatulencia.

    -Éstas son tus indicaciones -dijo Steel Panther- De momento sólo te encargarás de arreglar tanques, motos u otro tipo de vehículos vía tierra-agua que puedan ser dañados. No utilizaremos nada aéreo. Podría causar demasiado estragos en el planeta y no nos conviene, ya que necesitamos sus recursos en buenas condiciones.

    -Entiendo. Todo se ha complicado por la inutilidad de usar naves y la llegada de la Resistencia, ¿cierto?

    -Eres una chica muy lista para ser tan joven. Si usáramos las naves en un principio, este planeta ya estaría más que invadido, colonizado y en nuestra posesión. Pero, ¿de qué nos sirve un planeta arrasado? -risa estridente- Bueno, no hablemos más y manos a la obra. Por ahí tiene que andar "Black Tongue", por si quieres más información.

    Aunque le recordarás por Álex, se encontraba dándole unos últimos retoques a una moto terrestre con cubierta.

    -Oye, pues no se te da tan mal la mecánica.-él levanto la cabeza buscando a su receptor.
    -Ah, Cara-Pan, eres tú. Ya sabes que lo mío es la informática.
    -Cara-Pan...- musité entre dientes- Unicelular- dije en voz alta y clara.
    -¿Aún sigues con eso? - se carcajea- ¿Y qué le voy a hacer si soy un hombre? Nunca me lo vas a perdonar, ¿verdad?

    Obtuvo el silencio como respuesta.

    -¿Has pensado que ésta puede ser la última vez que nos veamos con vida?

    Me paralicé. Siempre tengo el presentimiento de que podría morir, pero nunca se me pasaría por la cabeza el cuerpo inerte del Principito. Nombre que le di para hacerle olvidar el suyo de esclavo. Black Tongue.

    -No pongas esa cara, nena. Todo saldrá bien. He tenido que mover muchos hilos para asegurar de que sólo seas mecánica aquí en base y nada más. Estarás a salvo. Pero yo tengo que ir allí, al otro lado de la colina, y por si acaso, y sólo acaso me gustaría tener como última imagen una Karen no enfurruñada.-Arranca el motor- ¿Te has fijado? -grita mientras avanza la moto hacia su destino- ¡Hay dos Lunas, así que asegúrate de no mirar al dedo!- Y así, sin más, se despidió de la manera más extraña que pudo concebirse.
    No cambié formar parte de una guerra por el protagonismo de una jaula.

Tags for this Thread

Normas de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder mensajes
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •