La muerte de Esquilo, uno de los tres grandes de la tragedia griega, fue verdaderamente ridícula.

Meditando en el campo, un águila que llevaba en sus garras una tortuga la dejó caer en la cabeza calva del dramaturgo, confundiéndola con una roca (las aguilas para poder comer la carne de las tortugas las dejan caer desde cierta altura sobre una roca, para romperles la caparazón ).

No se sabe si la caparazón de la tortuga se rompió, lo que si se sabe es que Esquilo murió al instante.




He aquí el responsable de esta tragedia griega