La màquina para pensar.

**gabin** · 24-jun.-2012, 08:04

Enfrascados aquí, en Darwin y la célula, viene al caso este video que vi hace bien poco, donde el Premio Nobel: Edmond Fisher, explica -en otras- la fosforilación, regulador de muchos procesos de nuestro organismo, interruptor de activación y desactivación de muchos procesos celulares.

Como metáfora para ilustrar un circuito de señalización celular, una divertida cascada de más de tres minutos de duración, reacción en cadena a partir del primer objeto que hace mover al siguiente, a cual más estrafalario.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/
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P.D.
http://www.youtube.com/watch?v=-rSMv...eature=related
En este enlace verán un fragmento de la película: "El gran truco", también titulada "El truco final", ("The Prestige", título original) Nikola Tesla es un personaje de esta película.

Al final del fragmento, salen varios fotogramas, pasar el ratón por encima y clicar en "El secreto de Nikola Tesla", y podrán ver la película del mismo título sobre su vida; uno de los personajes es: Orson Welles como el banquero J.P. Morgan. La duración de la pelicula es de 1 hora y 44 minutos.

Posteo sólo un fragmento, al estar permitido, lo deduzco al verlos en otro hilos.
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Si quieren ver la película "El gran truco", en "Cine", hilo "Escenas de películas", pongo el enlace de un fragmento, al finalizar, clicar en el fotograma con este título y la verán.

**Dorogoi** · 24-jun.-2012, 12:46

Hola Gabin, muy iluminante la entrevista con Edmond Fisher. Gracias.

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EL CEREBRO EMPIEZA A FUNCIONAR.

El origen del sistema nervioso.

Un apio, como sabemos, no aprende. Incluso si se le ha colocado en un ambiente culturalmente estimulante. ¿Por qué, en cambio, los animales y el hombre (sobre todo) pueden aprender y almacenar recuerdos? Hay genes específicos que regulan el aprendizaje? ¿Qué nos dice la historia de vida sobre el origen de esta capacidad? Muy poco. Se supone que el origen lejano del sistema nervioso vaya buscada en ciertas "células sensibles" que comenzaron a aparecer en la superficie de ciertos primordiales organismos acuáticos, y que les daba algunas ventajas de supervivencia (por ejemplo, percibir a tiempo la presencia de un enemigo, o de la presa).

Estas células, por supuesto, debìan ser el resultado de una o más mutaciones en el plano del patrimonio genético. A continuación, la red se amplió, llegando a ser más compleja, y probablemente se desarrolló una "central" de interconexión entre las diferentes células (el cerebro). Apareció aquí tal vez otra de las características de incalculables consecuencias: la red, en respuesta a los estímulos, podía ser modificada químicamente por su pasaje, preservando así pistas de la experiencia. Surgió de esta manera la capacidad de memorizar. Y después de aprender.

La naturaleza, es bien sabido, tiende a mantener las cosas que funcionan. "Collecciona", es decir, las mutaciones favorables (tal vez aparecidas sólo una vez, en un solo individuo). Una vez adquiridas estas se difunden en las generaciones, viajan en los milenios y se ramifican por doquier siguiendo los imprevisible itinerarios de la evolución. Si efectivamente miràramos profundamente en nuestros cromosomas (lo que los genetistas están haciendo) nos damos cuenta de que nuestra herencia genética es, por así decirlo, con "vestido de Arlequín", en el sentido de que aún poseen muchos genes en común, no sólo con los animales, sino también con las plantas (aun siendo ahora, por supuesto, en alguna medida diferentes). Ciertos genes humanos, incluso, eran casi idénticos a los de las bacterias; asì como se ha mantenido la misma, por ejemplo, la proteína (y por tanto el relativo gen) que regula la capacidad retráctil de un tejido. Es la misma en una ameba que en un concertista. A partir de esta idea, algunos investigadores se han preguntado si era posible identificar y estudiar, en organismos muy simples como moscas de la fruta, los genes particulares que regulen el aprendizaje. Dado que este es un mecanismo fundamental para todos los seres que "aprenden" (a sea prácticamente para yodos los animales), se puede suponer que existe para todos, a la base, una bioquímica que haya quedado esencialmente similar?

Mosquita « sapiens ».

"Es un poco nuestra apuesta ", dice William Quinn, biólogo de la Universidad de Princeton. "Nuestra hipótesis es que el mecanismo por el cual, por ejemplo, las moscas de la fruta almacenan recuerdos no es muy diferente del mecanismo por el cual usted y yo almacenamos recuerdos en nuestro cerebro. Por supuesto, el hombre es capaz de almacenar recuerdos mucho más complejo, y tiene un repertorio mucho más rico, pero estoy dispuesto a apostar que el mecanismo básico es el mismo, asì como la calculadora de bolsillo memoriza la información con el mismo mecanismo que un elaborador enorme.”

Veamos cuál es la técnica con la cual William Quinn y su ayudante Duncan Bayer proceden. La idea general es la de provocar en el patrimonio genético de las moscas de la fruta (las famosas Drosophila, muy utilizadas en los experimentos) unas mutaciones al azar, y luego ver qué pasa. Es un poco como como dar un martillazo ciegamente en un teclado del piano y escuchar después la música que sale de ella, para entender a cuales notas correspondìan las teclas que no suenan más. El objetivo, por supuesto, es el de "golpear" una sola tecla (un gen) que corresponde al aprendizaje, y entenderlo por el hecho que la mosca permanece normal en todo, menos la capacidad de aprender. Para este experimento se requiere en primer lugar de moscas que puedan demostrar una buena capacidad para aprender. ¿Cómo harìan ustedes un examen de ingreso a una mosca de la fruta?

Así es como procede Quinn. Usando una serie de tubos de vidrio, pone en comunicación las moscas candidatas con dos buenos olores que las atraen. El primer olor está situado en un tubo de vidrio normal, el segundo está localizado en un tubo cubierto con filamentos eléctricos que producen una descarga cada vez que las moscas hayan penetrado en el interior. Después de algunas repeticiones del ejercicio, las moscas aprenden rápidamente que se puede ir con seguridad hacia el olor n.1, pero no hacia el n. 2, donde se puede esperar una descarga. Ellos han "asociado" el olor n.2 con un castigo futuro, y por lo tanto, cuando sienten el olor, a pesar de sentirse atraídos, no entrar más en el tubo. Elegidas asì las moscas que han mostrado esta capacidad de aprendizaje se les da una sustancia mutágena, o sea una sustancia que "golpea" casualmente su ADN. Después se espera la próxima generación, ¿cómo los hijos de estas moscas?

**Dorogoi** · 25-jun.-2012, 01:50

Las mutaciones del comportamiento.

Sobre 600 nuevos nacidos, en promedio 400 mueren, debido a que las mutaciones han golpeado algún gen esencial para su supervivencia. Los restantes doscientos muestran anomalías diversas, tanto físicas como de comportamiento (como en el cortejo sexual, en el reconocimiento de la especie, o en una serie de movimientos, etc.), pero mediamente una de cada doscientas sobrevivientes de estas moscas muestra la anomalía buscada: no es ya capaz de aprender. Es decir, que se siente atraída por dos olores y reacciona arremetiendo, pero es incapaz de asociar la descarga al olor n.2. Así que sigue entrando en el tubo equivocado: es estupida.

¿Esto significa que sólo por azar fue golpeado el gen o los genes que regulan el aprendizaje?
Para entenderlo, estas moscas estúpidas (y sus padres) son enviados por avión a Boston, a la Harvard Medical School, donde la Dra. Marge Livingstone compara las dos generaciones en busca de diferencias de cualquier tipo, en particular, bioquímico.

- Qué viene afuera de estos estudios?
"Resulta que estas moscas <estùpidas> no presentan otras anomalías màs que la de ser incapaces de aprender: para el resto su cerebro parece funcionar bien. Casi se podría decir que el aprendizaje parece ser una función <Opcional>. Ahora tenemos cinco razas de mosquitas incapaces de aprender y (lo que nos interesa sobre todo) hemos encontrado un aspecto particular de la bioquímica que está alterado en muchos de los mutantes. Ahora estamos tratando de desarrollar un mapa genético para ver donde se ha producido la alteración (y comprender los genes implicados en esta mutación). Esto no es fácil. »

- ¿Considera que estos genes relacionados con el proceso de aprendizaje son muy similares en todos los animales?
"En cuanto a aquellos que estamos estudiando, la respuesta es sí. El aspecto bioquímico, que es actualmente el foco de nuestras investigaciones, se ha revelado similar en todos los organismos: desde la viruela al hombre. »

- Por supuesto que no es posible llevar a cabo estudios similares en humanos: pero en su opinión ¿los resultados serían los mismos?
"Es probable que las consecuencias se verificarìan no sólo en el aprendizaje, sino también en otros comportamientos. Tal vez serìan afectados comportamientos tales como atención, interés, etc." Estas investigaciones son, como es fácil intuir, de gran interés, aunque por ahora es difícil de entender hasta dónde nos puede llevar. También debido a que es difícil de determinar en qué medida la mosca de la fruta puede ser útil para extender algunas observaciones a otras especies, especialmente a los seres humanos. Y a la inversa, cómo ciertas cualidades humanas pueden ser experimentadas en una mosca. Quien, por ejemplo, quisiera tratar de entender en qué medida ciertos talentos humanos, como la musicalidad, son innatos (y modificables con una mutación) se encontrarìa ante una dificultad probablemente insalvable: la de enseñar a una mosca de la fruta a tocar el violín ...

**Dorogoi** · 25-jun.-2012, 11:57

Los instintos y el aprendizaje.

Bien. Ahora prometo que no voy a hablar màs de genética (o casi) por el resto del libro. Estos conceptos, de hecho, se arriesgan a resultar abstractos, justamente porque no podemos ver el código genético asì como se ve actuar un equipo de baloncesto, donde se entienden las secuencias del juego, se ven a los nuevos jugadores entrar en el campo y seguir la acciones que conduzcan al cesto. Lo que era útil aclarar, conceptualmente, era que el cerebro, como el cuerpo, es en última instancia una construccòn regulada por los genes. Y esta acción de los genes que produce por una parte circuitos nerviosos que responden de forma automática a los estímulos (instintos), pero del otro de los circuitos nerviosos que se dejan atravesar y modelar por las experiencias ambientales (aprendizaje).

Uno de los grandes problemas que siempre se han puesto los investigadores viendo actuar desde el externo a un individuo es la siguiente: ¿cuánto de su comportamiento se debe a los instintos y cuánto es el fruto del aprendizaje?

En el pasado, por ejemplo, muchos sostenìan que los animales actuaban simplemente por instinto. Luego se entendió en vez que ellos eran capaces de aprender. No sólo eso, sino que se ha visto que algunos animales demostraban también inteligencia, es decir, la capacidad para resolver problemas (los primates, en particular). Hoy se està descubriendo que ciertos animales poseen pequeños patrimonios de conocimientos adquiridos a través del aprendizaje, y que incluso se transmite de una generación a otra, tal como lo hacemos nosotros. Un estudio de considerable interés se ha realizado con respecto a las hormigas. Las hormigas, como sabemos, son capaces de cosas extraordinarias: su vida social no deja de sorprender, por complejidad y organización.

Sin embargo se dijo a menudo, hablando de las hormigas u otros insectos, que sus comportamientos son sólo instintivos, automáticos, inducida por circuitos rígidos, por las señales-estímulos, etc.. Es decir, que se trata de comportamientos programados por la especie, así como un gato alza la cola de forma automática cuando ve la comida, o eriza el pelo cuando ve a un perro, sin tener jamàs necesidad de aprenderlo. En realidad parece que las hormigas, aun con su pequeñìsimo cerebro (sólo unos pocos miligramos), logren enseñar algo que se puede pasar de generación en generación. Incluso puede ser enseñado a hormigas de distintas especies. Estos estudios están destinados, en particular, a un aspecto realmente increíble de la organización social: la esclavitud.

(Angela habla muchísimo de la esclavitud en el mundo de las hormigas y de la memoria y “pre-cultura” de los pájaros, sumamente interesante; pero es demasiado largo)

**Dorogoi** · 26-jun.-2012, 05:45

LARGO VIAJE HACIA EL HOMBRE.

Para entender la evolución cerebral.

Para comprender la evolución del cerebro humano, o sea entender el extraordinario crecimiento de las células nerviosas que ha conducido a la aparición del hombre moderno, sirve un pequeño esfuerzo de modestia. Porque tendemos a menudo a atribuir al cerebro un lugar de absoluto privilegio; una colocación muy especial en el contexto de la historia de la vida: y es justo que sea asì, por razones obvias. Sin embargo, a menudo tendemos a olvidar que, desde un punto de vista biológico, el cerebro es en realidad un órgano como cualquier otro. Las células nerviosas no son células especiales: ellas derivan (como las del hígado o de los dedos del pie) de una única célula óvulo fertilizada, la cual por duplicaciones sucesivas ha creado una estructura formada por billones y billones de células de varios tipos, cada una de las cuales gradualmente se ha especializado en determinadas funciones. Asì como las células óseas se especializan en funciones de sostén, o aquellas de los músculos en el movimiento o las del estómago en la digestión, las células nerviosas tienen funciones especializadas en la percepción, la memoria, la asociación. En otras palabras, las células del cerebro no son células especiales, sino sòlo especializadas.

Si partimos de esta premisa, entonces es más fácil de entender por qué, en algún momento, el cerebro ha comenzado a crecer en volumen. Como ustedes saben, el viejo proverbio que dice "la función desarrolla el órgano" se aplica sólo a los individuos, no a la especie: por ejemplo, si un jugador profesional de tenis a fuerza de jugar desarrolla los músculos del antebrazo derecho, no por esto su hijo nacerà ya con un brazo más grande que el otro (o el hijo del granjero nacerà ya con callos en las manos, ni el hijo de un intelectual con el cerebro ya más desarrollado). Esto es así porque, como dice el darwinismo, "los caracteres adquiridos no se transmiten." Pero si, como hemos visto, un cambio al azar se produce en los cromosomas (células germinales), y produce beneficios reales, este se ve favorecido por la selección natural: los individuos portadores de esta mutación serán aventajados y difundiràn luego sus genes en la descendencia. Por "presión selectiva" en las generaciones sucesivas, se producen ulteriores selecciones a cadena que exaltan este carácter. No nos sorprende, por ejemplo, que justo en este modo, se hayan desarrollado los colmillos del león, o la capa de grasa de las focas, o la armadura de las tortugas, o las púas del puercoespín, o que se sea desarrollado el cuello de las jirafas.

Del mismo modo no deberíamos sorprendernos de que se haya desarrollado el volumen del cerebro en los homínidos, desde el momento que estos comenzaron a utilizar la inteligencia como arma de supervivencia, o sea al igual que conchas, colmillos, aguijones (y por lo tanto a ser seleccionados sobre esta base). Por otra parte, basta comparar los fósiles para darse cuenta que en la naturaleza se verifican constantemente cambiamentos (aun muy complejos) en cada especie: basta pensar en la evolución del esqueleto en una cualquier "cadena" de mamíferos. Por ejemplo, en los mismos primates (a los que pertenecen los monos y los seres humanos) se pueden observar complicados cambios relativos a la organización de las células de la articulación de la cadera o la rodilla, o la evolución de la dentadura. ¿Por qué deberíamos entonces sorprendernos de los cambios relativos a la organización de las células cerebrales? Del momento que no son diferentes de las otras, es normal que también se desarrollen en forma continua, así como evolucionaron los dientes molares en función de la alimentaciòn disponible en un particular nicho ecológico.

Más volumen, más inteligencia? Dicho esto, también debemos señalar que sobre la evolución del cerebro (como sobre aquella, en general, de los órganos internos), sabemos muy poco aun; por la sencilla razón de que, contrariamente a los huesos y los dientes, el cerebro no se "fosiliza". Entonces no podemos hoy analizar el interior de los cerebros arcaicos. Nosotros sólo podemos inferir el progresivo aumento de su volumen mientras se vea su envase, es decir, el cráneo (y tal vez hacer un "molde" para deducir cuál era la forma externa del cerebro, con sus vasos sanguíneos). Además, incluso si tuviéramos un fósil de cerebro sería muy difícil de entender cuales podían ser internamente las diferencias en las estructuras nerviosas, ya que en un sistema asì miniaturizado el wiring (es decir el cableado de la red de conexión entre las células) juega un rol importante; y es difícilmente observables en los mismos seres vivos de la actualidad.

**Dorogoi** · 27-jun.-2012, 01:17

EL LENGUAJE, EL FUEGO, LAS MIGRACIONES.
La máquina para hablar.

¿Cómo nació el lenguaje en los seres humanos?
En todos los estudios sobre la evolución, la aparición del lenguaje se observa siempre como uno de los momentos cruciales para la aparición del Homo sapiens. De hecho, con el lenguaje se hace gradualmente posible adquirir no sólo las experiencias propias, sino también a través de los otros. Se hace también posible construir sonidos que, asociados tal vez al principio con la mímica, se convierten luego en símbolos en sí mismos. Además, permite asì el surgimiento gradual de la abstracción. En resumen, no hay necesidad de hacer el elogio del lenguaje, aun por la contribución que ha dado a aquel proceso evolutivo (gracias a las ventajas de supervivencia que ofrece) hacia cerebros màs ricos de corteza y de conexiones, que ahora son el patrimonio del hombre moderno. Pero, ¿qué hay detrás de la capacidad de hablar, de articular los sonidos y las palabras?

Para tratar de entender algo es interesante comparar el hombre con los grandes simios (que no hablan), por ejemplo, el chimpancé, y ver lo que el hombre tiene de tan diferente. Se da cuenta entonces que estas diferencias no existen en un solo lugar, sino en varios puntos de las estructuras nerviosas. La parte quizás más sencilla de estudiar es, por así decirlo, el "altoparlante", es decir, el aparato vocal que emite los sonidos. Aquí vemos claramente las diferencias entre los chimpancés y los seres humanos. Sin entrar en detalles, se ve, por ejemplo, que en el mono el " altoparlante " (el aparato vocal para expresar el lenguaje) es muy rudimentario, y está conectado al cerebro por pocas fibras nerviosas. En los seres humanos, las conexiones son mucho más ricas y, sobre todo, reflejan la capacidad de elaboración de la corteza. Existe en el hombre un sistema mucho más refinado de músculos, que permite modular de diversas maneras la tensión de las cuerdas vocales; mientras que en los chimpancés esta capacidad para modular casi no existe, porque los músculos se contraen de una manera rudimentaria, por causa del menor número de fibras nerviosas. Ademàs, en los humanos hay una amplia cavidad laríngea (tal vez debido a los ajustes resultantes de una posición erecta), por lo que las vibraciones del aire pueden ser elaboradas por la cavidad de la boca a través del juego de la lengua, los dientes y los labios, lo que produce las vocales y las consonantes.

Sin embargo, es obvio que esto es sólo el punto final, es el "altavoz" de un sistema que tiene su centro operativo a otro nivel: es decir, en el cerebro. En otras palabras, todo el aparato vocal es como un teatro de marionetas que se mueven a través de los hilos (nervios) que son tirados por determinadas zonas superiores del cerebro. ¿Cuàles? En el Instituto Max Plank de Munich, en el departamento de investigación sobre el comportamiento de los primates, los profesores D. Ploog y U. Dr. Jurgens, precisamente estudian los mecanismos del lenguaje en los seres humanos y en los monos. Desde la época de Paul Broca, cirujano francés del 800, se sabe que el hombre tiene en el lóbulo frontal izquierdo (para los no zurdos), un centro que preside las funciones del lenguaje.

La primera pregunta que nos podemos hacer es: ¿esta "área de Broca" existe, aunque en menor medida, también en otros primates (o sea en los monos), o no? "Bueno, esto también existe en los primates, al menos en términos de la morfología y la arquitectura", dice U. Jiirgens, "pero tiene otra función que aún no hemos sido capaces de entender. Sin embargo no es necesaria para el lenguaje. Esto probablemente significa que durante la evolución se produjo un cambio de funciones en esta área, aunque la arquitectura básica sigue siendo la misma. »

- ¿Esto significa que los monos tienen otro centro que regula sus vocalizaciones? "Sí, y aquí también hay algunas observaciones muy interesantes con respecto al hombre. Detrás del área de Broca, de hecho, hay una pequeña zona que es parte de la corteza motora (es decir, de esa gran parte del cerebro que gobierna los movimientos del cuerpo): si esa área pequeña es destruida, resulta una parálisis de los músculos de la cara, tanto en humanos como en los animales. Pero con una diferencia crucial: si esta destrucción es bilateral el hombre se convierte en mudo, el mono no. Esta diferencia muestra claramente que los centros del lenguaje en el hombre y de la vocalización en los monos se encuentran en diferentes lugares, debido a que el mono puede seguir emitiendo sus sonidos, el hombre no. De hecho, los centros de vocalización en el mono se encuentran en la parte antigua del cerebro. Pero lo significativo es que el hombre, después de una semana de absoluto silencio, se recupera la capacidad de producir sonidos. Pero ya no es capaz de modularlos."

- Entonces el hombre, en cierto sentido, recomienza a utilizar sus estructuras arcaicas, y vuelve a hablar en modo pre-humano como hacìan sus ancestros lejanos? "Sì. Digamos que, en la práctica, ya no expresa nada más que emociones, como lo hace el mono. Para decirlo más simplemente, el aparato vocal del mono es el equivalente de lo que existe en los seres humanos cuando expresa, por ejemplo, el llanto, la risa, el dolor. En este sentido, las estructuras neurales del mono pueden ser un modelo útil para estudiar la organización de estas funciones.”

La evolución del lenguaje.

Como es natural, nos podemos preguntar cómo se hizo la transición entre una lengua "emocional" (regulada por el cerebro arcaico) y aquella de la palabra (regulada por la corteza). ¿Esta evolución del sistema nervioso se llevó a cabo en los homínidos? ¿Las estructuras de los australopitecos ya tenía el tipo transitorio? O sea ¿comenzaban ya a usar un poco de la corteza en la emisión de sonido, y entonces empezaban ya a hablar? "La evolución del lenguaje, creo, comenzó con los sonidos emocionales", dice Jiirgens. "Luego hubo una producción voluntaria de estos sonidos y algún inicio de modulación. De esta manera empezò a tener un repertorio más amplio: por ejemplo, una diferencia entre la risa, el júbilo y la alegría, etc. Así, paso a paso, los pre-homínidos adquirieron un mayor control sobre su producción vocal. Esto puede haber sido el primer (e importante) paso, porque sabemos que el mono no tiene prácticamente ninguna capacidad de control sobre sus sonidos: son todos innatos.”

Experimentos realizados en el Instituto Max Plank muestran que las vocalizaciones de los monos (como de otros animales) están presentes ya al nacer, o sea que no necesita ser aprendidas. Incluso el hombre, además, cuenta con su propio repertorio vocal innato: no sólo las lágrimas, risas, gritos, etc., sino también el “balbuceo” típico de los niños, es decir, el libre juego de sonidos que precede al lenguaje y que tiene una duración de varios meses. De hecho, se ha observado que incluso los niños sordos, hijos de padres sordos tienen este período de “balbuceo” (que es por lo tanto innato, no adquirido). La verdad hay que decir que este programa innato de sonidos y vocalizaciones no es tan rìgido, incluso en los animales. Vimos, por ejemplo, que las hormigas tienen un "lenguaje" que se puede aprender, y que presenta diversidad incluso entre grupos pertenecientes a la misma especie; también vimos que los pájaros tienen duetos, muy personalizados, diferentes entre cada pareja. También sabemos que los monos de la misma especie, en diferentes zonas geográficas, tienen por así decirlo "dialectos" diferentes.

Por supuesto que siempre es difícil distinguir entre innato y adquirido, pero las observaciones recientes parecen indicar que ciertos monos ya son capaces de "inventar" nuevos sonidos. Son los famosos macacos de las islas japonesas (los que han aprendido a lavar las papas, a separar las semillas en el agua y a transmitir estas enseñanzas a las generaciones futuras): los investigadores que los observan desde hace años dicen que han descubierto un sonido que es producido cuando el barco llega a la isla, para llevarles comida adicional. Es un sonido que significarìa, en esencia, "Llega el barco!" y que es aprendido por las nuevas generaciones (es decir, sólo por los jóvenes, no por los viejos). Lo interesante es que este evento se verificò en las diferentes islas en observación: y, lo más sorprendente aun, el sonido en cada isla es diferente! Como si se tratase de la misma "palabra", pero en diferentes idiomas. ¿Qué piensa el doctor Jurgens de esto? "Creo que es en esta dirección que hay que buscar el origen de la palabra. Estos sonidos son sin duda variantes de su repertorio normal, son modificaciones. El primer paso en esta evolución, creo que fue la aparición de sonidos estrechamente relacionados con los sonidos emocionales.”

**Dorogoi** · 29-jun.-2012, 03:20

Toda la historia está llena de hombres geniales en todos los campos, que han surgido por sus cualidades innatas y no han recibido una educación especialmente brillante (Einstein, después de todo, que era malo en la escuela ...). Esto es válido no sólo para la inteligencia, sino para toda una variedad de otros talentos "inscriptos" en los circuitos del cerebro: la música, matemática, lenguaje, dibujo, etc. Es igualmente claro, sin embargo, que nadie es capaz de hacer música o matemática, pintar o incluso hablar, a menos que haya "aprendido" todas estas cosas a través del medio ambiente.

L'ambiente ha un ruolo immenso perché è in grado di sviluppare (oppure no) le predisposizioni individuali. Da zero all'infinito. Tentare perciò di stabilire, allo stato attuale, delle percentuali precise sull'influenza dell'una o dell'altra componente in un individuo, ha osservato argutamente un biologo, sarebbe come voler stabilire quale era la percentuale di eredità e di ambiente nell'amore tra Giulietta e Romeo...

El medio ambiente tiene un papel muy importante ya que es capaz de desarrollar (o no) las predisposiciones individuales. Desde cero hasta infinito. Intentar establecer, en la actualidad, el porcentaje preciso de la influencia de una u otra componente en un individuo, ha observado con agudeza un biólogo, sería como tratar de determinar cuál es el porcentaje de herencia y de ambiente en el amor entre Romeo y Julieta ...

LA CONSTRUCCIÓN DE LAS MEMORIAS.
Las pistolas de pulverización.

El pasaje de los estímulos ambientales en el sistema nervioso por lo tanto, puede causar modificaciones en diversas formas. Es bien sabido ahora que los puntos de contacto donde las ramificaciones nerviosas se “tocan" para pasarse el mensaje de una a otra, se llaman "sinapsis". O sea, la celula que transmite, en ese preciso punto tiene (para usar un poco fantasiosa pero eficaz) una" pistola pulverizante": es decir, un sistema que rocía sobre la membrana de la otra celular sustancias químicas.

Hay muchos tipos de estas sustancias químicas (acetilcolina, dopamina, serotonina, noradrenalina, etc), cada una de las cuales causan reacciones diferentes. Estas sustancias se llaman neurotransmisores químicos. La célula que es rociada, tiene en ese punto un "receptor" que es sensible a este mensaje químico: ya través de un juego de excitaciones e inhibiciones este estímulo puede actuar como un gatillo, provocando en la célula nerviosa receptora una descarga eléctrica (debido a la polarización y despolarización de la membrana).

Esta descarga eléctrica correrà a lo largo de las ramificaciones y provocará a su vez otras "salpicaduras" en los puntos de contacto con otras células nerviosas, y así sucesivamente. Todo esto probablemente deja alguna huella en el sistema. De hecho, el paso de la señal pone en marcha una serie de mecanismos que afectan a las membranas, los puntos de transmisión y recepción, la producción de sustancias químicas, su reabsorción, etc.. Las sinapsis, como enchufes biológicos, representan los puntos de contacto entre las células nerviosas. Una célula puede tener más de un millar de estos puntos de contacto. Investigaciones recientes han demostrado que, sólo a nivel de las sinapsis, están involucradas en esta actividad por lo menos una docena de fases.

¿Esta es la forma en que se almacena la información? ¿Es decir, estas modificaciones representan, por así decirlo, un nueva "conformación" de los circuitos, y por lo tanto constituyen una huella del pasaje del estímulo anterior? ¿La memoria, entonces, podría ser el resultado de estos alteraciones estructurales y también químicas? Vamos a escuchar lo que piensa uno de los mejores investigadores más conocidos en este campo, el Dr. Edward Furshpan, de la Universidad de Harvard.

"La mayor parte de nosotros està convencida de que un día se descubrirà que la memoria es el producto de estas modificaciones de las sinapsis; o incluso, en algunos casos, el producto de la aparición de nuevas sinapsis. En otras palabras, pensamos que la actividad mental, el aprendizaje o los recuerdos, sean impulsos que viajan a través de esta red de comunicación. Al recordar o aprender algo - por ejemplo, nos sentamos al piano y aprendemos a tocar algo que antes no sabíamos - quiere decir que los impulsos nerviosos han tomado caminos que antes nunca habían recorrido "

"Me gustaría hacerles un simple ejemplo: la famosa asociación del perro de Pavlov entre la presentación de la carne y el sonido de una campana. El hecho de que, después de cierto número de repeticiones, baste sólo el sonido de la campana para provocar la salivación en los perros significa que se ha establecido (o fortalecido) una conexión entre el sistema auditivo y las neuronas que controlan las glándulas salivales; una asociación que antes no existía. Los impulsos nerviosos, entonces, se vuelven capaces de recorrer un camino que nunca había recorrido antes. Y todo esto representa el proceso de aprendizaje. »

Según Ud., puede tratarse de una conexión que ya potencialmente existe y que viene activado, o es un crecimiento real de una nueva conexión?
"Creemos que más bien a una activación de las conexiones que ya existen, porque nuevas conexiones sinápticas requieren más tiempo para desarrollarse. Sin embargo, es un campo abierto a las hipótesis, porque algunos investigadores han demostrado que en ciertos tejidos de cultivo pueden establecerse nuevas conexiones nerviosas en un corto período de tiempo: desde unos pocos minutos hasta media hora. Así que se puede establecer una sinapsis efectiva en 10-15 minutos. Es un campo de estudio en pleno auge.”

**Aldoux** · 30-jun.-2012, 10:06

¿Dorogoi es Socorp o mi interpretación es errónea?
No sé si eso ya se ha comentado antes, aunque viene siendo lo de menos XD

Toda la información del libro expuesta en el tema es razonable y la redacción de Dorogoi es atrapante.
Yo comparto este video donde un chimpancé tiene mejor memoria numérica que un humano.

**Dorogoi** · 01-jul.-2012, 01:41

Iniciado por Aldoux

¿Dorogoi es Socorp o mi interpretación es errónea?
No sé si eso ya se ha comentado antes, aunque viene siendo lo de menos XD

Toda la información del libro expuesta en el tema es razonable y la redacción de Dorogoi es atrapante.
Yo comparto este video donde un chimpancé tiene mejor memoria numérica que un humano.

Muy interesante el video....Increible!!!

Aclaro (otra vez) que es una "traducciòn" de partes de un libro de Piero Angela. Por si no estaba claro. Todos sus libros son atrapantes; en eso coincidimos.

**Dorogoi** · 02-jul.-2012, 01:53

Volviendo a las emigraciones y al fuego, traduzco esta parte interesante. En realidad es todo interesante pero es muy largo.
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Dominio del fuego.

El antiguo mito de Prometeo, que robó el fuego a los dioses y se lo dio a los hombres y cambiar asì su destino, tiene, más allá de la leyenda, alguna información técnica. En el sentido de que el descubrimiento del fuego, o más bien la capacidad de controlarlo y producirlo, fue en realidad una de las innovaciones que más han contribuido a cambiar la historia de la humanidad. Dominar el fuego querìa decir iniciar la construcción de la cerámica, y querìa decir sobre todo poder fundir los metales. Sin metales tecnología moderna no podìa nacer. En consecuencia, no puede nacer tampoco aquellos cambios y aquellos objetos que han caracterizado, en los milenios, la civilización humana: desde jarrones decorados de vidrio, desde las joyas al betún, de las armaduras a los cañones, de los radiotelescopios a las sondas espaciales. Todas estas cosas tienen sus raíces en el dominio del fuego; un evento que tuvo origen en alguna época lejana del pasado, por obra de un desconocido llamado Prometeo.

¿Dónde y cuándo?
La hipótesis más simple que se puede hacer es que los primeros fuegos los homínidos los hayan encontrado ya listos, sin tener que inventar una técnica para encenderlos: estaban representados por los incendios producidos por la combustión espontánea de arbustos secos, o de las llamas causadas por los rayos o por las erupciones volcánicas.

¿Es posible que alguien haya empezado a pensar en la recuperación de los tizones encendidos para alimentar su propio fuego?
No hay evidencia, por supuesto, de una hipótesis como esta, pero un reciente descubrimiento hace que sea plausible. Hasta hace poco la más antigua evidencia de fuego humano era esa descubierta en el sur de Francia, cerca de Marsella. En una cueva cerca de Escale se encontró un verdadero hogar con un diámetro de un metro, con varias áreas quemadas y cubiertas de ceniza y carbón: datan de hace unos 750,000 años (se trataba entonces de un Homo erectus).

Los recientes hallazgos, sin embargo, han retrasado la fecha de nacimiento del primer hogar. En África, en el Chesowanja, en Kenia, un grupo de investigadores británicos, canadienses y estadounidenses ha descubierto un sitio que data de 1,4 millones de años atrás y tiene las huellas muy claras de un hogar. Hay fragmentos de tierra quemada por un largo tiempo, varias veces (probablemente a temperaturas entre 400 y 700 grados, típicos de la leña). A su alrededor hay huesos de hipopótamos, cocodrilos, ganado y un gran número de rudimentarias piedras labradas. En aquel momento no había nadie todavía capaz de encender un fuego, por supuesto: las técnicas necesarias (la chispa de un pedernal o frotando dos maderas secas) eran demasiado refinadas para los pequeños cerebros de los homínidos de esa época. En esa región, además, vivìan en esa época los australopitecos: demasiado estúpidos para una hazaña por el estilo.

La hipótesis de los investigadores es que este fuego sea tal vez de vincularse a la aparición de los primeros Homo erectus: tal vez una banda nómade llegada a la zona y tal vez encontrándose con los australopitecos (que en ese momento ocupaban los sitios de los alrededores). Ni siquiera ellos habrìa podido, probablemente, "encender" el fuego: pero tal vez, manejarlo sì.

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