SÍ: si no fuera por lo que ES, oigan.., ¡sería de chiste!

Visualicen: yo hace como que un par de meses que estoy en la India y menos de un mes que he llegado a lo que tienen los Campaments dels sense llar en व्हडलें गोंय {o, "Goa Velha"}.

Soy un cooperante y estoy MUY concienciado y comprometido. Un ejemplo no más: no más llegar a territorio hindú, en el mismísimo aeropuerto, he formado la de Cristo es Dios -¡ha tenido que venir el cónsul a comisaría!- porque unos CAFRES de uniforme ¡han intentado apartarme (a mí y a otros occidentales) la DESOLADORA manada de manos de niños pidiéndome cualquier cosa a PALOS y GARROTAZOS que, literalmente, DESTROZABAN dentaduras y ABRÍAN cabezas!

El joven y ya muy veterano sacerdote que tenía la responsabilidad última, oigan.., al final se HARTÓ de aguantar mis continuos intentos de hacer MÁS y que, sobre todo y ante todo, se NOTARA y, finalmente, me sacó del almacén y de los albaranes y, con otro chico italiano que ya llevaba dos años allí y sabía comunicarse con los nativos, me mando a hacer, ¡por fin!, trabajo de campo.

Se precisó poco tiempo para verme diciendo una y otra vez ¡que así se iba MAL, muy MAL! Nosotros intentando nos escucharan, sobre todo, las madres para que no MUTILARAN a sus hijas (privándoles, señalaba enfáticamente yo.., de la plenitud de vida sexual que, como cualquiera, merecían); y, ¡sabía que la organización NO había evitado que, por lo menos, dos chicas hubiesen sido sometidas a SEMEJANTE atrocidad en la enfermería del centro! No, no, no..; ¡por favor!; ¡la coartada que así se evitan infecciones y que tal es, a fin de cuentas, un necesariamente asumible mal menor; no..! Hay que educar (o, ¿no es mejor lo que proponemos nosotros que sus supersticiones?), JAMÁS transigir con la connivencia con la ignorancia y el error.

La cosa se puso FATAL. En los pueblos, ¡vamos!, enseguida me pillaron. Un día, damas y caballeros, una niña de unos doce o trece años le preguntaba algo a mi compañero italiano -él SÍ les caía bien- mirándome como un paria mira a quien NO merece su respeto... No pude evitar, cuando se fué, preguntarle a mi compañero..; él, creo que con secreto gusto {estaba muy bien educado..; pero, creo que ya estaba HARTO de mí}.., me dijo que le había preguntado la razón por la cual yo era TAN malo que NO quería que las chicas pudieran tener novio, que si era que, como a los que apedreaban, NO me gustaban las chicas...

El joven y ya muy veterano sacerdote que tenía la responsabilidad última {que me consta me apreciaba sinceramente y, además, le debía MUCHO a quien firmaba mi carta de presentación} me trasladó a la portería; digo yo, damas y caballeros, que para permitirme tener y, si sabía, aprovechar la oportunidad de comprender que ya NO estaba en el Primer Mundo y que NO todos los seres humanos sabían si, además de la necesidad de superviviencia, había principia. Pero, en realidad, debo decir, noblesse oblige, que lo que me dijo es que era preciso y urgente perfeccionara mi habilidad linguística para comunicarme con los nativos ya que tenía muchas tareas que encomendarme que lo hacían imprescindible. Yo, ¡así era yo..!, me lo tomé como una prueba de que había ASCENDIDO.

Había un chico, tendría unos nueve o diez años.., que pronto se hizo de notar... Siempre estaba así como insistiendo e insistiendo en algo con uno de los ayudantes nativos de la enfermería que venía todos los días a la portería a buscar lo que hubiera aquel día para la enfermería... SÍ: no tardó el chicuelo en ver que era yo quien daba y era el ayudante nativo de la enfermería el que saludaba con respeto cuando recibía. Supongo que pensó que era yo algo así como, por lo menos, el hijo del amo de la enfermería; pero yo, entonces, simplemente pensé que le caía bien porque había progresado mucho en mi relación con los nativos. Salí de mi error el día que vino con su padre ¡y, comprendí que venía a pedirme -yo le había dicho al chico que si necesitaban algo en su casa me lo dijera- que hiciera le CORTARAN la pierna a su hijo en la enfermería!

NO capté TODO lo que significaba la cara feliz del chicuelo ¡que pensaba que yo diría que sí! porque yo, sinceramente INDIGNADO y ASQUEADO, sólo podía pensar en cómo contener mis ganas de ARAÑAR a ¡semejante padre!

Le amenacé a voz en grito con llamar a la pasma y, ¡no más oír tal!, se escaparon CORRIENDO. Evidentemente, damas y caballeros, lo comenté, ¡aún ardiendo mi ESCÁNDALO!, al joven y ya muy veterano sacerdote que tenía la responsabilidad última; que, simplemente, cabeceó y cabeceó...

Estaba conmigo no llegó a dos meses después cuando, delante de la portería, volvió a pasar aquel chicuelo (NO lo había vuelto a ver). ¡Me hizo gestos triunfalmente obscenos y procazmente burlones mientras exhibía que ya NO tenía una de sus dos piernas! Miré al joven y ya muy veterano sacerdote que tenía la responsabilidad última que, sin esperar le preguntara, me dijo: "sí: en el río; uno de los carniceros que allá desolla; ¡no sé cómo habrán podido convencerle!; pero, como allí no va nunca la policía..; bueno.., así podrán comer; por cierto, Jaume..; ¿ habrías denunciado si te hubieses enterado que se hacía, a escondidas, en la enfermería?". Le dije, SIN dudar, que ; y, añadí, debía tener mucho cuidado con cierto ayudante nativo, que cité por su nombre, porque, por lo que sea, parecía que era a quien se le pedían este tipo de cosas. NO me constaba que cediera a hacerlas; pero...

Casi dos años después de este momento, mes amis/es, yo corría como alma que lleva el diablo para no perder el avión que, ¡por fin!, me devolvía al balneario; me importaba un ardite, ¡no si DESTROZABA dentaduras o ABRÍA cabezas, no!, sino si MATABA cuando, con una enorme porra hecha con pene de búfalo relleno de contundente plomo y forrado de salvajes pinchos, trataba de impedir a las manadas y manadas de sucias, asquerosas manos pidiéndome lo que sea ¡impedirme avanzar a la ansiada LUZ y la deseadísima LIBERTAD!

Y, ¡oh; GRACIAS, Dios mío!, lo conseguí.

Lo primero que hice no más llegar fué lavarme restregándome FURIOSO con piedra pómez. Tuve la precaución de NO mirarme al espejo. Así pude saborear mi moscatell y mis galletitas danesas punteadas de una sombra de rizo de mantequilla holandesa rodeado de acuática calidez en mi bañera CON plácida y ya serena satisfacción...

Me miré al espejo al día siguiente: lamentablemente para mí, ¡ay!, ya sabía VER lo que NO ve quien mira contigo tu imagen reflejada en el espejo y comprendí lo caritativo que había sido el joven y ya muy veterano sacerdote que tenía la responsabilidad última de lo que tienen los Campaments dels sense llar en व्हडलें गोंय {o, "Goa Velha"} CALLANDO lo que, ¡lo comprendí!, él también VEÍA.

, ya les he dicho: si no fuera por lo que ES, oigan.., ¡sería de chiste!

Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

Jaume de Ponts i Mateu