Iniciado por
Peterdomin
Hay personas que suponen que dar consejos es una forma muy positiva de ayudar al prójimo.
En virtud de eso, todo el mundo quiere dar consejos,…porque son gratis; ¡No nos cuestan nada! Darlos no cuesta nada. ¿Y que son los consejos? ¡Palabras, puras palabras, y nada más que palabras!
Claro, todo el que aconseja lo hace con la creencia inocente de que está haciendo una gran cosa, un gran favor a su prójimo, por eso todo el mundo da consejos, a diestra y siniestra,…al fin y al cabo son puras palabras que se las lleva el viento y que no cuestan nada!
Vemos incluso que hasta borrachones se nos acercan hediondos a alcohol, a darnos una tanda de consejos, cuando los que están faltos de consejos son ellos mismos, …algo absurdo!
Parecido a aquel que nunca ha tenido éxito en nada, y aparece dando consejos.
Hay gente, también, que da unos consejos estrambóticos, fuera de serie: “¡Date un viajecito a Australia!; “¡Ve a Japón!”,…es decir, como si ir al otro lado del mundo fuera tan simple como doblar la esquina.
Y así por el estilo, abundan las personas que gustan dar consejos, y se van a la cama, en la noche, creyendo que hicieron una gran obra.
Pero cuando alguien a su alrededor necesita una moneda para comprar un pan, o para comprar un par de zapatos o un frasco de medicina, no aparece ningún consejero que le tienda la mano!
En ese momento, se esfuman todos los consejeros, como bola de humo, todos desaparecen. Dan media vuelta y se van.
Porque es muy bonito abrir la boca y dar sermones, pero este tipo de ayuda no están dispuestos a proporcionarla.
Porque es más fácil y mas bonito tirar palabritas bonitas, que abrir el bolsillo para socorrer al necesitado.
Si para estos “consejeros" cada consejo significara sacar una moneda del bolsillo,…podemos estar seguros de que no abrirían la boca para aconsejar a nadie!