Cuentan que cuando un silencio
aparecÃa entre dos,
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el dÃa
que nos tocaba olvidar
que, de tal suerte,
yo todavÃa
no terminé de callar.
Alguien apago la luz y no me aviso, se llevo el sol al lado opuesto de esta isla,
retiro el camino amarillo de mi vereda, alguien segó mi vos y se llevo lo mejor
que vieron mis ojos, las sorpresa que dan un encuentro casual, me dejo
noches enteras de dolor, con velas de lagrimas y sal.
Inesperadamente cayó este que es el peso del final, no me basta
comprenderlo dice el demonio azul que lo enfrentaré por unos meses, el
silencio mortal invade la morada que apenas comencé a construir, el dolor
pues es insoportable.
Alguien borro de tajo el sueño que nunca empezó, el grito se ahoga en la
garganta, me dejo con las manos vacÃas y sin ganas de volver a empezar.
El tiempo fuera no llego, todo se alinea haciendo una larga fila cuando lo único
que deseo es dormir una semana, para que añorando al despertar no sienta
esta pena que me embarga. Cuando pensaba que nada podrÃa hacerme
regresar, alguien me ha procurado el peor de los tormentos,
Voy a cerrar los ojos por un par de minutos, a tomarme esas pastillas que
evitan la migraña siga consumiendo, solo entonces pretendo tener una tregua
entre esta y la otra que no dejan de susurrar….