No hay más porque luchar Leviatanes...
De esta guerra de todo hombre contra todo hombre, es también
consecuencia que nada puede ser injusto. Las nociones de bien y mal, justicia
e justicia, no tienen allí lugar. Donde no hay poder común, no hay ley. Donde
no hay ley, no hay injusticia. La fuerza y el fraude son en la guerra las dos
virtudes cardinales. La justicia y la injusticia no son facultad alguna ni del
cuerpo ni de la mente. Si lo fueran, podrían estar en un hombre que
estuvieras solo en el mundo, como sus sentidos y pasiones. Son cualidades
relativas a hombres en sociedad, no en soledad. Es consecuente también con
la misma condición que no haya propiedad, ni dominio, ni distinción entre mío
y tuyo; sino sólo aquello que todo hombre pueda tomar; y por tanto tiempo
como pueda conservarlo. Y hasta aquí lo que se refiere a la penosa condición
en la que el hombre se encuentra de hecho por pura naturaleza; aunque con
una posibilidad de salir de ella, consistente en parte en las pasiones, en parte
en su razón.
Las pasiones que inclinan a los hombres hacia la paz son el temor a la
muerte; el deseo de aquellas cosas que son necesarias para una vida
confortable; y la esperanza de obtenerlas por su industria. Y la razón sugiere
adecuados artículos de paz sobre los cuales puede llevarse a los hombres al
acuerdo. Estos artículos son aquellos que en otro sentido se llaman leyes de
la naturaleza.
"Leviatán o la invención moderna de la razón"
Thomas Hobbes
«The brain is the seat of madness and delirium.»
1. Ilusion del fracaso: El ser humano mira el mundo en "línea recta", todo el sistema, lo capta bajo una línea temporal... Como una película que al paso del tiempo se estropea y se pierde.
En realidad nada cambia, solo nos hacemos más consientes, todo lo que está sometido a la ilusión del cambio parece perder color, brillo y hasta pureza, pero en realidad, es solo algo que se transforma, adquiere otras propiedades tan sutiles que muchas pasan desapercibidas.
Bajo este concepto, todo lo que hacemos que no genere resultados deseados los consideramos erróneamente como fracasos, cuando en realidad afinamos, o descubrimos habilidades nuevas, hasta una tarea repetitiva nos deja algo.
Una sensación exhaustiva es el resultado de concentrarse en un solo estimulo, cuando nuestro entorno es tan variado, el simple pensamiento lo es. Imagine una manzana fresca, recien cortada, que resplandece con la luz... Y habrá desencadenado una serie de sensaciones tan maravillosas con unas cuantas palabras simples.
2. Ilusión de pérdida: El ser humano se aferra erróneamente a los seres queridos, y peor aún, a lo material. Cual bebé que llora cuando deja de ver a su madre porque cree que ha desaparecido.
Lo que nos da conciencia, son las virtudes colectivas que afinamos en comunidad. Por ejemplo una idea que aporto, alguien más la altera y a su vez la libera para que otra persona la altere también, bajo este proceso, nuestras generaciones "evolucionan" con nuestro legado. Por lo tanto, el negarles conocimiento y afecto es destruir a nuestra propia raza.
En realidad lo que nos satisface como seres vivos, es la riqueza que entregamos y que nos entregan todas las formas de vida y la nuestra propia raza, por lo que es incorrecto pensar que "se han ido", cuando viven a través de nuestras acciones, nuestra forma de ser y actuar.
En vez de pensar en lo que se pierde y lo que se obtiene, se debe disfrutar lo que en ese momento se está experimentando.
Esta mañana te sorprendo con el rostro tan desnudo que temblamos;
sin más que un aire de haber sido y sólo estar, ahora,
un aire que te cuelga de los ojos y los dientes,
correveidile colibrí, estático
dentro del halo de su movimiento.
Y no hablas. No hables,
que no tienes ya voz de adivinanza
y acaso te he perdido con saberte,
y acaso estás aquí, de pronto inmóvil,
tierra que me acogió de noche náufrago
y que al alba descubro isla desierta y árida;
y me voy por tu orilla, pensativo, y no encuentro
el litoral ni el nombre que te deseaba en la tormenta.
Esta mañana me consume en su rescoldo la conciencia de mis llagas;
sin ella no creería en la escalera inaccesible de la noche
ni en su hermoso guardián insobornable:
aquí me hirió su mano, aquí su sueño,
en Emel su sonrisa, en luz su poesía,
su desamor me agobia en tu mirada.
Y luché contra el mar toda la noche,
desde Homero hasta Joseph Conrad,
para llegar a tu rostro desierto
y en su arena leer que nada espere,
que no espere misterio, que no espere.
Con la mañana derogaron las estrellas sus señales y sus leyes
y es inútil que el cartógrafo dibuje ríos secos en la palma de la mano.
El Naufragio de Gilberto Owen
«The brain is the seat of madness and delirium.»
Las personas siempre agreden a sus sombras, enviando todo lo que pueden hacia abajo donde no puedan verlo, asi me agreden cuando coincido con su sombra.
Todo lo que puedo esperar es a que reconsideren las cosas y me den un grato saludo de reconpenza, no digo que no tenga defectos, pero estamos todos fastidiados de ellos.
"El diablo y yo nos conocemos"
«The brain is the seat of madness and delirium.»