Iniciado por
Peterdomin
El mundo del átomo esconde, tras su diminuto tamaño, muchos misterios y secretos.
Desde tiempos inmemoriales hasta el día de hoy los hombres de ciencia han estado empeñados en tratar de descubrir y dominar las fuerzas y el poder de tan pequeñas partículas. Y han obtenido avances extraordinarios; tan sorprendentes que no todo el mundo esta apto mentalmente para conocer y menos aún aceptar sus logros en el campo de la física atómica.
Mientras la gente común se pasa el tiempo en banalidades, equipos de científicos, a puerta cerrada, juegan con los átomos y se sumergen en ese ¨universo¨ microscópico mediante potentes ciclotrones, betatrones y aceleradores de partículas.
Los conocimientos que ya han alcanzado los hombres de ciencia sobrepasa y van mucho mas lejos de lo poco que vemos en los simples textos escolares. Los físicos actuales han logrado transmutar la materia, es decir, provocar artificialmente la mutación de los cuerpos simples entre si, creando oro artificialmente en pequeñas cantidades, el cual era el sueño de los alquimistas de la Edad Media.
Todo ello fruto de físicos como Juan Thibaud, R. A. Millikan, Wilson, Maxwell, y otras celebridades, entre los que cabe destacar a Albert Einstein, el mayor apóstol del atomismo, cuyas teorías revolucionaron la física moderna, dando un impulso gigantesco a la comunidad científica.
Hoy, gracias a Einstein y a otros genios, hasta los niños ya manipulan pistolas de juguete con rayos láser auténticos; hablan de la Ley de la Relatividad; de navegar a mayor velocidad que la luz; de traspasar la cuarta dimensión; de transformar la materia en energía; del cuarto estado de la materia; del choque de materia y anti-materia, etc. Incluso se comenta que ya se han logrado realizar viajes al través del tiempo en máquinas sofisticadas, como vemos en la fascinante obra literaria de J. J. Benítez, titulada Caballo de Troya; y de hacer invisibles aviones y barcos, con todo y tripulación, como en el famoso Experimento Philadelphia, ocurrido en 1943.
¿Increíble? ¿Imposible?