Desde hace mucho tiempo, desde que hago uso de mi razón, siempre he escuchado a la gente decir “gracias a Dios” cuando alcanzan una meta que parecía imposible alcanzar o cuando las malas adversidades se logran pasar sin recibir un efecto negativo. Pero ya analizándolo bien, esa frase es bastante dicha cuando sólo pasan cosas buenas en la vida de alguien. Es extraño por no decir raro, que alguien agradezca a Dios por todas las cosas malas que pasan en su vida y en el mundo.
A veces pienso que es muy injusto que el humano se limite a eso pues quien se esfuerza, quien vive y logra, es uno mismo gracias a sus propias fuerzas de convicción tanto físicas como mentales. Si al final el resultado es bueno o malo, quien tiene la culpa seria yo mismo y no Dios. Quizás hasta cuestionar esa deidad mental llamada Dios vendría siendo culpa mía si se ve desde el punto de vista religioso, siendo una buena o mala critica la que haga.
Por momentos hasta yo mismo me quiero quitar de la mente todo ese vanalismo de conveniencia y dejar de darle gracias a Dios sólo por lo bueno que pasa y ha de pasar, dejar de darle gracias a Dios sólo por los buenos sucesos y acontecimientos que pasan en el mundo, como desde hace tanto tiempo me lo enseñaron e inculcaron como a todas las personas del mundo. Pero al llegar a ese punto, me pondría en contra de todo mi entorno sea social o religioso y me tildarían de loco o hereje.
Pero en fin, como alguien (no recuerdo si fue David, Salomón o Job) en la Biblia dijó y escribió “si de Dios espero lo bueno, ¿por qué no esperar lo malo?”.
Y si Dios existe pues le doy gracias por todos mis fracasos, mis malos momentos y mis malos pesares pasados y por venir. Extendiéndome a mí entorno, Dios te doy gracias por las guerras, por el hambre que sufre el pobre, por los gobiernos corruptos, por la diferencia de clases, por la muerte, por los asesinos, por los violadores, por las enfermedades, por la hipocresía, por la vanidad, por las mentiras, por la enemistad, por la infidelidad, por la injusticia y la desigualdad, por los que roban en tu nombre, por los desamores, y por la falta de humanismo en todas las personas. Gracias Dios por hacerlo todo calculable y perfecto. Y gracias Dios por mi locura.