Chat

Chatea gratis con amigos de todo el Mundo

Mostrando resultados del 1 al 5 de 5

Tema: Un Secreto Que Contar

Hybrid View

Mensaje Previo Mensaje Previo   Próximo Mensaje Próximo Mensaje
  1. #1
    Fecha de Ingreso
    01-enero-2009
    Ubicación
    Por ahi..
    Mensajes
    6.138

    Predeterminado

    Dale Keisha, sigue con la historia que está muy buena. Me hace recordar algunos episodios de la guerra en la que los esposos abandonan el hogar para ir a luchar por la patria.

    Suelta la tercera parte...

  2. #2
    Fecha de Ingreso
    14-noviembre-2010
    Mensajes
    7

    Predeterminado

    bueno, a peticion de algunos, voy a poner el tercer cachito de la histo, y espero que os esté gustando!

    ___________________________________________


    Un chico de mi edad más o menos, de pelo castaño oscuro, con los ojos color chocolate, profundos como las entrañas del mar. Llevaba el pelo corto, con un leve flequillo que le tapaba poca parte de la frente. Sus ojos, pequeños y chispeantes me miraban fijamente. Su naricilla achatada resaltaba sobre su joven rostro. Sus labios eran finos y delicados. Lo supe en cuanto lo vi. Era el chico de mis sueños, mi chico ideal. Noté como mis pómulos pasaban de mi claro color de piel a un rojo color carmín.

    - Oh, lo… lo siento… yo… no estaba atenta y… perdona.
    Una leve sonrisa me tranquilizó, y me transmitió paz y serenidad.
    - No te preocupes, yo tampoco iba atento. Esto… - Vi como sus pómulos también empezaban a sonrojarse. - ¿Tomamos algo?

    Dudé un momento, pero acepté. Al fin y al cabo, no quería perder la oportunidad de conocer a una persona tan… maravillosa.
    Fuimos a un kiosco que había cerca de allí. Nos compramos algunas chuches y nos sentamos en un banco del parque que había justo al lado. Ninguno de los dos decía nada, por lo que me decidí a comenzar a hablar. Lo que yo ni me imaginaba es que él había pensado justo lo mismo.

    - Bueno… - Dijimos los dos a la vez.

    Nos reímos tímidos durante unos instantes, y algo me dijo que a este chico no lo iba a olvidar fácilmente, y que no íbamos a dejar nuestra relación en un simple “conocidos”.

    - Bueno, creo que deberíamos empezar a conocernos. - Comenzó a hablar de nuevo.
    - ¡Uf! Entonces vamos a tener que quedarnos aquí toda la noche. - Dije en tono de chiste.

    Él soltó una carcajada, y para mi sorpresa, no era nada forzada. Era espontánea, y preciosa. Tan preciosa como su rostro.

    - En fin, yo me llamo Neythan. Tengo 16 años, y vivo a dos manzanas de aquí, en la calle Arquímedes. ¿Sabes dónde es?
    - Sí, se dónde es. Yo me llamo Tyara, y tengo 14 años. Vivo a una manzana de aquí, en la calle Luxemburgo.

    Y desde ese momento, comenzamos a hablar de nuestras vidas. Dónde estudiábamos, dónde solíamos ir… etc. Me pareció que él evitaba el tema de mi padre. Es decir, del presidente. Nos pasamos horas y horas hablando, y vimos juntos cómo se ponía el sol. Creo que esa fue la puesta de sol más romántica y maravillosa de mi vida. Eran ya las nueve, y mi madre debía estar preocupada. Le dije que debía irme, pero cuando me iba a levantar del banco él me agarró de un brazo.

    - No quiero que tú y yo tengamos sólo una relación de amigos. - Y acto seguido, me besó. Esos instantes me pareció que el tiempo se paraba, que todo se esfumaba, y que sólo existíamos él y yo. Cuando se separó no dijo nada, simplemente salió corriendo en dirección opuesta a mí.

    En cuanto llegué a mi casa, mi madre me saludó y me dijo que si estaba bien.

    - Claro, mamá. Estoy perfectamente… ¡No! Estoy mejor que perfectamente.
    - ¿Y a qué se debe tanta felicidad?
    - Bueno, cuando salí a dar un paseo, estaba por el parque de Los Gnomos cuando me tropecé con un chico. Y…
    - No digas más. Ya sé lo que te ocurre. Estoy maravillada de que por fin te hayas enamorado de alguien especial para ti.
    - Pero déjame que termine, por favor.
    - ¿Qué quieres decirme?
    - Me ha besado. Nos hemos conocido, hemos estado hablando hasta tarde y… cuando he ido a despedirme… bueno… me ha agarrado del brazo y me ha besado.
    - Oh, Dios mío… - Mi madre lo dijo en un susurro tan suave que parecía que sus palabras se mecían en el viento. - ¡Es maravilloso! Mi hijita, ¡su primera relación! Vamos, vístete, debemos ir a comprarte ropa.
    - Pero mamá, son las nueve y media de la noche, ya no hay nada abierto. Además, no necesito ropa.
    - Es cierto, no hay nada abierto. Bueno, mañana saldremos de compras y te compraré toda la ropa que quieras. ¡Toda!
    - Pero no necesito ropa, mamá.
    - Claro que necesitas. Es tu primera relación y debes ir radiante. Quiero que estés preciosa para él. Claro que tú estás preciosa siempre, bueno, es que eres preciosa, pero quiero que estés aún mejor. Hay que comprarte maquillaje.

    Estábamos cenando, y mi madre seguía pensando en mi… bueno… relación. Me parecía impresionante que de la noche a la mañana, bueno, mejor dicho, de la mañana a la noche tuviera mi primera relación, es decir, mi primer novio. Terminamos de cenar, ayudé a mi madre a fregar y nos pusimos a ver la televisión. Eran ya las once de la noche cuando bostecé por enésima vez.

    - Buenas noches, mamá. Me voy a la cama.

    Le di un beso y me acosté.
    Eran las 9 de la mañana cuando mi madre descorrió las cortinas de mi habitación.

    - Buenos días, princesa. Mira qué día tan maravilloso ha amanecido. Venga, vístete y baja a desayunar, que hoy nos vamos de compras.

    Me levanté feliz. Estaba dispuesta a todo. Era mi día perfecto. Iba a ir de compras con mamá, cosa que me encantaba, y me encanta. Después iba a ir a dar otro paseo, buscando a Neythan, por supuesto.
    Me levanté de un salto, me puse unos vaqueros y una camiseta, mis botines y fui a asearme. Salí del baño, y bajé. Desayunamos, con una sonrisa cada una. Salimos, nos cercioramos de que llevábamos todo y habíamos apagado y cerrado todo y mamá cerró la puerta de casa. Nos montamos en el coche, y camino al centro comercial, le conté la historia de cómo había conocido a Neythan, y todo lo que sabía de él. “No quiero que tú y yo tengamos sólo una relación de amigos” esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. Llegamos al centro comercial, e hicimos muchísimas cosas. Compramos camisetas, pantalones, miles de zapatos, maquillaje, pasamos por la peluquería…
    Al volver, me cambié, estrenando todo. Me puse una falda de flores naranjas y verdes, una blusa a juego, y unos tacones medio altos blancos. Me peiné, dejándome el pelo suelto. Me maquillé más de lo que lo había hecho en toda mi vida, con rimel, colorete, brillo de labios, sombra y lápiz de ojos…
    Cogí un bolso naranja y verde, también a estrenar. Metí el móvil, la cartera y mis llaves. También metí mis gafas de sol, ya que eran las cuatro de la tarde e… iba a hacer sol. Me despedí de mi madre, que me dijo que iba preciosa. Una vez todo preparado, salí de mi casa, y fui por el mismo camino a la misma hora que ayer. Llegué al punto donde ayer me choqué con Neythan. Seguí caminando, buscándolo. Y no fue nada difícil encontrarlo. Estaba en el banco donde nos sentamos ayer.

    - Hola. - Estaba bastante nerviosa. - ¿Qué tal?
    - Hola. Bien ¿y tú?
    - Bien. - Neythan sonrió, y yo también, sin saber que decir.
    Él se decidió a hablar.
    - Quería hablarte sobre lo de ayer. Es que… bueno… estuvimos hablando hasta tarde y… voy a serte sincero… me enamoré de ti desde el mismo momento en que me miraste. Supe que eras la persona indicada para mí, eres… perfecta.
    Sus palabras me llenaron de alegría y emoción a la vez. Quise dejarle claro lo que yo sentía por él, no quería que pensara que no me gustaba. Yo sentía por él exactamente lo mismo que él por mí.
    - Yo también te quiero. - Me pareció que esas palabras eran exactamente lo que él quería oír. - Me parece bien que te lanzaras, porque si no lo hubieras hecho seguramente no nos volveríamos a ver. Y si eso pasara… yo… no se que haría.
    - Entonces hice bien. - Rió tímidamente, como si escondiera algo. Pero si eso fuera cierto, no me importaría, ya que yo también tenía secretos, además, aunque fuera mi novio, no nos conocíamos lo suficiente como para comenzar a contarnos los secretos. - Bueno, supongo que somos… bueno… ya sabes… novios.
    - Sí… - ¿Pero por qué nos comportábamos así? Éramos novios y nos daba vergüenza mirarnos a la cara. - Creo que no tenemos que tener vergüenza… somos pareja, ¿no?
    - Sí. - Sonrió de nuevo con esa preciosa sonrisa que tenía.
    - Entonces vayamos a dar un paseo. Supongo que tenemos muchas cosas de las que hablar.
    - Sí. Por cierto, les conté a mis padres lo nuestro, lo que pasó ayer.
    - Yo también lo hice, tranquilo.
    - Bueno, que quieren conocerte. ¿Qué te parece si esta maravillosa tarde la dedicamos a conocer a nuestros padres?
    Dudé un segundo, pero, puesto que estaba con la persona que más había amado en toda la vida, acepté.
    - Pues no se hable más, en marcha. Por cierto, estás preciosa.
    - Muchas gracias. - Nos sonreímos mutuamente.

    Tal y como lo habíamos acordado, fuimos a conocer a la familia. Primero fuimos a casa de sus padres, que me invitaron a entrar. Nos tomamos algo y estuvimos hablando durante bastante tiempo. Me trataron genial, esa familia era maravillosa, al igual que él.
    Nos despedimos y fuimos camino de mi casa. Cuando mi madre nos vio entrar por la puerta, casi dio saltos de alegría. Volvimos a tomar algo y charlamos durante más tiempo todavía. Cuando eran ya las ocho y media, Neythan me dio su móvil y correo electrónico y me dijo que me llamaría mañana. Me dio un beso y se fue. Mi madre me estuvo dando la brasa sobre él durante un media hora. Que si era guapo, que si era simpático, que si que suerte tenía…
    Salimos a cenar fuera, y nos fuimos a la pizzería. Tomamos una pizza cada una mientras charlábamos, y eran ya las diez de la noche cuando volvimos a casa. Nos cambiamos, poniéndonos el pijama y nos fuimos a ver la tele. A las doce, ya estábamos muy cansadas, así que nos fuimos a dormir.

    Aquella mañana me despertó el móvil. Era Neythan. Le contesté.

    - Hola Neythan. ¿Dónde y a qué hora?
    - Hola Tyara. A las cinco en el parque. Ya sabes en qué banco.
    Colgó. Miré la hora, y eran las once de la mañana. Me levanté, me cambié, me aseé y bajé. Mi madre estaba en la cocina, preparando el desayuno para ella.
    - ¿Te hago ya el desayuno?
    - Sí, por favor.

    Desayunamos juntas, y la ayudé con los platos. Una vez terminada la faena, mi madre se fue a hacer las tareas de la casa y yo cogí mi ordenador. Neythan estaba conectado, así que me quedé hablando con él.

    - Tyara, tengo que decirte algo importante.

  3. #3
    Fecha de Ingreso
    14-noviembre-2010
    Mensajes
    7

    Predeterminado

    Bueeeno, llegamos al final de la histo.... ÚLTIMO CACHO!!
    Espero que os haya gustado, y de nuevo... COMENTAD!
    __________________________________________________ ___

    -Tyara, tengo que decirte algo importante. Algo que me llevo callando desde hace mucho antes de conocernos. Pero no te lo puedo decir por aquí. Cuando nos veamos, te lo diré.

    Se desconectó. Me quedé con la intriga de qué es lo que me quería decir.

    Las dos. Mi madre me llamó para comer. Comimos y la ayudé con la mesa, como siempre. Mi madre se fue a echarse una siesta, y yo me quedé viendo la tele, pero sin dejar de pensar en qué es lo que quería decirme Neythan. Y ya me estaba empezando a preocupar. Me quedé dormida pensando. Me desperté a las cuatro y media. Fui corriendo a prepararme. Le dejé una nota a mi madre diciéndole dónde estaría y eran ya las cinco y cuarto cuando salí de casa. Fui corriendo al parque, donde Neythan estaba esperándome.

    - Lo siento, me he quedado dormida.
    - No importa. Escucha, te tengo que decir que yo… bueno…
    - Espera. Ya que vas a ser sincero conmigo, yo seré sincera contigo. Prometí que no lo diría, pero tú… bueno… yo confío en ti. En fin que mi padre… bueno… era el…
    - Presidente. - ¿Cómo podía saberlo? Yo nunca se lo había dicho… y… estaba casi segura de que mis padres tampoco.
    - ¿Cómo lo sabes?
    - Eso te quería decir. No me puedo callar más. Lo sé todo sobre ti. No por lo que tú me dijiste, sino porque te conozco desde siempre. Sé quién era tu padre, y sé que murió en la Guerra. Y sobre todo… sé quién le mató. - Mis ojos se llenaron de lágrimas, ninguna palabra saldría de mí. O eso creía…
    - ¡¿Quién?! ¡¿Quién?! ¡Dímelo, dímelo ya! - Dos lágrimas salieron de mis ojos.
    - Mi padre. Mi padre mató al tuyo. Yo lo he sabido todo desde el principio. Sé que debí decírtelo antes, pero… te iba a hacer daño y… no quiero… yo… te quiero tanto…

    No podía seguir allí. Debía irme… ya. Salí corriendo como si una tormenta eléctrica me persiguiera. Llegué a casa y entré corriendo. Mi madre me vio, quien me siguió y vino a consolarme.

    - ¿Qué te pasa, cariño?
    - Ma… mamá. Lo sabe todo de mí. Su padre… mató a papá… y… no me lo dijo… yo…
    - Tranquila, mi amor… Shhh… relájate. Descansa. No llores más, por favor.

    Mi madre se fue a prepararme un chocolate caliente, aunque estuviéramos casi en verano. Vino al ratito con dos tazas. Me dio una y hablamos durante mucho tiempo de mi padre. Ella sí que sabía cómo consolar. Era la mejor haciéndolo. A las ocho alguien llamó al timbre. Fui a abrir. Era Neythan, que estaba malherido.

    - Tyara… lo… lo siento…

    Dicho esto, se desmayó. Llamé de un grito a mi madre, quien vino corriendo. Me ayudó a meter a Neythan en casa, y le curamos las heridas. Después de un par de horas, Neythan se despertó. Mi madre se fue, dejándome a solas con él.

    - ¿Estás bien? - Al ver mi cara de preocupación, sonrió levemente, aliviado.
    - Sí… Escucha… lo siento… no quería hacerte daño… sólo quería dejar de esconderme cosas. No quiero tener secretos para ti.
    - Yo tampoco quiero tenerlos para ti. - Nos besamos, y recordé sus heridas. - Por cierto, ¿Qué te ha pasado?
    - Te fuiste llorando y… me rompiste el corazón. Fui a mi casa corriendo, con la intención de coger algunas cosas y volver a tu casa a buscarte. Mi padre me vio, y me preguntó el por qué de mis prisas. Le expliqué lo ocurrido, y se enfadó… mucho…le había prometido que jamás te diría la verdad. Pero no quería escondértelo… y… no quería hacerte daño…por favor… no te vayas nunca de mi lado… por favor… te quiero tanto…
    - Yo también te quiero. Y tranquilo… jamás me iré de tu lado.

    * * *

    Y lo cumplí. Jamás me fui de su lado. Aún estoy a su lado, y me da tanta pena verlo así… llorando por mí…

    - Tyara… tantos años juntos... y ahora… estás así… por favor, resiste… no te vayas… quédate conmigo…

    “No quiero que tú y yo tengamos sólo una relación de amigos” de nuevo, esas palabras retumban en mi cabeza.

    Veo una luz. Aún quiero a Neythan, pero sé que no me puedo quedar aquí. Debo irme… te esperaré Neythan. Siempre te esperaré.

    Un pitido discontinuo se convierte en uno seguido, y en la pantallita ahora se ve una línea dibujada como el propio horizonte.

    - ¿Tyara? ¡Tyara! No te vayas, por favor… te quiero…

    Cierro los ojos. Un leve suspiro sale de mí. No puedo escuchar nada más. Cruzo el túnel, que parece que me llama. Hay una silueta poco distinguible que me está esperando allí, al final… cada vez distingo mejor la silueta… por fin estás de nuevo conmigo… papá.

Normas de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder mensajes
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •