Ahórrese la ironía, escribí que vi un par de capítulos, cuando el mafioso debe
quedar bien con todos, en su familia tanto de sangre como política; cuando
se le complican las cosas con la amante; en el momento en que sus
problemas le rebasaron la necesidad de acomodar su vida lo llevo a crisis y al
psicoanálisis.
Los chistes mientras meten a los asesinados a la cajuela de hecho no me
hacen gracia.