Talvez pueda ser confundida con la insensatez, pero la frivolidad, las más de las veces, no nace del capricho, no nace de la venganza ni de la vergüenza, no nace de la conmiseración propia...
Nace más allá, nace de las palabras no dichas, de la falta de comprensión, de los pensamientos fútiles y de las cualidades que han sido investidas de buenas a primeras, nace ahí donde inicia el silencio, un silencio que da paz... aunque no lo parezca, bajo ciertas circunstancias, la frivolidad, tan mancillada por algunos, le trae sosiego a algunos espíritus!
La frivolidad propia es el mejor escudo contra la frivolidad ajena!
Respuesta.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.