Marx ya había identificado en el capitalismo una tendencia hacia el consumo, que él llamó fetichismo de la mercancía. En la teoría marxista del valor los bienes, de puras y simples cosas, producido del trabajo humano, se elevan al papel de relaciones sociales, y en modo simétrico, las relaciones sociales entre los hombres adquieren la apariencia, en el intercambio, de relaciones entre las cosas. Para ver el consumismo como un fenómeno de masas se tendrá que esperar casi un siglo.
En los años sesenta, la economía de los Estados Unidos y países de Europa Occidental experimentó un período de expansión. Este fenómeno, junto con la promulgación de leyes que, inspirado en el Estado de bienestar británico, tuvo el efecto de reducir las desigualdades económicas, los países occidentales alcanzaron un grado de prosperidad desconocido hasta ahora. Hubo un enriquecimiento general, como lo demuestra la creciente demanda de alimentos y bienes de consumo (automóviles, electrodomésticos, televisores, ropa, etc ...).
Pero mantener esta prosperidad estaba estrechamente vinculado a la continua expansión de la demanda de bienes, es decir, a su consumo. Así que la gente comenzó a ser inducida, principalmente por la publicidad, para comprar más y más, incluso utilizando los medios de pagos en cuotas o con pagarés. Así fue que muchas personas, aunque no ricos, comenzaron a comprar productos que no eran ya necesarios para satisfacer necesidades precisas y reales, sino que cuya posesión les hacìa sentir al paso con los tiempos. Se inició, en otras palabras, el fenómeno que se ha llamado
consumismo que ha durado hasta nuestros días. Las protestas de los jóvenes que se produjo
en 1968 también atacó el consumismo, porque los jóvenes vieron esto como una sociedad basada únicamente en los bienes materiales.
El consumismo fue ayudado por la proliferación de herramientas para el crédito al consumo, incluyendo tarjetas de crédito, lo que les permitió adquirir bienes sin tener el dinero para la compra.
http://it.wikipedia.org/wiki/Consumismo