Iniciado por
Mªndrªg°rª
Ayer en la noche me perdà al regresar a casa, espere al menos dos horas
por ti, luego me di cuenta que nunca estuviste en ella,
que no tenias la dirección, luego mientras te gritaba en silencio aguarde
que me llamaras para saber si habÃa sobrevivido a la noche,
solo obtuve un momento incomodo cuando corrà al sonar el teléfono y era
un número equivocado, quise refugiarme en tus brazos,
mientras las lagrimas traicioneras resbalaban por mi rostro, pero tu regazo
no está ni en mi cama ni en mi vida, te he buscado en cada rostro,
en cada voz, en cada letra, en la lluvia torrencial que me inundo el sábado,
hasta debajo de la cama y entre los muebles, contra las puertas, en la calle
al lado de las vÃas.
He terminado por convencerme que no hubo tal magia, todo esto lo creo mi
mente, mi cuerpo y mi alma, no ocupo tu ayuda porque nunca
la he tenido, no tengo que hacer inventarios.
Entonces como aniquilar el dolor, cerrar las heridas y reconstruir lo que
queda del corazón, que hago con todos los lugares que no visitamos,
los momentos que no me permitiste compartir, los besos que se quedaron
atorados antes de darse, la espera, la angustia, la necesidad, el cariño y el
deseo.
El adiós arribo en medio de un caos que no termino de asimilar.
La agonÃa se instalo en el lado opuesto de la cama, ha estado royéndome
el alma, convenciéndome, susurrando al oÃdo, nada de esto existió,
no se puede defender el carbón, vacÃe mis bolsillos, busque en los cajones,
levante cada partecita en la que se rompió mi corazón,
nada completa la historia, no hay palabras para describir esta insana
ansiedad por saberte, sentirte, aniquilarte…
Me he quedado con un millón de cicatrices