Dios ocultó a la primera pareja lo del árbol de la vida. Si comían de él sería de forma fortuita, por eso les echó del Edén.
Y la serpiente algo tenía de razón.
Lo curioso es que Jehová no dice: “He aquí el hombre ha llegado a ser como nosotros, conociendo el bien y el mal”.
¿Quién será ese uno al que nos parecemos?
“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre ha llegado a ser como
uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora, pues, no
sea que alargue su mano y tome también del árbol de la vida, y
coma y viva para siempre, 23 por tanto, lo sacó Jehová Dios
del huerto de Edén, para que labrase la tierra de la que fue
tomado. (Génesis 3:22-23).