Luchando contra la infertilidad
Siendo muy joven quede embarazada por descuido, ya que no había terminado mis estudios y mi pareja era ocasional. Mis planes futuros se me vinieron abajo. Tome la decisión de hacerme un aborto aunque iría contra de mi ética religiosa. Al pasar el tiempo conocí a mi actual esposo, ya soy graduada de manager de empresa tengo un trabajo estable. Después de 5 a~nos de matrimonio y de tanto buscar hoy tengo a mi beba de 1 anito pero el camino hasta aquí no fue fácil. A los dos anos de casada tuve mi primer embarazo y lo aborte espontáneamente, lo que me hizo recurrir al medico en busca de explicaciones. Para no dar una explica científica en resumen, los médicos me dijeron que no podría tener mas hijos que podría quedar embarazada pero siempre tendría abortos ya que mi organismo por extrañas razones lo rechazaría. Me refugie en dios y pedí perdón rece mucho por los errores cometidos en el pasado y pedí una oportunidad. En tres ocasiones mas pase por lo mismo. Cada ves me llenaba mas de tristeza y mi esposo se sentía mas desesperado y un poco decepsionado. Aquí en UK conocí a una cubana que trabaja en mi empresa que me hablo de su religión Yoruba y de algunos secretos que quizás pudieran ayudarme. Me puse en contactos con un amigo de ella que vive en otro país y con toda la fe puesta en ellos me hicieron un hechizo que no voy ha describir aquí ya que no entiendo muy bien de esto y me advirtieron que estas obras son para uno y no para publicar, que según ellos a los dos meses vería resultados. Antes de terminar el primer mes mi periodo se atraso empecé a sentir los síntomas y no podía creerlo, pero la angustia se apodero de mi ya que en otras ocasiones ya había pasado por abortos espontáneos y no quería ilusionarme. pasaron los meses incluso los de mas riesgo y todo marcho normal hasta mi parto. Una beba preciosa de 9 lbs y en gracia a ellos y agradecimiento le puse Tatiana. Ellos me conocen y saben de mi y por este motivo escribo este testimonio en infinitos agradecimiento, ya que todo el dinero del mundo no pudo habernos regalado mayor felicidad.
