No eres tu, soy yo....

Frase multiusada alguna vez por todos (me incluyo), pero que hay cuando la usas a la inversa?

Así, es…. el “no eres tú, soy yo” se convierte de pronto en “NO SOY YO, ERES TU”,….. Por fortuna no me lo han dicho… De frente.

El ir y venir de una relación a otra, mejor dicho el estar de una relación en otra (nada de Debemos intentarlo por enésima vez) se convierte en todo un aprendizaje, claro así debe ser, así lo dicen, así está escrito: “No te preocupes ya aprenderás, ya pasará, todo es una etapa”. Aprender qué?

Claro que pasará! Por supuesto que es una etapa! Nadie tiene derecho a quedarse con algún sentimiento que no le corresponde, no es válido.
Las relaciones no se tratan de aprender se trata de estar con esa persona, de llevar las cosas, de compartir, de ser, de estar aunque no estés.

Algunas veces no tenemos ni la menor idea de que es lo que queremos, buscamos o anhelamos en cuanto a relación se refiere.

Pero cuando uno está seguro de lo que es, de lo que puede dar, de lo que capaz de entregar; ahí es cuando podemos decirle a aquella persona que no nos complementa como deseamos…. Lo siento no soy yo, eres tú. Sinceridad ante todo porque como dice aquel refrán tan sabio “Mas vale un colorado que mil descoloridos”. Aunque en ocasiones le toque a uno ser el incoloro.

Cuando estaba en los 20’s (benditos veintes), todo era el de buscar, intentar y ver qué pasa, después fue intentar y ver qué pasa, y por último ver que pasa… Bueno estoy en los 30’s y esa teoría no me funcionó. Entonces con mi teoría de los veintes y con mi duda de si existe el amor, me llevan a otras interrogantes: Y que si no quiero intentarlo, y que si no quiero buscarlo y sobre todo Y que si no quiero ver qué pasa? La soledad para mí no es más que el reflejo de mi existencia.

El estar en soledad no significa que debes estar aislado. La soledad debería ser un gusto personal y no un estatus. Un gusto como el comer chocolate, como el gusto de comprar cosas que jamás usaré, como el de preparar un café con agua caliente para después agregarle agua fría hasta que quede helado, como el gusto de preferir una caricia en vez de mil palabras, como el de tener un gusto por leer todas las etiquetas de todos los frascos que tengas a la mano… digo, cada quien sus gustos….

Por experiencia propia y ajena (lo admito) la edad en este caso no es un factor, no existe la edad en el razonamiento, no existe la edad en el entendimiento, tampoco existe la edad en la objetividad y sobre todo no existe la edad en el amor…. Pero existe el amor en la edad? y mi segunda pregunta es… En realidad existe el amor?

Así pues la frase de NO SOY YO ERES TU, es una oración que puedo seguir aplicando las veces que sea necesario y decir con firmeza que tengo la razón; hasta que una persona me diga que no está bien comer tanto chocolate, hasta que esa misma persona me enseñe mis cuentas de gastos (claro antes que las rompa), hasta que me pregunte el porqué preparo así el café, hasta que él se dé cuenta de mis manías por querer leer todas las etiquetas, hasta que ese “alguien” me diga que las caricias son una respuesta al sentido del tacto y no cursilerías mías… hasta entonces me daré cuenta que en realidad no era él, sino yo….
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