Iniciado por
Eli_yahu
Quiero aclararles que efectivamente, Jesucristo vino a seleccionar (entre los judíos primeramente) a un grupo que iba a formar parte del reino EN LOS CIELOS. Ese grupo sería como los sacerdotes en Israel: solo los levitas podían realizar esa labor, y nadie más podía. No es casualidad que la Biblia nombre a ese grupo que va al cielo como sacerdotes junto con Jesús, aparte de reyes.
Estas promesas para este grupo, que incluye a todos los discípulos de Cristo del siglo primero (pues ellos recibieron la unción directamente de Jesús y sus discípulos allegados), NO SE LES DAN a una inmensa mayoría de humanos fieles. Ningún siervo fiel de Jehová de antes de Jesucristo formará parte de estos reyes-sacerdotes celestiales.
Las promesas que se dan a todas las personas es de la que he venido hablando en este tema. Por eso quisiera compartirles estas citas que confirman que antes de la recolección especial de ungidos posterior a Jesús, la esperanza de los siervos de Dios nunca fue la de ir a vivir al cielo:
Sal.37:11 Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.
... 104:5 Él ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre.
... 115:16 En cuanto a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres.
... 119:90 Tu fidelidad es para generación tras generación. Has fijado sólidamente la tierra, para que siga subsistiendo.
Isa.45:18 Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios [verdadero], el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.
Rev.21:3 Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.
Muchas religiones ofrecen una esperanza celestial a todos sus feligreses. Nadie puede escoger quiénes sirven como sacerdotes y reyes en los cielos excepto Dios y Jesús mismos. Ese grupo es pequeño en comparación con los millones de personas que vivirán en un planeta convertido en un paraíso, gobernado desde el cielo por aquel grupo de escogidos.