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KIMO
la condición de justo en el hombre está íntimamente relacionada con lo que hay en su corazón —
fe en Jehová y sus promesas, así como gratitud y amor por él y sus futuras bendiciones
— y no solo con cumplir los requisitos de Dios.
Las Escrituras afirman que Abrahán “puso fe en Jehová;
y él procedió a contárselo por justicia” (Génesis 15:6).
Abrahán no tenía fe únicamente en la existencia de Dios,
sino también en la promesa de la “descendencia” (Génesis 3:15; 12:2; 15:5; 22:18).
Basándose en esa clase de fe y las consiguientes obras,
Jehová inició una relación con Abrahán y otros siervos fieles,
y los bendijo a pesar de que eran imperfectos (Salmo 36:10; Romanos 4:20-22).