El ángel ángel
Y el mar fue y le dio un nombre
y un apellido el viento
y las nubes un cuerpo
y un alma el fuego.
La tierra, nada.
Ese reino movible,
colgado de las águilas,
no la conoce.
Nunca escribió su sombra
la figura de un hombre.
Printable View
El ángel ángel
Y el mar fue y le dio un nombre
y un apellido el viento
y las nubes un cuerpo
y un alma el fuego.
La tierra, nada.
Ese reino movible,
colgado de las águilas,
no la conoce.
Nunca escribió su sombra
la figura de un hombre.
Gracias Don Pablo, me permito incluirlo:
Píntame angelitos negros
Andrés Eloy Blanco
De La juanbimbada
¡Ah mundo! La Negra Juana,
¡la mano que le pasó!
Se le murió su negrito,
sí señor.
—Ay, compadrito del alma,
¡tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le acataba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendrá dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del Cielo.
—Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.
Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.
Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay pintor que pintara
angelitos de mi pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo.
Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.
Si al cielo voy algún día,
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafín cucurusero.
Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
Y entonces, ¿adónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?
Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo
y al lado del ángel rubio
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
Retornos del ángel de sombra
A veces, amor mío, soy tu ángel de sombra.
Me levanto de no sé qué guaridas,
fulmíneo, entre los dientes
una espada de filos amargos, una triste
espada que tú bien, mi pobre amor, conoces.
Son los días oscuros de la furia, las horas
del despiadado despertar, queriéndote
en medio de las lágrimas subidas
del más injusto y dulce desconsuelo.
Yo sé, mi amor, de dónde esas tinieblas
vienen a mí, ciñéndote, apretándome
hasta hacerlas caer sobre tus hombros
y doblarlos, deshechos como un río.
¿Qué quieres tú, si a veces, amor mío, así soy,
cuando en las imborrables piedras pasadas, ciego,
me destrozo y batallo por romperlas,
por verte libre y sola en la luz mía?
Vencido siempre, aniquilado siempre,
vuelvo a la calma, amor, a la serena
felicidad, hasta ese oscuro instante
en que de nuevo bajo a mis guaridas
para erguirme otra vez tu ángel de sombra.
Rafael Alberti
Dos ángeles
No tengo sólo un Ángel
con ala estremecida:
me mecen como al mar
mecen las dos orillas
el Ángel que da el gozo
y el que da la agonía,
el de alas tremolantes
y el de las alas fijas.
Yo sé, cuando amanece,
cuál va a regirme el día,
si el de color de llama
o el color de ceniza,
y me les doy como alga
a la ola, contrita.
Sólo una vez volaron
con las alas unidas:
el día del amor,
el de la Epifanía.
¡Se juntaron en una
sus alas enemigas
y anudaron el nudo
de la muerte y la vida!
Gabriela Mistral
-
Preciosos este Alberti, y la inmortal Mistral mi querido Parzival...
Mil gracias.. :)
--
Los ángeles vengativos
No, no te conocieron
las almas conocidas.
Sí la mía.
¿Quién eres tú, dinos, que no te recordamos
ni de la tierra ni del cielo?
Tu sombra, dinos, ¿de qué espacio?
¿Qué luz la prolongó, habla,
hasta nuestro reinado?
¿De dónde vienes, dinos,
sombra sin palabras,
que no te recordamos?
¿Quién te manda?
Sí relámpago fuiste en algún sueño,
relámpagos se olvidan, apagados.
Y por desconocida
las almas conocidas te mataron.
No la mía.
---
Fue cuando la flor del vino se moría en penumbra
y dijeron que el mar la salvaría del sueño.
Aquel día bajé a tientas a tu alma encalada y húmeda,
y comprobé que un alma oculta frío y escaleras
y que más de una ventana puede abrir con su eco otra voz, si es buena.
Te vi flotar a ti, flor de agonía, flotar sobre tu mismo espíritu.
(Alguien había jurado que el mar te salvaría del sueño.)
Fue cuando comprobé que murallas se quiebran con suspiros
y que hay puertas al mar que se abren con palabras.
---
El ángel falso
Para que yo anduviera entre los nudos de las raíces
y las viviendas óseas de los gusanos.
Para que yo escuchara los crujidos descompuestos del mundo
y mordiera la luz petrificada de los astros,
al oeste de mi sueño levantaste tu tienda, ángel falso.
Los que unidos por una misma corriente de agua me veis,
los que atados por una traición y la caída de una estrella me escucháis,
acogeos a las voces abandonadas de las ruinas.
Oíd la lentitud de una piedra que se dobla hacia la muerte.
No os soltéis de las manos.
Hay arañas que agonizan sin nido
y yedras que al contacto de un hombro se incendian y llueven sangre.
La luna transparenta el esqueleto de los lagartos.
Si os acordáis del cielo,
la cólera del frío se erguirá aguda en los cardos
o en el disimulo de las zanjas que estrangulan
el único descanso de las auroras: las aves.
Quienes piensen en los vivos verán moldes de arcilla
habitados por ángeles infieles, infatigables:
los ángeles sonámbulos que gradúan las órbitas de la fatiga.
¿Para qué seguir andando?
Las humedades son íntimas de los vidrios en punta
y después de un mal sueño la escarcha despierta clavos
o tijeras capaces de helar el luto de los cuervos.
Todo ha terminado.
Puedes envanecerte, en la caída marchita de los cometas que se hunden,
de que mataste a un muerto,
de que diste a una sombra la longitud desvelada del llanto,
de que asfixiaste el estertor de las capas atmosféricas.
De Alberti...
Gracias por tu aportación Mand, un gusto verte de regreso.
-
Ángeles malos o buenos,
que no sé, te arrojaron en mi alma.
Sola, sin muebles y sin alcobas,
deshabitada.
De rondón, el viento hiere
las paredes, las más finas, vítreas láminas.
Humedad. Cadenas. Gritos, Ráfagas.
Te pregunto:
¿cuándo abandonas la casa, dime,
qué ángeles malos, crueles,
quieren de nuevo alquilarla?
Dímelo.
---
Aire y ángeles.
Dos o tres veces te habré amado
antes de conocer tu rostro o tu nombre;
en una voz, en una llama informe,
a menudo los ángeles nos afectan, y aún así los adoramos;
como cuando me acerqué a tí
vi una espléndida y gloriosa nada.
Puesto que mi alma, cuyo hijo es el amor,
requiere de miembros de carne y hueso
o nada podría si ellos,
más sutil que el padre el amor no ha de ser,
sino también ha de encarnar un cuerpo;
por consiguiente, invoco quién y lo que eras,
y al amor conmino, en este mismo instante,
a que se aloje en tu cuerpo,
y en tus labios, ojos y cejas se instale.
En tal caso, como un ángel, con rostro y alas
de aire, no tan puro éste, pero que lleva puramente,
de este modo pueda tu amor ser mi angélica esfera.
Justamente igual diferencia,
como aquella que reina
entre la pureza de los ángeles y del aire,
como la que siempre existirá entre el amor
del hombre y de la mujer.
John Donne
-
http://spe.fotolog.com/photo/62/45/1...09630091_f.jpg
Tarde que socavó nuestro adiós.
Tarde acerada y deleitosa y monstruosa como un ángel oscuro.
Tarde cuando vivieron nuestros labios en la desnuda intimidad de los besos.
El tiempo inevitable se desbordaba sobre el abrazo inútil.
Prodigábamos pasión juntamente, no para nosotros sino para la soledad ya inmediata.
Nos rechazó la luz; la noche había llegado con urgencia.
Fuimos hasta la verja en esa gravedad de la sombra que ya el lucero alivia. .
Como quien vuelve de un perdido prado yo volví de tu abrazo.
como quien vuelve de un país de espadas yo volví de tus lágrimas.
Tarde que dura vívida como un sueño entre las otras tardes.
Después yo fui alcanzando y rebasando noches y singladuras.
---
___
Exilio
Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ámgeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
Alejandra Pizarnik
-
http://www.imagenesparahi5.org/media...geles_6546.gif
Brumas que ocultan lo que no existe
Caídas libres: despertares violentos
Mares oscuros que reclaman mi carne dormida
Figuras que escapan entre las sombras
Y ese perfume persistente que queda en la oscuridad flotando
Perfume de amores que podrían haber existido
En vidas vividas en mundos oníricos y etéreos
Llenos de ángeles, poblados de demonios
Y del cual yo siempre escapo
Al amanecer escapo…
JuanE
---
Gracias Mand, preciosa aportación....
----
http://www.dreamstime.altervista.org/angels9.jpg
Se diría que las calles fluyen dulcemente en la noche.
Las luces no son tan vivas que logren desvelar el secreto,
el secreto que los hombres que van y vienen conocen,
porque todos están en el secreto
y nada se ganaría con partirlo en mil pedazos
si, por el contrario, es tan dulce guardarlo
y compartirlo sólo con la persona elegida.
Si cada uno dijera en un momento dado,
en sólo una palabra, lo que piensa,
las cinco letras del DESEO formarían una enorme cicatriz luminosa,
una constelación más antigua, más viva aún que las otras.
Y esa constelación sería como un ardiente sexo
en el profundo cuerpo de la noche,
o, mejor, como los Gemelos que por vez primera en la vida
se miraran de frente, a los ojos, y se abrazaran ya para siempre.
De pronto el río de la calle se puebla de sedientos seres,
caminan, se detienen, prosiguen.
Cambian miradas, atreven sonrisas,
forman imprevistas parejas...
Hay recodos y bancos de sombra,
orillas de indefinibles formas profundas
y súbitos huecos de luz que ciega
y puertas que ceden a la presión más leve.
El río de la calle queda desierto un instante.
Luego parece remontar de sí mismo
deseoso de volver a empezar.
Queda un momento paralizado, mudo, anhelante
como el corazón entre dos espasmos.
Pero una nueva pulsación, un nuevo latido
arroja al río de la calle nuevos sedientos seres.
Se cruzan, se entrecruzan y suben.
Vuelan a ras de tierra.
Nadan de pie, tan milagrosamente
que nadie se atrevería a decir que no caminan.
¡Son los ángeles!
Han bajado a la tierra
por invisibles escalas.
Vienen del mar, que es el espejo del cielo,
en barcos de humo y sombra,
a fundirse y confundirse con los mortales,
a rendir sus frentes en los muslos de las mujeres,
a dejar que otras manos palpen sus cuerpos febrilmente,
y que otros cuerpos busquen los suyos hasta encontrarlos
como se encuentran al cerrarse los labios de una misma boca,
a fatigar su boca tanto tiempo inactiva,
a poner en libertad sus lenguas de fuego,
a decir las canciones, los juramentos, las malas palabras
en que los hombres concentran el antiguo misterio
de la carne, la sangre y el deseo.
Tienen nombres supuestos, divinamente sencillos.
Se llaman Dick o John, o Marvin o Louis.
En nada sino en la belleza se distinguen de los mortales.
Caminan, se detienen, prosiguen.
Cambian miradas, atreven sonrisas.
Forman imprevistas parejas.
Sonríen maliciosamente al subir en los ascensores de los hoteles
donde aún se practica el vuelo lento y vertical.
En sus cuerpos desnudos hay huellas celestiales;
signos, estrellas y letras azules.
Se dejan caer en las camas, se hunden en las almohadas
que los hacen pensar todavía un momento en las nubes.
Pero cierran los ojos para entregarse mejor a los goces de su encarnación misteriosa,
y, cuando duermen, sueñan no con los ángeles sino con los mortales.
---
El aparecido
Como un ángel de fieros ojos
Me apareceré en tu alcoba
Deslizándome en silencio
Con las sombras de la noche.
Y allí te daré, bruna mía,
Besos fríos como la luna
Y caricias de serpiente
Que en una fosa se arrastra.
Cuando llegue la lívida mañana,
Mi hueco vacío encontrarás
Y helado seguirá hasta la noche.
Como otros por la ternura,
Sobre tu juventud y tu vida,
Yo quiero reinar por el miedo.
Charles Baudelaire
Gracias Parzival, impresionante aporte... :001_smile:
Desangelados, sin alas, sin brillo,
en las brasas de los últimos fuegos.
Así hemos llegado a creernos,
avanzando entre el lodo como vehículos
sin ruta y sin pasajeros.
Pero el ángel está en nuestros silencios,
guiando nuestros desvaríos, amansándonos la fiera.
Y el ángel no tiene alas:
se ha plegado a la vida con nosotros,
se ha rendido a las cosas
(sus formas, su número y su precio),
tiene sólo una oportunidad y un cuerpo que es el nuestro.
Y casi nunca nos abandona.
Como sueña, pesa más.
Como piensa, nos confunde y nos eleva.
Como siente, nos hiere.
El ángel que no nos salvará
tiene a ratos nuestros cabellos
y muy de vez en cuando mira con nuestros ojos.
Si toma prestadas nuestras manos, acaricia, crea, limpia.
Cuando está en nuestros labios, sonríe y besa con ellos.
Y si camina con nuestros pies, se detiene.
Hay un vértigo en el ángel que no es nuestro,
una curiosidad hambrienta que nos implica.
El ángel miente en el espejo,
ama por nosotros y ve por lo que vemos.
Cuando el tiempo, que es un mísero contable,
nos doblegue con la suma de los días que ha perdido,
el ángel se preguntará una vez más
a quién sirve sin alas si su señor termina,
por qué es traslúcido en un cuerpo que se apaga,
por qué ubicuo en un viajero que no regresa.
¡Todo lo que quiso amar el ángel,
la que pudo alcanzar, la que alcanzó a pensar!
¡Todos los ángeles que conoció,
hablándole cautivos de otros cuerpos
como se habla desde dentro, para salir hacia afuera!
¡Todas las cosas que te ayudó a imaginar
cuando no había nadie contigo,
la que quiso interpretar
y la que estaba dispuesto a construir!
Pero entre tanto, el ángel no puede dejarte.
Y al pensar en esto con sus pensamientos,
el agua sacia tu sed y el pan te alimenta.
Las nubes dibujan mensajes
para que el ángel, que eres tú, los lea
como se lee lo que nada significa y puede significarlo todo.
Y en la pasión del ángel, te rindes a ti mismo.
EL ÁNGEL QUE CAYÓ DEL CIELO
El ángel oscuro tirita consigo abrazado
intentando no helarse con su propio aliento
que pecado cometió para ser disecado
donde se pudren el resto de los secretos,
por nacer muerto del cielo fue arrojado
y cayo a un lugar en el fin de los tiempos
fue su insulto acaso el ser marginado
por no ser mas que un silencioso recuerdo.
Lucifer, el ángel mas bello del alambrado cielo
cuyas alas fueron amputadas por sentirse libre
por querer cortar las estrellas del firmamento
para que cayeran luminosas a su mundo triste,
por no tener padres ni jamás querer tenerlos
y dudar de una palabra que borracho hiciste
arderás por siempre en tu trozo solitario de hielo
encerrado en una habitación que jamás pediste.
Arranco sus ojos para recordar a su hermano
con sus propios sueños contrajo su peor pesadilla
aquel que fue injustamente sin piedad asesinado
por darle fuerzas justas para luchar por la vida,
allí se encuentra el ángel solo y desamparado
que con sus negras plumas soporto la caída
y que quedo por siempre del paraíso desterrado
por sentirse orgulloso de cada cosa que creía.
El señor de las tinieblas nunca llora ni reza
pero recuerda a su propia espada negra y nefaritica
segando a su hermano para no compartir la realeza
en un pequeño reino en el que ya solo se asfixia,
allí donde solo su armadura gótica a veces besa
donde su eco responde a sus palabras implícitas
escupido y envuelto en las sabanas de una promesa
su mirada continua escarbando en paredes crípticas.
-
-
1
Pensad en aquella hora:
cuando se rebelaron contra un rey en tinieblas
los ojos invisibles de las alcobas.
Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!
Si a lo largo de mí se abren grietas de nieve,
tumbas de aguas paradas
nebulosas de sueños oxidados,
echad la llave para siempre a vuestros párpados.
¿Qué queréis?
Ojos invisibles, grandes, atacan.
Púas incandescentes se hunden en los tabiques.
Ruedan pupilas muertas,
sábanas.
Un rey es un erizo de pestañas.
2
También,
también los oídos invisibles de las alcobas,
contra un rey en tinieblas.
Ya sabéis que mi boca es un pozo de nombres
de números y letras difuntos.
Que los ecos se hastían sin mis palabras
y lo que jamás dije desprecia y odia al viento.
Nada tenéis que oír.
¡Dejadme!
Pero oídos se agrandan contra el pecho.
De escayola, fríos,
bajan a la garganta,
a los sótanos lentos de la sangre,
a los tubos de los huesos.
Un rey es un erizo sin secreto.
Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares necesitados,
la resurrección de las voces en los ecos que se calcinan.
---
Huyo de las alturas y de la turba
entre pájaros flautistas por la senda de los lobos
Huyo de nadie por los caminos siniestros
donde abundan las promesas no cumplidas
y una niña arma ángeles de papel maché
al orilla de una fogata helada.
Busco refugio en las barrancas del tiempo
mientras un excitado sol se mete
bajo las polleras de las tinieblas
para lamer el cálido semen del crepúsculo.
Tú me observas sorprendida, incrédula,
esperado que el ocaso cuestione
las lujurias de la luz y la neblina.
Me observas… a mí,
que te bajé las últimas estrellas
mientras jugabas a borrar con tus dedos
las hojas amarillas de la luna.
¿Quién te dijo, mujer, que la noche no dormía?
¿Quién te contó la fábula del amor eterno?
¿De la paz inclaudicable,
de la igualdad y de la justicia?
Huyo de ti que no me encuentras
Huyo de mí que no me hallo
Huyo del mundo que me duele más que nunca
que nunca me dolió mas que ahora.
Escapo de las várices que sangran en la tierra
por los contornos del caos y la violencia.
Huyo de las aves que nunca me enseñaron a volar
y del vuelo que me estrelló tantas veces
en las alcantarillas nauseabundas de la realidad.
Huyo de un dios que se olvidó de decirme que existía
y de la existencia de un dios que no deseo conocer.
Huyo de la voz y de la espina…es decir
de la palabra y de la flor
porque no tengo nada que decir ni a quien amar
Porque ya no quiero decir ni amar
Porque Eros quitó el gemido del Olimpo
y Thánatos beso mi corazón encrucijado.
Huyo de Eros y de Thánatos,
porque se que aún me miras
escondida detrás de todos los relojes
inyectada de vértigo y misterio
oculta en una niña de sangre y seda
armando y desarmando
ángeles de papel maché
a la orilla de una fogata helada.
---
http://i48.tinypic.com/6qy6o6.jpg
El ángel bueno
Vino el que yo quería
El que yo llamaba.
No aquel que barre cielos sin defensas.
Luceros sin cabañas,
Lunas sin patria,
Nieves.
Nieves de esas caídas de una mano,
Un nombre,
Un sueño,
Una frente.
No aquel que a sus cabellos
Ató la muerte.
El que yo quería.
Sin arañar los aires,
Sin herir hojas ni mover cristales.
Aquel que a sus cabellos
Ató el silencio.
Para sin lastimarme,
Cavar una ribera de luz dulce en mi pecho
Y hacerme el alma navegable.
De Rafael Alberti.
-
Muy hermoso Magannita, todo un hallazgo... :001_smile:
---
---
"Angel en Reposo"
-
---
http://i50.tinypic.com/2npqap.jpg
El ángel guardián
Es verdad, no es un cuento:
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.
Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad.)
Él tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis alas vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.
Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estrujas;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.
Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.
Y aunque camine contigo apareado,
como la guinda y la guinda bermeja,
cuando su seña te pone el pecado
recoge tu alma y el cuerpo te deja.
Es verdad, no es un cuento:
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.
De Gabriela Mistral.
Qué ángel te librará de la tristeza...
Qué ángel te librará de la tristeza
y te despertará un precioso día
sin memoria de lo que te afligía
y te dirá al oído: "Escucha y cesa
tus llantos. En mis brazos no te pesa
la lentitud del tiempo ni la impía
delación de los hombres. Eres mía,
ya no eres de este vano mundo presa.
Asómate a esta fúlgida ventana
por tu dicha adornada. Ya el dolor
se marchitó como una larga flor
cuya sabiduría al fin te sana
al disolverse porque se convierte
en polvo, en ilusión, en otra suerte".
Silvina Ocampo
-
-Gracias Magannita... como siempre precioso tu aporte...
Muy lindo Parzival, gracias...
Le pondremos esta imagen, espero te guste...
---
Gracias Mand
-
-
¿Me necesitas? Estoy contigo.
No puedes verme, sin embargo soy la luz que te permite ver.
No puedes oírme, sin embargo hablo a través de tu voz.
No puedes sentirme, sin embargo soy el poder que trabaja en tus manos.
Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas mis senderos.
Estoy trabajando, aunque no reconozcas mis obras.
No soy una visión extraña. No soy un misterio.
---
http://i46.tinypic.com/21o3dhw.jpg
El hombre y la mujer
El hombre es la más elevada de las criaturas;
La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono,
Para la mujer un altar.
El trono exalta,
El altar santifica.
El hombre es el cerebro,
La mujer el corazón,
El cerebro fabrica la luz,
El corazón produce el amor.
La luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón,
La mujer invencible por las lágrimas.
La razón convence,
Las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos;
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece,
El martirio sublima.
El hombre tiene la supremacía,
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza,
La preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio,
La mujer es un ángel.
El genio es inconmensurable,
El ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria,
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande,
La virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código,
La mujer un evangelio.
El código corrige,
El evangelio perfecciona.
El hombre piensa,
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva,
Soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano, la mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna,
El lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela,
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio,
Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo,
La mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos,
Ante el sagrario nos arrodillamos.
En fin:
El hombre está colocado donde termina la tierra;
La mujer donde comienza el cielo.
De Víctor Hugo.
:ohmy:
Que preciosidad Mag...!!!
Victor Hugo siempre ha tenido el poder de estremecerme...
y ahora también me conmueve profundamente...
(no conocía este poema ..)
Gracias Mosha Mag... :001_smile:
---
Ni que decirte de la increíble imagen que conjuga perfecto...
---
De nuevo gracias... :)
---