Iniciado por
KIMO
A tan sólo unos meses de haber tomado el poder,
el nazismo implementó una ardua persecución en contra de aquellos
a quienes consideraban enemigos potenciales del régimen.
Basados en sus supuestas teorías raciales (y sociales),
los nazis decidieron alejar a todo aquel que pudiera “infectar” la ideología de Estado.
Por ello, desde los primeros años de la dictadura nazi,
los Testigos de Jehová fueron atacados bajo el argumento de que se negaban a acatar la autoridad.
A tan sólo unos días de haberse convertido en canciller, Hitler
dotó de capacidades extraordinarias a los gobiernos regionales
-entre los que destacaron las regiones de Baviera y Prusia-
para iniciar ataques contra los Testigos de Jehová.
Los nazis interrumpían sus reuniones religiosas,
saqueaban sus espacios de oración y congregación
y atracaban sus oficinas,
no con el fin exclusivo de despojarlos de sus bienes materiales,
sino con el de humillarles e instigarlos a incorporarse al régimen,
sino por convencimiento, sí por sumisión y violencia.