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KIMO
Cuando Dios hizo un pacto con el Israel carnal,
no fue legalmente válido sino hasta cuando se derramó sangre animal en sacrificio. (Hebreos 9:18-21.)
De igual manera, para que entrara en vigor el nuevo pacto
Cristo tenía que derramar la “sangre del pacto”. (Mateo 26:28; Lucas 22:20.)
Con Cristo en calidad de Sumo Sacerdote y “mediador de un nuevo pacto”,
Dios aplica el valor de la sangre de Jesús a los que son introducidos en el nuevo pacto
y les concede legalmente el mérito de la justicia humana. (Hebreos 9:15; Romanos 3:24; 8:1, 2.)