Iniciado por
Eli_yahu
Otra característica que poseen los testigos de Jehová es su valor al afrontar situaciones en que su fidelidad a Dios está en juego.
De todos es muy bien conocido que también los cristianos del siglo I afrontaron una brutal persecución por parte de los romanos. Los emperadores romanos querían ser adorados como si fueran dioses. Construían estatuas y obligaban a la gente a arrodillarse delante de ellas, y hasta a ponerle ofrendas. Pero los cristianos solamente reconocían a un Dios, el Padre de Jesucristo, y se negaban a ofrecer aquel tributo inapropiado que solo debían rendir a Dios.
Las sentencias eran sumamente crueles: a muchos los incendiaban en postes de madera para que sirvieran de hogueras en los caminos, y así crear temor en el resto de la población. A otros los encerraban en la arena de un teatro con leones, mientras ellos disfrutaban el espectáculo que les ofrecían las fieras despedazando a los cristianos, que lo que hacían era arrodillasre a orar a Dios mientras los descuartizaban a mordidas. A otros los degollaron o los empalaron hasta morir.
Si los seguidores de Jesucristo hubieran tenido miedo a morir, hubieran transigido y fácilmente hecho cualquier cosa que se les pedía. Pero ellos sabían que esta vida no es la vida que más importa, como piensan los que no tienen esperanza. Los cristianos verdaderos sabemos que Jesucristo resucitó. Muchos lo vieron y hablaron con él después de ser levantado de entre los muertos. Jesús les había explicado que estas cosas pasarían, tal como había sucedido con él.
También Moisés bajo Egipto, Daniel y los tres hebreos bajo Nabucodonosor en Babilonia, así como Mardoqueo durante el imperio persa, fueron sometidos de modo similar a los cristianos del primer siglo. Todos ellos fueron fieles hasta enfrentando la posibilidad de ser ahorcados, quemados, etc.
Los testigos de Jehová en la actualidad nos enfrentamos a retos de todo tipo, donde nuestra fe en Dios y la seguridad de nuestra esperanza se ponen en juego. Sin embargo, los testigos de Jehová NO TRANSIGIMOS. A veces afrontamos la muerte; pero seguimos manteniendo nuestra confianza y esperanza en Dios, para quien los que mueren en fidelidad siguen vivos, pues los levantará de entre los muertos y recibirán el galardón que merecen por haber sido fieles hasta la muerte.