Así es Doonga no se cansan de soltar estupidez, tras estupidez.
Es lo único permanente en ellos/as
Printable View
Esas son tus creencias, y las creencias no son evidencia de nada.
Obviamente que jamás aceptarás que tus creencias se basan en mitos de la era del bronce.
Porque el fanatismo religioso consiste en eso: en creer asuntos que carecen de todo fundamento,
y en cerrar el entendimiento, porque al abrirlo corres el peligro de que se te abran los ojos.
Y, precisamente en eso se fundamenta la des recomendación del cuerpo gobernante a que los jóvenes accedan
a algún tipo de educación superior: porque corren el peligro de que se contaminen, y se aparten de la fe ciega.
Ahí fomentan las ideas que es caro, que deben alejarse del hogar, que podrían descuidar el estudio bíblico y tantas otras falacias.
Cualquier cosa para aplastar cualquier intento de pensar diferente.
Es de un patetismo que clama al cielo.
Aporte informativo: pues léelo una vez más.
Para un fanático religioso, nada que contradiga sus creencias le vale la pena leer.
Así son las avestruces: entierran la cabeza en la arena, y son como los peores ciegos: los que no desean ver.
Y, precisamente por eso es que te has quedado en la ignorancia
Esas son tus creencias, y las creencias no son evidencia de nada.
Obviamente que jamás aceptarás que tus creencias se basan en mitos de la era del bronce.
Porque el fanatismo religioso consiste en eso: en creer asuntos que carecen de todo fundamento,
y en cerrar el entendimiento, porque al abrirlo corres el peligro de que se te abran los ojos.
Y, precisamente en eso se fundamenta la des recomendación del cuerpo gobernante a que los jóvenes accedan
a algún tipo de educación superior: porque corren el peligro de que se contaminen, y se aparten de la fe ciega.
Ahí fomentan las ideas que es caro, que deben alejarse del hogar, que podrían descuidar el estudio bíblico y tantas otras falacias.
Cualquier cosa para aplastar cualquier intento de pensar diferente.
Es de un patetismo que clama al cielo.
Busca alguna neurona operativa en ti y dime por qué ya habla de diluvio y de mandamientos.
En el Enuma Elish, una guerra civil entre los dioses se estaba convirtiendo en una guerra climática. Los Anunnaki se reunieron para encontrar un dios que derrotara a los dioses que se rebelaban contra ellos. Marduk, un dios muy joven, respondió la llamada y se le prometió la posición de rey de los dioses.
Para prepararse para la batalla, hace un arco, prepara las flechas, agarra una maza, lanza rayos ante él, cubre su cuerpo con llamas, hace una red para capturar a Tiamat, reúne a los cuatro vientos para que no pueda escapar, crea siete nuevos vientos horribles como el torbellino y el tornado y alza su arma más poderosa, el diluvio. Entonces comienza la batalla montando en su carro de tormentas tirado por cuatro caballos con veneno en sus bocas. En sus labios mantiene un hechizo y en una mano agarra una hierba para contrarrestar el veneno.
Primero, desafía al líder de los dioses Anunnaki, Tiamat, a un combate singular y la derrota atrapándola con su red, soplándole sus vientos y atravesando su vientre con una flecha.
Entonces procede a derrotar a Kingu, quien Tiamat puso a cargo del ejército y que poseía las Tabletas del Destino en su pecho. Se las arrebató y asumió su nueva posición. Bajo su reinado se crearon los humanos para soportar las cargas de la vida para que los dioses pudieran ser libres.