Algunos casos en España, comenzando por el más reciente, son los del sacerdote Pere Barceló Rigo, párroco de la colonia turística de Can Picafort (Mallorca), que ha sido expulsado de la Iglesia católica tras constatar un tribunal eclesiástico que perpetró “gravísimos” delitos sexuales y que merece ser condenado por pederastia. El tribunal considera al párroco culpable de haber abusado sexualmente de tres niñas, según la noticias aparecida en Diario de Mallorca el 21 de marzo de 2013.
Lo llamativo en el caso del cura mallorquín es que la sentencia aún no ha sido remitida al juzgado de Inca donde se instruye la causa, a pesar de haber sido ya solicitada, además del significativo apoyo recibido por otros sacerdotes al condenado, en práctica ya habitual en la Iglesia española.
A éste pueden añadirse los siguientes casos de sacerdotes españoles pederastas, que lejos de la tolerancia cero del Vaticano siguen siendo amparados por la Iglesia católica española con la complicidad de los medios de comunicación:
El sacerdote José Martín de la Peña fue condenado por la Audiencia de Madrid el 6 de mayo de 2003 acusado de un delito continuado durante diez años de abuso sexual sobre una niña, a la que obligaba a practicarle felaciones y a la que sometía a “innumerables tocamientos lúbricos”. En la cárcel ejerció de capellán y posteriormente residió en un piso propiedad de la diócesis de Alcalá de Henares, ciudad en la que a veces celebró misa junto con el obispo en la catedral.
El sacerdote Serafín Elena García fue condenado por el Tribunal Supremo en 2004 a 18 meses de cárcel por tocamientos impúdicos a cinco niñas menores de 12 años. Tras cumplir condena se incorporó a su parroquia en Iznájar (Córdoba), donde fue cura emérito y donde residió en una propiedad de la diócesis de Córdoba hasta el día de su muerte en marzo de 2012.
El sacerdote y profesor de Religión en un Instituto Edelmiro Rial Fernández fue condenado por el Tribunal Supremo a 21 años de cárcel por tocamientos y felaciones a seis alumnos de entre 14 y 16 años, en febrero de 2004. Tras esta sentencia perdió su condición de sacerdote. Le concedieron el tercer grado en mayo de 2008, alegó trabajar para una empresa de telefonía. El obispo de la diócesis de Tui-Vigo lo defendió siempre, al igual que sus compañeros y los fieles de su iglesia.
José Domingo Rey Godoy, sacerdote en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) fue condenado por la Audiencia de Córdoba a 11 años de prisión en 2003 por abusos sexuales a seis niñas. El obispado lo apoyó incondicionalmente y movilizó al pueblo para solicitar su indulto. Consiguió 2.500 firmas. En 2004 el Tribunal Supremo confirmó la sentencia. Cuentan las crónicas que el obispo Juan José Asenjo mostró “su apoyo y cercanía” al párroco, pero no tuvo más remedio que destituirle de su cargo. Quedó en libertad condicional en 2008 y reside en Córdoba.
José Ángel Arregui Eraña, religioso de San Viator y profesor de Religión y Educación Física, fue detenido en Chile en agosto de 2009 con centenares de grabaciones de menores desnudos en distintos colegios españoles de la congregación (Madrid, Vitoria y Basauri), entre 2003 y 2005. Fue expulsado de la Congregación tras la condena judicial de 817 días de prisión por pedofilia.
Francisco Javier Liante Sánchez, párroco de Mota del Cuervo (Cuenca) y profesor de Religión en un Instituto local, abusó entre 1975 y 1992 de cinco hermanos a los que quería convertir en monjes y a los que sodomizaba, con masturbaciones y felaciones habituales. El proceso concluyó en 1998 con una condena de cuatro años y nueve meses de prisión por corrupción de menores. Fue absuelto de otros tres delitos porque habían prescrito. Fue expulsado del clero y reside en un piso céntrico de Albacete.
El sacerdote Luis José Beltrán Calvo, párroco en Alcalá la Real (Jaén), fue condenado a ocho años de cárcel por el Tribunal Supremo acusado de abusos sexuales a un monaguillo adolescente entre 1995 y 1998. El obispo de Jaén, Santiago García Aracil, se negó a condenar moralmente al párroco después de la sentencia. Al salir de prisión el sacerdote continuó con su misión pastoral en Mengíbar (Jaén).
La lista continúa hasta una decena más de casos con condenas de cárcel a sacerdotes pederastas. Y que retomaron de nuevos sus puestos y sus "quehaceres"...¡¡Manda huevos" mientras al resto de pederastas se les retira de por vida de estar en contacto con infantes...
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