Jesús es Dios con mayúscula
Y entonces: ¿Quien es Jesús y el Espíritu Santo?
En Isaías 9:6 cuando el profeta habla acerca del nacimiento de Jesús en la tierra dice “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Así que se puede ver que ya desde el Antiguo Testamento a Jesús se le llama Dios.
Romanos 9:5 dice “...y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. ”
Así que aquí nos habla de una misma idea de que Jesús es Dios sobre todos.
Cuando Jesús estuvo en el desierto y fue tentado por Satanás, una de las cosas que el diablo le dijo fue que se postrara y arrodillara delante de él. Ante esto Jesús le dijo las unas palabras que están en el Antiguo Testamento: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” (Mateo 4:10).
Este versículo nos enseña que solo podemos adorar y arrodillarnos delante de Dios. Ni siquiera delante de los ángeles podemos postrarnos. Por esto es que en el libro de Apocalípsis cuando el ángel le está hablando al apóstol Juan, este se arrodilla delante de el y el ángel le dijo “Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios ” (Ap 19:10).
Así que los ángeles ni siquiera nos permiten que nosotros le adoremos a ellos porque solo a Dios podemos adorar. Pero aquí viene una gran enseñanza: En su ministerio público Jesús permitió que se postraran y arrodillaran frente a él. Un ejemplo clásico es cuando él sanó a aquel ciego de nacimiento y este le dijo “Creo, Señor; y le adoró” (Juan 9:38) y Jesús permitió que le adoraran.
Así que vemos en la Biblia que le adoraron. Entonces pregunto, ¿como permitiría Jesús que le adoraran si él no fuese divino? La Biblia nos enseña, repito, que solo a Dios podemos adorar. Ni siquiera los ángeles permiten que nos arrodillemos delante de ellos. ¿Como entonces Jesús permitió que le adoremos? Obviamente él tiene que ser Dios y tiene que ser Señor para que permita que nos postremos y adoremos ante él. Jesús se dejó adorar porque él era y es Dios.
Cuando en el antiguo Testamento Jehová estaba hablando, no solamente hablaba el Padre sino que también hablaba el Hijo y el Espíritu Santo. En Génesis, cuando Dios hace el mundo dice “Hagamos al hombre a nuestra imagen,*conforme a nuestra semejanza” (Gen 1:26). Aquí está hablando de Dios en plural, de tres, no se refiere a los ángeles porque los ángeles no son creadores.
Y hablando de este otro Ser maravilloso que también estuvo en la creación, el Espíritu Santo, algunos dicen que es una fuerza, pero en la Biblia vemos evidencia notable de que él habla, él ordena, él es creador junto al Padre y al Hijo, él se duele, él se entristece. ¿Como una fuerza va a entristecerse? Obviamente el Espíritu Santo es una persona.
En Hechos dice la Biblia que estaban orando los apóstoles y de pronto “dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” (Hch 13:2)
Así que vemos también en la Palabra que el Espíritu se entristece, dice “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios” (Ef 4:30) ¿Como puede una fuerza aparentemente entristecerse?
El Espíritu Santo es una Persona, Jesús es Dios, él es divino: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (no “un dios”). (Juan 1:1).
La Biblia nos enseña que Jesús es Dios con mayúscula, él es divino. Creer en Jesús como Señor, como Salvador y como Dios es una necesidad para que seamos salvos. Se debe tener cuidado y no dejarse engañar, aceptar a Cristo, reconocer que él es el Señor, ¿porque como vamos a tener un Salvador que no es Dios?, ¿como vamos a tener a un Salvador que no es divino? Jesús es Dios, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Así que creamos en Jesús como Señor, como Salvador, pero también como Dios. Si no tenemos a Cristo, si no tenemos al Hijo, tampoco tenemos al Padre.
Los Testigos de Jehová suprimen la adoración al Señor Jesucristo
Los TDJ suprimen la adoración al Señor Jesucristo, tan claramente expuesta en la Biblia.
"Y cuando entraron en la casa vieron al niñito con María su madre, y, cayendo, le rindieron homenaje" (Mt 2:11. TNM).
"Y cuando lo vieron le rindieron homenaje, mas algunos dudaron" (Mt 28:17. TNM).
"Entonces dijo él: “Pongo fe en él, Señor”. Y le rindió homenaje" (Jn 9:38. TNM).
El apóstol Juan ratifica esta igualdad divina que hace que Dios y Cristo sean uno en esencia, cuando escribe: "Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna»: «outos estin ho alethinos Theos kai zoe aionios" (1 Jn 5:20).
Pero también los TDJ han tergiversado maliciosamente este texto al traducir:
"Pero nosotros sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado capacidad intelectual para que adquiramos el conocimiento del verdadero. Y estamos en unión con el verdadero, por medio de su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y vida eterna" (TNM).
La expresión "unión con" es otra interpolación injustificada, tampoco señalada con los corchetes. Y la frase "por medio de" cambia el sentido exacto del texto original, porque la preposición griega "en" que aquí se usa, por el contexto, significa "en", y en consecuencia no es correcto darle el valor de "dia" ("por medio de").
Sin embargo, a pesar de todos sus errores y deficiencias, la Traducción del Nuevo Mundo termina aquí afirmando literalmente que Cristo es Dios: "Este (Jesucristo) es el Dios verdadero y vida eterna".
En estos textos aparece la palabra "prosekunesan" o "prosekunesen", aplicada a Cristo, que la versión Nuevo Mundo ha vertido — deliberadamente— por "rendir homenaje", cuando el vocablo original griego significa primordialmente: "adorar arrodillándose", porque la expresión "proskuneseis", literalmente, tiene el sentido de indicar un encorvamiento del cuerpo.
En cambio, en Mateo 4:9 ("proskuneses", Lucas 4:8 ("proskuneseis"), Juan 4:20 ("proskunein"), aplicado a Dios, y Hebreos 1:6 ("proskunesatosan"), aplicado a Cristo, se han traducido correctamente dichos términos por: "adoración", "adorar" y "adoren".
La razón de estos cambios malintencionados es obvia: los traductores de la versión Nuevo Mundo no quieren reconocer que Cristo recibe la misma clase de adoración que se tributa a Dios. Dios autoriza la adoración divina de Cristo. Por eso en Juan 5:23 leemos: "Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió". Lamentablemente, también aquí los Testigos de Jehová han alterado el sentido del texto, introduciendo una partícula que parece insignificante: "Para que todos honren al Hijo así como honran al Padre". Leído superficialmente se diría que el significado es idéntico; pero si se observa bien la traducción se verá que no dice lo mismo y notaremos en seguida la diferencia: la partícula «así», interpolada en la versión Nuevo Mundo, desvirtúa la identidad de adoración debida a ambas Personas.