Dale con lo mismo.. la palabra es Hebrea, no griega.
Ya conozco tu ignorancia, no necesitas seguir haciendola lucir..
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Pobrecilla...
Genesis 2:8
gan elohim Yahweh wayita
Esa palabra es traducida 34 veces huerto (34), 4 veces huertos (4), 3 veces huerta (3), y una sola vez jardín (1)
Ya conozco tu ignorancia, no necesitas seguir haciendola lucir....
Por cierto estas para comedia.. ahora resulta que la LXX fue escrita 130 después de nuestra era. :lol: :lol: :lol:
Septuaginta - Wikipedia, la enciclopedia libre
Lo dicho, nadie puede tomarte en serio.
De tu enlace so tonto.
La Biblia griega, comúnmente llamada Biblia Septuaginta o Biblia de los Setenta (? ?????????? ??? ???????????), y generalmente abreviada simplemente LXX, es una antigua recopilación en griego koiné de los libros hebreos y arameos del Tanaj o Biblia hebrea y otros libros, incluidos algunos escritos originalmente en griego.
Los cinco libros del Pentateuco (o sea la Torá llamada también "La Ley") fueron traducidos bajo el reinado de Ptolomeo II (285–246 a. C.), los otros libros hebreos y arameos más tarde. Las traducciones de los últimos de los libros proféticos aparecieron probablemente antes del año 130 a.C. circa.1? Generalmente se calcula que el más reciente de los libros de la Septuaginta, la Sabiduría, fue escrito entre los años 80 y 50 a. C. Algunos eruditos sitúan en el Siglo I de la Era Cristiana, la traducción al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones, y el Cantar de los Cantares, acaso por Aquila (activo alrededor del año 130 d. C.).
Te recuerdo que la Septuaginta es en griego Koiné.
Si tu cerebro tuviera alguna capacidad cognitiva, ya podrías replicar algo sobre alguna cuestión. Pero no.
Marginación y persecución de herejes y paganos[/SIZE][/B]
La base del mecanismo legal imperial para perseguir a los paganos fue la prohibición y rechazo a los sacrificios. El golpe de gracia fue atestado por Teodosio, Arcadio y Honorio en el 392, prohibiendo cualquier forma de culto pagano público o privado y privando a los apóstatas de sus derechos ciudadanos.
Los paganos que persistieran en sus prácticas paganas fueron concebidos como amenaza inmediata en medios urbanos, mientras que el medio rural más hermético y aislado se encontraría más relajado frente a la regularización. Los castigos grosso modo, variaban entre: la confiscación de bienes y propiedades, la tortura, la pérdida de ciudadanía e incluso la pena capital por decapitación en los casos más graves de idolatría, adivinación, magia o herejía; y penas menos extremas, como multas o la negación a testar y recibir herencia, pasando los bienes a parientes cristianos.
La participación en la vida ciudadana quedaría prácticamente anulada, al prohibir el comercio a todo aquel que no fuera cristiano. . Se añadió un incentivo económico a la persecución, ya que los bienes requisados revertirían en las arcas imperiales o patrimonio eclesiástico. ). Los paganos quedaron legalmente vulnerables ante la negación de actuar como jueces, defenderse en juicios o ser testigos sumado a la potestad de los tribunales eclesiásticos en juicios por cuestiones religiosas); lo que llevaría frecuentemente a grandes abusos, protagonizados por jueces eclesiásticos ansiosos por aumentar su patrimonio. No obstante, la existencia de leyes no implicaba un cambio inmediato, quizás esto explique la existencia de disposiciones puntuales, como las dos únicas leyes referidas a Hispania: una de prohibición de sacrificios); y una segunda que proclamaba la expulsión de grupos gnósticos-maniqueos de las provincias hispanas.
Y así señores se quitaban a los no creyentes de en medio, mientras se quedaban con todo su patrimonio.
Así se hicieron inmensamente ricos en el mundo entero.
Iglesias evangelistas: lucrativo negocio.
Tal vez fue casualidad, pero apenas entré a la “iglesia cristiana” lo primero que me dieron no fue la bienvenida sino un sobre para colocar la ofrenda. Allí en ese sobre debía depositar el diezmo o mi ofrenda para la iglesia.
Por mi cabeza comenzó a rondar la pregunta: ¿cobran para creer?
El dinero recogido se nota, se nota en los automóviles de los pastores, casi todos llegan modelos de última generación, 4 x 4.
Es difícil comprender la pasión y el fervor que generan los pastores en sus seguidores.
El vivir en una ciudad chica hace que nos conozcamos casi todos. Por supuesto que hay pastores que son empleados públicos, pastores con emprendimientos privados como por ejemplo pastores que no dejan de trabajar en lo que han hecho siempre como plomeros y que también difunden la palabra de Dios sin que forme parte de un negocio rentable.
Pero también hay varios que solo viven de lo “recaudado” en la “iglesia” y eso les permite llevar una vida que de ninguna manera es igual a la que lleva cualquier asistente a las reuniones y deposita “religiosamente” su sobre.
No creo que los asistentes a cada culto crean que el dinero recaudado es depositado en la cuenta del Señor o en el Banco de la Felicidad Celestial.
En una reunión local al que acuden 150 personas por semana y que cada uno coloque en el sobrecito $100 hace un total de $ 15.000 semanales lo que lleva a un total de $ 60.000 mensuales.
¿Qué gastos tienen? Impuestos no se pagan, en publicidad no hay gastos, luz, agua y gas se pagan con una parte de lo recaudado en una semana.
¿Será por eso que día tras día aparecen más iglesias de este tipo?
¿Iluminación divina o salida laboral?
El negocio de la religión en USA supera el valor de Apple y Google juntas
La religión siempre ha sido objeto de polémicas muy diversas, y lo cierto es que en muchas ocasiones no han faltado razones para ello debido al mal uso que el hombre ha hecho de la misma, normalmente buscando el beneficio propio por encima de todo lo demás.
Como consecuencia de ello muchos la ven como un simple negocio con el que unos pocos afortunados se siguen aprovechando de las miserias y de la credulidad de otros para enriquecerse, aunque ese grupo cae en un generalismo que deja en mal lugar a otros que sí utilizan la religión como vía para ayudar al prójimo. Y es que ya se sabe, no debemos «meter a todos en el mismo saco».
No vamos a entrar en esta polémica pero sí que queremos repasar algunos datos interesantes que nos dejan en TweakTown, donde han publicado un artículo que revisa las particularidades de ese sector que utiliza la religión como negocio y lo comparan con el valor de los principales gigantes tecnológicos.
Al año el negocio de la religión mueve en Estados Unidos la friolera de 1,2 billones de dólares. Sí, billones, es decir, 1,2 millones de millones de dólares, una cifra en la que se integran desde las diferentes instalaciones religiosas del país que prestan servicios diversos hasta los medios de comunicación y otros negocios englobados dentro de una determinada confesión religiosa.
La cifra es impresionante, sobre todo si tenemos en cuenta que la misma está casi totalmente libre de impuestos debido a la legislación impositiva que aplica Estados Unidos a las actividades que se llevan a cabo por determinadas confesiones religiosas.
Comparando con los principales gigantes tecnológicos esa cifra supera el valor combinado de Apple y Google, y también la suma de los ingresos anuales que generan las diez empresas más importantes de dicho sector.
¿Religión o el nuevo gran negocio del mundo? El caso del cristianismo en Sudáfrica
Pretoria, Sudáfrica. Un predio con un jardín enorme, un estacionamiento para mínimo quinientos autos y un auditorio para tres mil personas repleto. Luces neón azules y moradas. Fervientes voces esperando ansiosas el inicio del show. Caras de expectación, alegría y emoción. Libros gruesos en las manos de los asistentes y, en la portada de esos libros, una cruz. Ocho treinta en punto: comienza el espectáculo. Las luces neón se transforman en apuntadores blancos que indican que la mirada debe dirigirse hacia el escenario. Aproximadamente, diez jóvenes se paran sobre el escenario y dan inicio. La música a gran volumen en las bocinas resuena y las personas del estrado principal cantan, mientras que la multitud a modo de coro los acompaña. La letra de las canciones es una alabanza y una oda que solamente pretende glorificar a una deidad, a la única para ellas/os.
En el párrafo anterior, relato el inicio de uno de los espectáculos cristianos más grandes en Sudáfrica. Las ciudades más pobladas del país como Pretoria, Cape Town, Johannesburgo y Bloemfontein, son anfitrionas de los eventos evangélicos que van en ascenso en el país africano. La iglesia evangélica en Sudáfrica ha crecido multitudinaria y multimillonariamente en las últimas décadas. La apuesta del cristianismo en el continente es impresionante y cada vez más adeptos se unen. La religión, además de ser un modo de expansión ideológica, representa un modo de expansión mercantil que comercializa un producto.
La iglesia evangélica, como todo buen negocio, necesita generar mayor atracción para producir mayores ganancias. La atracción se consigue a través de la diversificación y difusión de sus productos, siendo uno de ellos la producción de música que se apropia de diversos ritmos, la cual ha sido explotada económicamente a partir de la venta de canciones y la creación de conciertos como el que describí. Además, en este tipo de conciertos, no sólo se canta álgidamente, también se predica, es decir, “la palabra del señor” se posa sobre todas las cosas.
Cada detalle estaba bien preparado, desde la publicidad alrededor del evento hasta la vestimenta de las/os cantantes. Sin embargo, es en esta clase de detalles que podemos descubrir el error, el cual puede pasar desapercibido. El pastor que oficiaba el culto vestía una playera de una marca de ropa bastante cara, el logo resplandecía en letras doradas al centro, y en la muñeca relucía un reloj enorme con detalles brillantes. Este pastor (blanco, por cierto) predicaba el culto a una población expectante mayoritariamente negra, empobrecida y precarizada.
El culto fue enlazado directamente a otro auditorio en otra ciudad, Bloemfontein, en la cual un pastor más joven llevaba puesta una playera blanca de la misma marca que el pastor en Pretoria. Durante un momento de silencio, después de que uno de los temas se agotara, el pastor joven hace mención de la coincidencia de la marca de la ropa que usan. Después de hacer notar lo gracioso de la coincidencia, reflexiona para el público y dice con voz profunda: “sin embargo, sabemos que la marca no es importante, puesto que lo importante no se encuentra en lo exterior, ni en lo material, sino en el interior de cada persona”. Grandes vítores siguieron esta moraleja, pero nadie le cuestionó el porqué vestirla o comprarla, si lo material no es lo verdaderamente importante. Con lo anterior, no niego la capacidad liberadora de la religión, empero los espectadores alienados asumían el sermón y carecían de reflexión, sin notar la reproducción inconsciente de un discurso moderno/colonial capitalista.
La religión cristiana para muchos negro-africanos ha significado una forma de auto-liberación, esto se debe a la opresión vivida por muchos años, tras la conquista, tras la colonia, tras los movimientos independentistas, tras la propia explotación de los gobernantes negros que se regocijaban en la miseria de los/as otros/as y, en el caso sudafricano, tras un gobierno de apartheid en el que los negros, los indios y los coloured[1] eran considerados inferiores o salvajes poco civilizados. La religión, por ende, fue una forma de encontrar un camino y una explicación a toda esa opresión; sin embargo, solamente fue (y es) una máscara que cubre los verdaderos problemas que están viviendo las y los africanos.
En México no estamos exentos de lo anterior. La mayor parte de la población que practica una religión es católica y otra gran parte, que va en aumento, es cristiana (evangélica). En muchas ocasiones, los líderes eclesiásticos, llámense pastor o sacerdote[2], suelen tener una mayor capacidad adquisitiva que los feligreses que se congregan a su alrededor. Asimismo, los discursos que pregonan enseñan que el determinismo que Dios provee y prevé para cada ser humano es incuestionable. Pareciera que las desgracias siempre tienen una justificación divina: “Así lo quiso Dios; sólo Dios sabe por qué lo hace”, sin responsabilizar a las partes terrenales en cuestión. ¿La religión es, por ende, una manera de apaciguamiento social en el que la crítica y la reflexión están ausentes? ¿Es, del mismo modo, un nuevo modo de enriquecimiento lícito? ¿Es la forma oculta más evidente de control?