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Mag, el poema es fascinante!! Es un placer siempre releer a John Keats.:001_smile:
Hoy, algo más de la luna...
Y de Jaime Sabines y su particular luminosa luna.
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Mag, el poema es fascinante!! Es un placer siempre releer a John Keats.:001_smile:
Hoy, algo más de la luna...
Y de Jaime Sabines y su particular luminosa luna.
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Convertir en lámpara la luz de la luna,
trocar las estrellas en flores de azhar,
para adorno de una cabellera bruna,
hablar con las olas inquietas del mar.
María de la Cruz de Moreno
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com...a5fd8e763c.jpg
No basta confirmar el desaliento
a los ángulos de la noche.
Es imprescindible
la claridad y sus riesgos
penetrar el vacío
como una marea caliente.
Alfredo Palacio
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com...d0bc120178.jpg
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:001_tt1:
Awww... Nunca había leído nada de esa poetisa!
Gracias mil por traerla, Estrellita!! :001_smile:
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https://s4.postimg.org/5ifw0ikhp/gir...t_moon_j95.jpg
La luna es una ausencia
Y tú, ¿quién eres de la noche errante
aparición que pasas silenciosa,
cruzando los espacios ondulantes
tras los vapores de la nube acuosa?
Negra la tierra, triste el firmamento,
ciegos mis ojos sin tu luz estaban,
y suspirando entre el oscuro viento
tenebrosos espíritus vagaban.
Yo te aguardaba, y cuando vi tus rojos
perfiles asomar con lenta calma,
como tu rayo descendió a mis ojos,
tierna alegría descendió a mi alma.
¿Y a mis ruegos acudes perezosa
cuando amoroso el corazón te ansía?
Ven a mí, suave luz, nocturna, hermosa
hija del cielo, ven: ¡por qué tardía!
De Carolina Coronado
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https://s24.postimg.org/z5zr8enad/17...02294630_n.jpg
Astrofobos
Brillando en el cielo de medianoche,
Sobre los abismos etéreos y distantes,
Me acechaba, anhelante,
Una seductora, resplandeciente estrella;
Cada crepúsculo retornaba
Brillando en el Carro Ártico.
Místicas formas bellas se fundían
En sus gloriosos rayos dorados,
Fantasías de dicha descendían
En miríadas de elisíaco placer.
De sus coros de liras se extendían
Como cantos de Lidias melodías.
Pensé que el placer reinaba allí,
Donde el libre y el bendito habitan,
Y cada instante un tesoro traía
Envuelto en flores de loto,
Flotando en una nota líquida
Del laúd del viejo Israfel.
Allí, me dije, existen
Mundos de felicidad desconocida,
Donde la inocencia es alabada
En el trono de la coronada virtud;
Hombres de luz, de pensamientos
Más puros, más diáfanos que los míos.
Entonces sentí horror ante la visión,
Se tornó roja y delirante;
La esperanza se disolvió en burla,
La belleza en fealdad;
Himnos extraños se arrastraron,
Signos espectrales se mezclaron.
Carmesí ardió la estrella de la locura
Que antaño admiré tan bella;
Todo era triste donde hubo felicidad,
Y en mis ojos tembló una verdad;
Infames demonios salvajes desfilaron
A través de mi febril visión.
Ahora conozco la satánica fábula
Que surgía de aquel dorado esplendor;
Ahora evito la tétrica luz
Que antaño amé con fervor;
Pero el horror, estable y mortal,
Acechará mi alma por siempre.
De Howard Phillip Lovecraft
Hola, Mag! Muy buenos tus aportes, mil gracias, guapa. Impactante lo de Lovecraft, como toda su obra, pero a diferencia de sus relatos de terror, su poema Astrofobos es de una noche alucinante!! :)
Sobre la poetisa María de la Cruz, decirte que es duranguense, y que tiene una colección de libros de bolsillo titulada: En voz alta, que es encantadora.
Tintes
Cuando la aurora la faz asoma
sobre la cumbre de la alta loma,
tiñe de gualda los encinares,
los altos riscos, los altos mares.
Luego se esfuman los tonos de oro
que son del aura fugaz tesoro...
porque a la tierra, con manto leve,
van envolviendo copos de nieve...
después la lumbre el sol de oriente.
la nieve que hizo, con sus albores,
blanco el paisaje, blancas las flores.
Y esplende Febo con luz divina,
en la espaciosa comba opalina,
mi alma de artista se pone triste
al ver que el suelo de gris se viste.
Muere la tarde... llega la noche...
en sombras densas hace derroche...
y mi alma ansiosa de fe y amores,
se agosta y muere... como las flores.
María de la Cruz de Moreno.
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(Quinteto de la luna y del mar)
PIANO
Un poco de cielo y un poco de lago
donde pesca estrellas el grácil bambú,
y al fondo del parque, como íntimo halago,
la noche que mira como miras tú.
Florece en los lirios de tu poesía
la cándida luna que sale del mar,
y en flébil delirio de azul melodía,
te infunde una vaga congoja de amar.
Los dulces suspiros que tu alma perfuman
te dan, como a ella, celeste ascensión.
La noche.... tus ojos.... un poco de Schuman...
y mis manos llenas de tu corazón.
PRIMER VIOLÍN
Largamente, hasta tu pie
se azula el mar ya desierto,
y la luna es de oro muerto
en la tarde rosa té.
Al soslayo de la luna
recio el gigante trabaja,
susurrándote en voz baja
los ensueños de la luna.
Y en lenta palpitación,
más grave ya con la sombra,
viene a tenderte de alfombra
su melena de león.
SEGUNDO VIOLÍN
La luna te desampara
y hunde en el confín remoto
su punto de huevo roto
que vierte en el mar su clara.
Medianoche van a dar,
y al gemido de la ola,
te angustias, trémula y sola,
entre mi alma y el mar.
CONTRABAJO
Dulce luna del mar que alargas la hora
de los sueños de amor; plácida perla
que el corazón en lágrima atesora
y no quiere llorar por no perderla.
Así el fiel corazón se queda grave,
y por eso el amor, áspero o blando,
trae un deseo de llorar, tan suave,
que sólo amarás bien si amas llorando.
VIOLONCELO
Divina calma del mar
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar.
En la pureza infinita
en que se ha abismado el cielo,
un ilusorio pañuelo
tus adioses solicita.
Y ante la excelsa quietud,
cuando en mis brazos te estrecho
es tu alma, sobre mi pecho,
melancólico laúd.
Leopoldo Lugones (Córdoba, Argentina 1874 - 1938)
https://i.ytimg.com/vi/XA8g_rcdpYk/hqdefault.jpg
Lady Lilith, óleo de Dante Gabriel Rosetti
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La muerte de la luna
En el parque confuso
Que con lánguidas brisas el cielo sahúma,
El ciprés, como un huso,
Devana un ovillo de de bruma.
El telar de la luna tiende en plata su urdimbre;
Abandona la rada un lúgubre corsario,
Y después suena un timbre
En el vecindario.
Sobre el horizonte malva
De una mar argentina,
En curva de frente calva
La luna se inclina,
O bien un vago nácar disemina
Como la valva
De una madreperla a flor del agua marina.
Un brillo de lóbrego frasco
Adquiere cada ola,
Y la noche cual enorme peñasco
Va quedándose inmensamente sola.
Forma el tic-tac de un reloj accesorio,
La tela de la vida, cual siniestro pespunte.
Flota en la noche de blancor mortuorio
Una benzoica insispidez de sanatorio,
Y cada transeúnte
Parece una silueta del Purgatorio.
Con emoción prosaica,
Suena lejos, en canto de lúgubre alarde,
Una voz de hombre desgraciado, en que arde
El calor negro del rom de Jamaica.
Y reina en el espíritu con subconsciencie arcaica,
El miedo de lo demasiado tarde.
Tras del horizonte abstracto,
Húndese al fin la luna con lúgubre abandono,
Y las tinieblas palpan como el tacto
De un helado y sombrío mono.
Sobre las lunares huellas,
A un azar de eternidad y desdicha,
Orión juega su ficha
En problemático dominó de estrellas.
El frescor nocturno
Triunfa de tu amoroso empeño,
Y domina tu frente con peso taciturno
El negro racimo del sueño.
En el fugaz desvarío
Con que te embargan soñadas visiones,
Vacilan las constelaciones;
Y en tu sueño formado de aroma y de estío,
Flota un antiguo cansancio
De Bizancio...
Languideciendo en la íntima baranda,
Sin ilusión alguna
Contestas a mi trémula demanda.
Al mismo tiempo que la luna,
Una gran perla se apaga en tu meñique;
Disipa la brisa retardados sonrojos;
Y el cielo como una barca que se va a pique,
Definitivamente naufraga en tus ojos.
Leopoldo Lugones
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Curiosa seleccion de versos