Otras cosas atribuidas al espíritu de Dios
jamás se aplican a personas.
Por ejemplo, ese espíritu puede ser derramado sobre humanos
y puede llenarlos.
En sí, la palabra hebrea y la palabra griega para “espíritu”
no sugieren personalidad.
Transmiten la idea de aliento,
aire en movimiento, viento.
Comparalo con Zacarías 2:6; Job 41:16; Juan 3:8.
De modo que estos términos señalan a algo que es invisible,
una fuerza activa. Tal fuerza activa
podría ser ‘derramada’ o impartida a numerosas personas al mismo tiempo
y podría ‘llenarlas,’ como se declara del espíritu santo.—Hech. 2:4, 33.