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Estocada
En Juan 1:1 el apóstol Juan se remonta hasta la misma eternidad y afirma la existencia del Verbo en el mismo tiempo a que se hace referencia en Génesis 1:1, cuando Dios creó los cielos y la tierra. Él, el Verbo, ya existía cuando lo que no existía antes comenzó a existir. Su existencia es, pues, sin principio: eterna. El Verbo no fue creado. Esta es una deducción lógica de la declaración de Juan, y también es sugerida por el verbo gramatical que se emplea.
La palabra "arkhe" ("principio") significa aquí principio en sentido absoluto. En el original griego el nombre sustantivo no tiene artículo, lo cual viene a confirmar, en efecto, que el escritor sagrado quiere expresar duración sin tiempo, sinónimo de eternidad. El principio de Juan 1:1 halla, pues, su contexto armónico en el principio de Génesis 1:1. Es evidente, por tanto, que se trata de la misma idea y que ambas expresiones nos sitúan en el vértice de la eternidad misma, donde el Verbo existía eternamente, y en el momento en que los cielos y la tierra, cuando eran inexistentes, comenzaron a existir en virtud del poder creador de Aquel que es eterno por sí mismo.