http://www.ole.clarin.com/diario/2009/03/11/portada.jpg
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En el ámbito tecnológico, la velocidad es considerada la virtud suprema. Por eso, cuando alguien está a punto de registrarse en una página web, es absurdo suponer que va a perder el tiempo leyendo los términos de uso. Por costumbre, se hace click en todos los carteles que dicen "aceptar", y que sea lo que Dios quiera.
Esta negligencia de los usuarios no es ajena a las redes sociales como Facebook, Sónico y Hi5, o a otros sitios como Blogger, MSN Messenger, Taringa!. Las condiciones contractuales que nadie examina son aprovechadas por algunos para vender avisos. Otros van más allá, incluyendo cláusulas abusivas. Uno de los sustentos de estas redes es la publicidad. El envío de avisos se pacta en los contratos que nadie lee.
La mayoría de los sitios usan los datos que suben a Internet los usuarios cuando se registran. Y con ellos personalizan los anuncios, propios o de otros que les pagan por ese servicio. Pero no venden avisos "al voleo". La información que colocan los usuarios en sus perfiles, más los comentarios que expresan hostilidad o preferencias, forman parte de un apetecible legajo virtual que es recolectado con la imprudente aprobación de los beneficiarios.
Esta suma de variables les permite a los administradores del sitio segmentar a su público por edad, sexo y nivel educativo, y tener datos preciosos sobre sus gustos, costumbres y relaciones. Y les garantiza a sus clientes que la publicidad que están enviando va a llegar al consumidor indicado. Martín Spinetto, gerente de Servicios Online de Microsoft, advierte que "no compartimos la base de datos con otras empresas. Pero sí vendemos audiencia". Esto implica que si una firma quiere apuntar su campaña a un determinado sector, Microsoft sabe a quién enviarla usando su base. En el Centro de Privacidad se anuncia: "Microsoft no venderá, alquilará ni cederá sus listados de clientes a terceros. En ocasiones, como ayuda para poder prestar los servicios, podrá proporcionar datos a otras empresas que actúan en nombre de Microsoft".
Y si de aclarar los términos se trata, Alberto Arébalos, director de Asuntos Públicos de Google, expone el cambio de rumbo que se introdujo en los servicios web. "La interest based advertising, o publicidad basada en intereses, es una modalidad que le permite al consumidor elegir los temas que quiere ver y, en caso de no estar interesado, seleccionar la opción de no mostrar ninguna propaganda en su sitio", detalla. Tomás O'Farrell, de Sónico, una red social similar a Facebook que según datos propios suma 30 millones de usuarios en Latinoamérica, reconoce que la publicidad personalizada es un método empleado.
Pero agrega: "Estamos utilizando nuevas formas de ingresos para sustentar la red". Otra cuestión es el uso que en la red se hacen de los contenidos que suben los usuarios, lo que puede llevar a quejas por la exhibición de imágenes no autorizadas (ver Una mala experiencia). Y si bien es cierto que todavía no se reportó ningún caso de expropiación por parte de una de estas redes, ¿qué sucedería si alguien se consagra como escritor, músico o fotógrafo? ¿Quién garantiza que el contenido que tiene en la página no va a ser explotado por la dueña de todos sus derechos? ¿Que, por ejemplo, el sitio quiera publicar un libro con el contenido de un blog muy leído? En el contrato de una de estas redes sociales, MySpace, se lee: "Al mostrar o dar a conocer ("publicar") cualquier Contenido en los Servicios MySpace o a través de estos, por el presente usted concede a MySpace una licencia limitada para usar, modificar, eliminar o agregar información, presentar públicamente, mostrar públicamente, reproducir y distribuir dicho Contenido".
No es el único caso. El abogado Leandro González Frea previene también sobre las normas que imperan en Hi5, otra red que alberga a 80 millones de cibernautas. "Obligan a los usuarios a conceder una licencia irrevocable, perpetua, no exclusiva, mundial, para reproducir, distribuir, mostrar públicamente e interpretar, usar de cualquier modo el contenido incorporarlo en otras obras, y conceder o autorizar sublicencias", explica.
Algo semejante ocurre con Taringa!, uno de los portales más visitados por los navegantes argentinos. González Frea analiza: "Taringa! se adjudica expresamente los derechos de autor sobre la obra de clasificación y compilación realizada por cualquiera de sus usuarios, obligándolos a transferirle todos los derechos que pudieran corresponderles". Entre otros "materiales", se incluyen fotos, diseños, sonidos y marcas. O'Farrell, de Sónico, explica que el objetivo de estas cláusulas es la protección legal del sitio: "Por ejemplo, si un usuario sube una foto de otro, éste no puede demandarnos por ello". Pero, ¿los usuarios tienen algún tipo de defensa? González Frea apunta que estos servicios están amparados por la Ley de Defensa del Consumidor . Lo que sí es cierto es que estos contratos de adhesión son redactados unilateralmente por las empresas y no dan lugar a los usuarios para negociar los términos de inclusión. Y si el usuario está en desacuerdo, el no aceptar equivale a quedar afuera.
Hace rato vengo meditando seriamente dejar el Facebook. Pero, considerando que lo que pongo allí no tiene prioridad alguna, puedo estar tranquilo. Ellos no pueden decirte si borrás o no el sitio, lo borrás y punto...
Comunidad Argentina no murió... ni morirá...
conozco algunas personas de Argentina y me caen genial, son extrovertidosy muy alegres.. un saludo a tod@s los argentinos.. :)
Hoy se hizo la presentación en el Malba. Incluye las palabras que se comparten con hablantes de otros países, las que se usan con otro significado y las que sólo se usan en estas tierras. La investigación se hizo sobre documentos reales.
Aca esta el diccionario http://www.voz-activa.com.ar/flipdiccionario/
teme!
che esta re buena la pagina!gracias por compartir la data!
En la Argentina, el Quijote hubiera podido triunfar sin delirios ni cansancio. Es que los molinos de viento que existen aquí son apenas 44, ni una centésima parte de los que tiene España, uno de los líderes mundiales en generación de energía eólica. Los vendavales de la costa bonaerense y la Patagonia están desaprovechados, así como la posibilidad de ahorrar energía tradicional y cuidar el medio ambiente.
Contando la generación térmica, hidroeléctrica y nuclear, la potencia energética instalada en todo el país es de 24.033 megavatios (MW), mientras que los parques que capturan el viento apenas alcanzan los 27,8 megavatios. Es un ventilador en el desierto: sólo el 0,12 por ciento de la potencia total instalada, de acuerdo a un informe de la Asociación Argentina de Energía Eólica.
Mientras Europa siembra sus campos de molinos y la administración de Barack Obama puso el tema entre sus prioridades, la Argentina mantiene un enorme potencial para desarrollar energías renovables como las que surgen del viento, los mares, la tierra y el sol, pero avanza demasiado lento, coinciden fundaciones ambientalistas y estudios privados.
"En la actualidad, el país está en condiciones de entrar con 2.100 megavatios eólicos al Sistema Interconectado Nacional, 200 de ellos en forma inmediata", estima el mencionado informe de la Asociación que encabeza el austríaco Erico Spinadel. Eso, en la hipótesis de máxima, es 750 veces más de lo que los molinos aportan ahora, y resultaría en 75 veces más de recursos energéticos: un buen complemento para situaciones de crisis.
"Estamos retrasados, pero la Argentina tiene una proyección importante. Llegaron a existir más de 500 mil molinos en el país, no para generación eléctrica sino para riego y bebida del ganado, pero esa tradición se perdió", explica Hilda Dubrovsky, especialista de la Fundación Bariloche. A su juicio, "el potencial podría estirarse a los 3.000 megavatios, lo que significa un Yacyretá y medio".
Entre los discursos oficiales y la realidad, se dibuja una zona gris: el Plan Estratégico Nacional de Energía Eólica, anunciado hace tres años, está a medio camino y los obstáculos burocráticos y de infraestructura siguen en pie, señalan los actores del sector.
"Para ver cambios de aquí a 10 o 15 años, tenemos que empezar a planificarlos ya, aunque hay pocas señales a la vista", opina Carlos Tanides, experto en eficiencia energética de la Fundación Vida Silvestre.
Además del diseño, falta infraestructura, considera Alberto Anesini, coordinador del área de Energías Renovables del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI): "La red de distribución no está pensada para traer todas las energías que se producen en el sur. Si mañana se instala una gran planta de miles de megavatios más allá del paralelo 42, no hay forma de conectarla en forma eficaz con ciudades lejanas. Para ser gráficos: el 'caño' que existe hoy es muy finito, no sirve para ese fin".
Como resultado, Argentina está muy lejos de los primeros puestos en el ranking de países que buscan en estas tecnologías los sustitutos del petróleo que se acaba y de los recursos naturales que se malgastan. A la cabeza van Alemania, Estados Unidos (el mayor emisor de gases contaminantes del efecto invernadero), España y la India. Portugal aparece en el décimo lugar y exhibe otro mérito: su electricidad proviene en un 43 por ciento de fuentes de energía renovables.
Argentina figura en el puesto número 40 de esa tabla preparada por la Asociación Mundial de Energía Eólica, por debajo de los pequeños Estonia y Luxemburgo (ver infografía).
De todas formas, hay proyectos en marcha. En la final de la Copa Davis, la iluminación del estadio Islas Malvinas se alimentó de la energía del viento. Pero perdimos en el tenis y también en el envión del progreso: España también es líder en el aprovechamiento de la energía solar y proyecta cubrir el 25 por ciento de sus necesidades de electricidad con energía eólica. En 2010, sólo en Andalucía, se activarán 32 parques eólicos nuevos, con una potencia de 500 MW.
También en Mar del Plata, hace un año, se construyó la primera torre "energéticamente sustentable" de Latinoamérica (ver aparte).
El boom de las construcciones de los últimos años tampoco estuvo acompañado por desarrollos de tecnología eólica o solar, admiten arquitectos y agentes inmobiliarios. Eso se da porque los Códigos de Planeamiento no incorporaron aún ese tipo de recomendaciones.
La Universidad de Buenos Aires quiere tapar ese bache, y desde hace un año prepara un proyecto sobre el uso racional de la energía en ámbitos urbanos. "En muchos países no se puede construir si no se cumplen ciertos requerimientos de ahorro energético. Podemos mejorar mucho en ese aspecto, pero hay que abordar el problema desde las distintas disciplinas, para modificar las cuestiones técnicas pero también las legislativas", señala el ingeniero Hugo Sirkin, secretario de Ciencia y Técnica de la UBA. Siempre se puede mejorar: mientras la mayor universidad del país está enfrascada en este interesante proyecto, sus aulas aún no han completado el reemplazo de sus lámparas convencionales por lámparas de bajo consumo.
La modernización normativa es otra de las deudas pendientes. El último día de su mandato, el presidente Carlos Menem reglamentó la ley 25.019, que estableció un régimen de promoción de la investigación y uso de energías no convencionales. El terremoto político y económico que vino después demoró su puesta en marcha.
Hace tres años se sancionó otra ley, la 26.190, que insistía con el fomento para el uso de fuentes renovables de electricidad y proponía un objetivo audaz: en sólo diez años, cubrir por esta vía el 8 por ciento del consumo de la energía eléctrica de todo el país.
Esta segunda ley, votada en medio de pronósticos de escasez, declaró de "interés nacional" la generación de energía eléctrica por fuentes alternativas y la investigación para el desarrollo y fabricación de equipos con ese fin. Pasado todo este tiempo, sin embargo, la ley aún no fue reglamentada, y no entró en vigor. Los promotores de la energía solar patalearon, además, porque la variante de usar el sol para la calefacción de una casa, por ejemplo, no estaba contemplada y quedaba afuera de los incentivos.
Algo más se hace desde el Estado. Como el 30 por ciento de la población rural argentina carece de energía eléctrica, se creó el Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (PERMER), que permite el acceso a la electricidad de 8.000 hogares y 6.000 edificios públicos. Tiene financiación internacional por 40 millones de dólares.
La oficina local de Greenpeace también instaló paneles fotovoltaicos en sus techos para aprovechar la energía solar. "Es limpia, renovable y tan abundante que la cantidad que recibe la Tierra en 30 minutos equivale a toda la electricidad consumida en el mundo durante un año", se explica en un texto de su página web.
Pronto llegarán al país los containers con teléfonos celulares chinos cuyas baterías se cargan con el sol. Si ese producto llegara a masificarse, más de un millón de usuarios del área metropolitana dejarían de enchufar sus cargadores eléctricos por las noches, permitiendo un ahorro más.
En octubre pasado, el parque eólico Antonio Morán, que queda en Chubut y es el más grande del país, comenzó a entregar energía a los consumidores nacionales (ver aparte). Y el año que viene, además, comenzará a operar el parque eólico de Arauco, en La Rioja, que realiza la empresa IMPSA, del Grupo Pescarmona. "Es un hito -dijo la firma en un comunicado-, significará la independencia energética de la provincia", porque en la última etapa podrá abastecer el 45 por ciento de la demanda actual, que ahora se "importa" de otros distritos.
La Secretaría de Energía de la Nación tiene pendiente actualizar su página Web sobre fuentes renovables y responder un pedido de información que le hizo Clarín. En el cuestionario se preguntaba por los avances de los planes Vientos de la Patagonia I y II, el grado de apoyo oficial a los proyectos de energía solar y las demoras en la reglamentación de la última ley. En el portal de la Secretaría de Energía, un documento admite que la participación de las energías renovables en la oferta energética nacional "es muy baja".