Brutal síntesis de lo que vivimos para que los estadounidenses lo entiendan.
https://www.dolcacatalunya.com/2019/...orteamericano/
Brutal síntesis de lo que vivimos para que los estadounidenses lo entiendan.
¿Cómo nos ven en los Estados Unidos? A juzgar por las trolas que nos cuenta Alfred Bosch, todo Estados Unidos está muy sensibilizado por lo que ocurre en Cataluña: en Nueva York casi no duermen y San Francisco és un clam. La realidad es muy diferente.
Reconozcamoslo: a la mayoría de los estadounidenses les importa bastante poco lo que sucede por aquí. Normal. Los que sí están interesados recurren a los medios americanos y, entre ellos, al digital Taki’s Magazine, uno de los más seguidos e iconoclastas. Allí encontramos un penetrante y documentado artículo, titulado The Catalan Passion y firmado por Jorge Montojo, que ya es todo un descubrimiento dolço y vale la pena leer.
“¿Puede una región proclamar su independencia cuando no cuenta con una mayoría a favor? Es un juego perverso a base de mentiras e ilusiones, que rompe una sociedad y tiene graves consecuencias. La dulce Cataluña es la autonomía más burguesa de España. También la que, por romanticismo, ha tenido mayor fuerza anarquista (en la Guerra Civil fueron asesinados por los comunistas). Y, desde hace décadas, es uno de los focos de Europa donde más activos son los grupos antisistema.
La esquizofrénica situación actual es principal responsabilidad de unos muy corruptos políticos nacionalistas, que grotescamente defienden la supremacía del muy mezclado pueblo catalán. Resulta chocante comprobar cómo no pocos de sus acólitos descienden de andaluces o extremeños que fueron en busca de trabajo (despectivamente les llamaban charnegos), pero toma sentido cuando nos damos cuenta de que—históricamente en España—nada supera el fanatismo del converso.
Las protestas invaden la calle, animadas por los políticos que mandan en su parlamento (viene del catalán parlar, pero ocupa demasiado tiempo en sembrar odio). Por lo que ellos mismos reconocen sin vergüenza, necesitan más presión para sus fines y alientan a la violencia CDR (Comité de Defensa de la República), aunque Cataluña se consuma en un clima bélico.
De momento los efectos son que en Barcelona ya abundan los turistas de barricada, dispuestos a hacerse un selfie al lado de unos contenedores incendiados, tratando de asaltar un aeropuerto o corriendo tras una carga policial. Ha habido un efecto llamada de grupos radicales de toda Europa. ¡Incluso han venido los rusos!, y la Justicia investiga la actuación de una célula desestabilizadora del GRU.
En tal maremágnum de manifestaciones, autopistas cortadas, heridos, sabotaje y creciente terrorismo (se ha detenido a un grupo CDR que fabricaba explosivos y proyectaba asaltar el parlamento), el dinero huye. Empresas e inversiones, congresos y cruceros, se marchan a otras regiones españolas.
Lo peor es la fractura social: hay familias rotas, que no se hablan por culpa de unos vulgares políticos que pregonan un cainismo muy ibérico. Más que un pulso entre Cataluña y el resto de España, es una lucha inquietante entre catalanes que se sienten españoles y catalanes que desean ser independientes.
La última encuesta muestra que el apoyo a la independencia—que jamás ha contado con una mayoría—ha disminuido considerablemente. Y cada vez salen más catalanes que dicen a sus paisanos: “Si tú quieres separarte de España, yo prefiero separarme de ti.” Es la idea de Tabarnia, fabricada con sentido del humor en medio del absurdo, por el artista catalán Albert Boadella.
La responsabilidad también afecta a los diferentes gobiernos de España (populares o socialistas). Con la terrible miopía del mini-estadista que solo piensa a cuatro años y le da igual la siguiente generación, prefirieron pactar con el insaciable nacionalismo antes que formar una gran coalición. (Aunque parezca increíble, tal disparate está a punto de repetirse tras las últimas elecciones generales.)
El resultado ha sido la cesión de competencias como la Educación y el auge de un tribalismo tan paleto como engreído, que poco tiene que ver con la universal cultura catalana y la formidable historia de un pueblo marinero y comerciante. Así hemos llegado al absurdo de que en los colegios públicos de Cataluña no se puede estudiar en español. (Tal moda ha llegado también a las Islas Baleares y Valencia, donde, aunque no manden los separatistas, se demuestra que la estupidez es altamente contagiosa.) Choca frontalmente con la política educativa de países como Italia y Francia, donde también tienen la riqueza de hablar numerosas lenguas, pero a nadie se le ocurre prohibir el italiano o el francés en la enseñanza. Spain is different.
Barcelona es una de mis ciudades favoritas. Aquí nació mi formidable abuela Lucía Maristany, monárquica y orgullosa de su sangre catalana, vasca, mallorquina y gallega. La Ciudad Condal es hermosa y trovadora, sensual y cosmopolita. Camino con placer sus calles y tomo estupendas copas en oasis dipsómanos como Boadas y Dry Martini, donde uno puede charlar de todo sin necesidad de insultar a quien no piensa como tú. A veces me topo con algún separatista. Se queja que los españoles no les dejamos votar un referéndum, que somos como un matrimonio donde, tras cinco siglos de unión, tienen derecho a separarse; que no aceptan al Rey de España—su brava intervención paró el golpe de Estado—, aunque también sea Conde de Barcelona.
“¿Y qué pasaría con la parte que quiere seguir siendo española—pregunto—, los dejaríais ser independientes de vosotros?”. Algunos tolerantes dicen que por supuesto, pero otros lo consideran como un sacrilegio. Y luego abundan sobre la anexión de otros territorios que consideran suyos.
Sobra pasión y falta buen sentido, ese famoso seny tan catalán como la rauxa.”
Dolça i internacional Catalunya…
Los catalanes hacen cosas
Un impuesto desata la indignación en el entorno de Barcelona
Un impuesto desata la indignación en el entorno de Barcelona
JORDI RIBALAYGUE
https://www.elmundo.es/cataluna/2019...f8d8b4686.html
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El Área Metropolitana cosecha quejas de vecinos y alcaldías al expandir una tasa a 18 municipios tras abaratar el transporte
Dos vecinas de Barberà muestran el impuesto.
MARGA CRUZ
A primeros de mes, Enriqueta recibió cinco cartas junto a la propaganda electoral del 10-N. Al abrirlas, se topó con un impuesto por cada una de sus propiedades. Nunca se lo habían reclamado. Fluctúan entre 38 y 219 euros, más de 500 euros en total por un par de locales, un almacén y dos viviendas en Barberà del Vallès. Debe abonarlos antes del 16 de diciembre por el llamado tributo metropolitano, del que no sabía nada. «Pensé que eran multas», asegura. Idéntico estupor confiesan más vecinos, que desconocían que les exigirían importes tan dispares como 25, 57, 75 o 135 euros por sus domicilios antes de acabar el año.
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se embolsa el recargo, calculado según el valor catastral para financiar servicios que presta, incluido el transporte público. En Barcelona y su contorno se cobra desde 1992, y ahora se extiende a 18 localidades del Vallès Occidental y el Baix Llobregat donde el coste para desplazarse a la capital y su corona se ha reducido. La tarjeta más vendida, la T-10, se rebaja casi a la mitad.
La contrapartida a igualarse con la primera zona tarifaria es un impuesto que ha alentado protestas. Con cerca de 33.000 habitantes, en Barberà se han recogido más de 6.300 firmas en dos semanas para que el AMB exima del pago mientras no se programen inversiones que equilibren la oferta de transporte y otras prestaciones con las de Barcelona y las poblaciones que la circundan.
«No tenemos los servicios ni las infraestructuras del resto. Y pasar de la zona 2 a la 1 de transporte no debería estar sujeto a la propiedad de cada uno. Las casas no viajan en tren», recalca Silvia Martínez, una de las vecinas que encabezan la queja en Barberà, donde el AMB recaudará unos dos millones.
"Ha habido mucha desinformación", lamenta Sagrario López, que teme que el importe se eleve aún más el próximo año si no se bonifica. En su caso, por un piso de 95 metros cuadrados ascendería de 57,62 a 170,07 euros. "Hay poco transporte público en Barberà y está anticuado, y encima nos pasan el recibo aunque en mi caso no lo cojo. La descompensación es total", recrimina María del Mar Gálvez. "Para esto, casi habría preferido seguir pagando la zona 2 de transporte. Voy poco en tren a Barcelona, pero con esto parece que nos lleven en limusina", ironiza María José, a quien le piden 50 euros.
Una decena de vecinos consultados al azar sopesa las consecuencias de intentar eludir la tasa. Si lo hacen, conlleva un recargo del 5%. «No quiero pagar. Esperaré hasta el último momento, pero supongo que habrá que hacerlo y que será difícil que nos lo devuelvan», teme Enriqueta.
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«Cada miércoles nos reunimos unas 1.500 personas y hemos decidido que esta semana tampoco lo pagamos», revela Ignacio Laguna, de la plataforma que canaliza el malestar en Cerdanyola del Vallès. Son 57.700 habitantes y contabilizan más de 10.000 apoyos. «No estamos en desacuerdo con pagar, pero pedimos un catálogo de servicios e inversiones al AMB», contrapone. Abogan por que no se sufrague y se retorne a quien lo haya transferido mientras se aclara si los recibos se han emitido con un sobreprecio. Los servicios municipales detectan un supuesto desacierto que encarece las cuantías en torno a un 30%. El Ayuntamiento ha comunicado la discrepancia al AMB, que no ha respondido a este medio.
La indignación ha empujado a diferentes consistorios a dirigirse al organismo para que aclare el método de cálculo y qué mejoras pronostica con lo que perciba. La ampliación del tributo se aprobó hace un año sin apenas ruido. PSC y los comunes lo ratificaron. Los neoconvergentes, Cs y la CUP se abstuvieron y el PP se opuso; alegaron sin que surtiera efecto, al igual que cuatro ayuntamientos.
«No llegamos a los servicios que se corresponden al pago, sobre todo en movilidad. Para ir a poblaciones colindantes como Sant Cugat o Santa Perpètua se debe bajar hasta Barcelona», ejemplifica el alcalde de Barberà, Xavier Garcés (PSC), partidario de una implantación paulatina de la tasa, bonificada un 60% para primeras viviendas el primer año. El Ayuntamiento presentará una demanda por el contencioso contra el tributo que el anterior gobierno local inició.
«Es un impuesto injusto. No ha cambiado nada del desequilibrio en servicios que tenemos con la primera corona», señala el alcalde de Ripollet, José M. Osuna (Decidim Ripollet), para quien no compensa que se abarate el trayecto hasta Barcelona. Destaca que no se sabe cuándo dispondrán también de la T-Rosa y los descuentos de la T-16 para menores, jubilados y otros posibles beneficiados. «El AMB está pendiente de traspasos de la Generalitat. Han tenido un año y no han hecho los deberes», critica.
Sant Cugat del Vallès se muestra más conforme después de que el AMB rectificase la predicción de 6,9 millones de euros que divisaba recolectar en la ciudad y bajarla a 4,2 millones. Aun así, el teniente de alcalde Pere Soler opina que es «un impuesto confuso», con contrastes «ilógicos». «Por un piso de 120 metros cuadrados en el centro se pueden pedir 30 euros, lo mismo que por una finca de 300 metros en Mirasol», compara, por lo que defiende modificar la ordenanza que lo regula y ampliar las bonificaciones sociales.
LÍMITES AL PAGO DEL TRIBUTO
Torrelles de Llobregat es un pequeño pueblo de montaña donde los habitantes se ven obligados a recurrir al autobús o al vehículo privado para desplazarse a otros municipios. La paradoja es que la localidad, situada a menos de 25 kilómetros de la capital catalana, pertenece al Área Metropolitana de Barcelona y desde hace unos meses debe pagar más impuestos.
Desde el pasado enero, el organismo supramunicipal incluye a Torrelles y a otras 11 poblaciones del Baix Llobregat en la zona 1 del sistema tarifario. Que la medida venga acompañada del pago del tributo metropolitano no convence al Ayuntamiento de Torrelles, que asegura entender el enfado de parte de la ciudadanía por el cobro. Algunos vecinos han empezado a recoger firmas contra el nuevo tributo.
El alcalde de Torrelles de Llobregat, Ignasi Llorente, recuerda que su ayuntamiento fue «uno de los pocos que, en octubre del año pasado, ya votó en contra de esa medida». En conversación con este periódico, el máximo dirigente municipal argumenta que ya en aquel momento «la gestión no se estaba llevando demasiado bien desde el punto de vista informativo».
Un año después, Llorente lamenta que la «información adecuada» no ha llegado al Ayuntamiento. «Es algo que el AMB ha reconocido», subraya el alcalde, que añade otro elemento que el ente metropolitano no ha logrado con su nuevo tributo: «No se ha conseguido hacer entender a la gente por qué se paga».
El primer edil reclama que los comercios «no paguen lo mismo que las industrias». Otra de las exigencias del Consistorio es que el AMB incorpore un calendario de mejoras e inversiones en el territorio: «Cuando se aprobó el impuesto, dijo que se nos presentaría un calendario de inversiones en transporte público. Pero seguimos dependiendo del autobús o del coche para ir a otro municipio».
Sant Andreu de la Barca es otro municipio del Baix Llobregat en el que los vecinos se han organizado para recoger firmas en protesta por el tributo metropolitano. El alcalde del municipio, Enric Llorca, explica a este diario que ha pedido al AMB una campaña de información para «explicar correctamente el funcionamiento del impuesto y que complemente a la nuestra».
Llorca incide en que ha mostrado desde el inicio un «desacuerdo» con el AMB porque mantiene que el cobro del impuesto debería haber ido precedido de una campaña informativa. «Consideramos que la información se tendría que haber dado antes. A nadie le gusta pagar impuestos, pero son necesarios para poder disfrutar de servicios de calidad».
Hay que recaudar fondos para que la Colau pueda regalar 79.000 € por la instalación de su estercolero de Belén