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KIMO
Evidencia de que los testigos han sido perseguidos por
predicar el reino de Jesus en libros y periodicos
“Las principales víctimas de la persecución religiosa
en Estados Unidos durante este siglo XX
han sido los testigos de Jehová”,
dice el libro The Court and the Constitution
(El Tribunal y la Constitución), de Archibald Cox (1987).
“Por todo el mundo los gobiernos han hostigado y perseguido
a los testigos de Jehová —dice Tony Hodges—.
En la Alemania nazi los reunieron
y los enviaron a campos de concentración.
Durante la II Guerra Mundial
se proscribió la Sociedad [Watch Tower] en Australia y Canadá.
En la actualidad [en los años setenta]
se hostiga a los testigos de Jehová en África”
(Jehovah’s Witnesses in Africa, edición de 1985).
El profesor Wojciech Modzelewski, de la Universidad de Varsovia
(Polonia), escribió en su libro Pacyfizm i okolice
(Pacifismo y proximidad):
“Hoy día, los testigos de Jehová
constituyen la mayor comunidad internacional
que se opone a las guerras”.
Desde el 21 de septiembre de 2004 y durante dos meses,
el salón principal del museo estatal de Auschwitz-Birkenau
presentó una exposición dedicada en exclusiva a los Testigos.
La muestra tuvo un tema muy apropiado:
“Encarcelados por su fe.
Los testigos de Jehová y el régimen nazi”.
Constaba de veintisiete paneles históricos
en los que se mostraba la firme determinación
de los Testigos de mantener su neutralidad cristiana
durante el nazismo.
A muchos visitantes les conmovió la copia de una carta
enviada desde la prisión por la Testigo holandesa Deliana Rademakers.
Dirigiéndose a su familia, escribió:
“Prometí hacer la voluntad de Jehová.*
No*tengan miedo. Sean valientes.
Jehová está con nosotros”.
En*1942, Deliana fue deportada a Auschwitz,
donde murió menos de tres semanas después.
En total, hubo unos cuatrocientos Testigos en Auschwitz.
Tres de los supervivientes estuvieron presentes
en la apertura de la exposición,
y allí relataron sus experiencias y contestaron a las preguntas
de los periodistas. Demostraron la misma entereza
que les permitió sobrevivir a las condiciones del campo.
La investigadora Teresa Wontor-Cichy, del museo estatal,
escribió lo siguiente:
“Con su postura, este pequeño grupo influyó positivamente
en otros prisioneros; la resistencia y determinación
que demostraba cada uno de ellos
a diario reforzó la convicción de otros presos de que,
sin importar las condiciones que se afronten,
es posible ser fiel a los principios*en que uno cree”
[Encarcelados por su fe.
Los testigos de Jehová
en el campo de concentración de Auschwitz]).