No, fue al revés, eso funcionó con él porque yo apliqué tales técnicas para con él. Me costó, y mucho.
Por otro lado, y para no desviarme del tema, no me ha quedado del todo claro que un ateo hable más de un Dios que el creyente mismo, y cosa rara, me fascina la gran similitud entre un fanático y un ateo. Y tal como el fanático, así, pues, el ateo.
Realmente parece que aquí hay mucha amistad y camaradería. Se siente en el aire ese sentimiento de cercanía. Hasta los más frágiles que entran a provocar se dejan extasiar por ese sentimiento. Son gente misericordiosa y humilde que nunca lanzan indirectas ni arremeten ni nada por el estilo. Son amigos de corazón. Personas en las que se puede confiar, y más falsas que un billete de Monopoly.
Debemos despedazarnos recíprocamente pues la concordia únicamente puede nacer de los contrarios. Su tregua equivale a una conspiración para hacer que triunfe la impotencia y el colapso de la inteligencia.