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Invitaciòn
Visita hoy mis labios:
te purificarà su agua milagrosa,
Recita los verscìculos que leas en mis ojos:
te guiaràn por largas travesìas.
Acèrcate a la hoguera de mis senos:
te auguro que no encontraràs mejor destino.
Derrama licores sobre mi pelvis de canela:
no te alcanzarà la vida para tanta muerte.
Corta el miedo que se apodera en tu garganta:
y succiona el màs frutal de los venenos.
Socorro Trejo Sirvent
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En tu misterio de jardines,
¡atraparé una rosa blanca!
Besaré cada pétalo bruñido por el sol de mayo
y beberé de su cáliz la fotosíntesis de su esgrima.
transpiraré por su amor mi fantasía
y crecerá mis ansias de columpiarme, junto a ti,
en medio de la flora.
No, ridícula será la sed de mi amor
cuando en tu fresco palpe tu desnudo
de sal y aroma,
y contemple el polo magnético
de tu cuerpo , ¡y la hegemonía de tu karma!
Besaré del rocío cada gota
hasta agotarte entre mis brazos
y contemplarte como una tempera en mi cuadro
absolutamente, tierna, húmeda y sabrosa.
Cuál esos pétalos de la rosa blanca.
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Pequeñas lecciones de erotismo
I
Recorrer un cuerpo en su extensión de vela
es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa de los vientos
islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas
no es tarea fácil -si placentera-
No creas hacerlo en un día o noche
de sábanas explayadas.
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas
II
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado.
Encuentras un astro y quizá deberás empezar
a corregir el rumbo cuando nube huracán
o aullido profundo
te pongan estremecimientos.
Cuenco de la mano que no sospechaste
III
Repasa muchas veces una extensión
Encuentra el lago de los nenúfares
Acaricia con tu ancla el centro del lirio
Sumérgete ahógate distiéndete
No te niegues el olor la sal el azúcar
Los vientos profundos
cúmulos nimbus de los pulmones
niebla en el cerebro
temblor de las piernas
maremoto adormecido de los besos
IV
Instálate en el humus sin miedo
al desgaste sin prisa
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del paraíso
Acuna tu ángel caído
revuélvele la espesa cabellera
con la espada de fuego usurpada
Muerde la manzana
V
Huele
Duele
Intercambia miradas saliva impregnante
Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Arco del andar bahías formando arqueado caminar
Gústalos
VI
Escucha caracola del oído
como gime la humedad
Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
Poros que se alzan formando diminutas montañas
Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
Suave puente nuca desciende al mar pecho
Marea del corazón susúrrale
Encuentra la gruta del agua
VII
Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza
Navega loco en la juntura de los océanos
Cruza las algas ármate de corales ulula gime
Emerge con la rama de olivo
Llora socavando ternuras ocultas
Desnuda miradas de asombro
Despeña el sextante desde lo alto de la pestaña
Arquea las cejas abre ventanas de la nariz
VIII
Aspira suspira
Muérete un poco
Dulce lentamente muérete
Agoniza contra la pupila extiende el goce
Dobla el mástil hincha las velas
Navega dobla hacia Venus
estrella de la mañana
-el mar como un vasto cristal azogado-
Duérmete náufrago.
Gioconda Belli
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LA PASION SE VISTE DE ROJO
La pasión se viste de rojo en mis noches solitarias,
diosa del jardín de Afrodita plena de resplandor,
dosel de mi cabecera, sueño de todos mis sueños,
yo quisiera ser tu dueño y en eterna primavera,
tenerte siempre a mi vera para hacerte el amor.
Con los ojos te deboro cuando contemplo tu cuerpo,
mis canas de oro y plata se visten de luz y color,
deseo tener en mi lecho la fragancia de tu aroma,
insomne con tus caricias mantenerme en la vigilia,
dormirme cuando el sol brillase satisfecho de tu amor.
Despertarme con tus labios vestido de rojo fuego,
ese rojo que me enciende hasta causarme dolor,
cuando contemplo tu cuerpo inalcanzable a mis besos,
quisiera estar entre tus brazos y llenarte de mi amor.
Contigo mujer hermosa no me siento envejecido,
de tanto mirar tu foto ese rojo se apagó
pero sueño mío, la vida aún no me ha vencido
y en este mi propio sueño, me has dedicado tu amor.
Ángel Reyes
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