no abandonando el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos
Los cristianos verdaderos, están unidos en una organización
diseñada para enseñar la palabra de Jehová
y su propósito para la tierra
Una asociación de personas cuyos esfuerzos han sido encauzados
para lograr cierta obra en particular constituye una organización.
Juan 10:16: “Tengo otras ovejas, que no son de este redil;
a ésas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.”
Puesto que Jesús las juntaría en “un solo rebaño”,
¿no es patente que no podrían estar dispersadas en las religiones de la cristiandad?
Heb. 10:24, 25: “Considerémonos unos a otros
para incitarnos al amor y a las obras excelentes,
no abandonando el reunirnos,
como algunos tienen por costumbre,
sino animándonos unos a otros,
y tanto más al contemplar ustedes que el día va acercándose.”
?Para cumplir este mandato bíblico, hay que celebrar reuniones cristianas
a las cuales podamos asistir con regularidad.
Tal arreglo nos anima a expresar amor a otros,
en vez de interesarnos solo en nosotros.
Mat. 24:14: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
?Para que todas las naciones tengan la oportunidad de escuchar las buenas nuevas,
la predicación tiene que efectuarse de manera ordenada,
con superintendencia apropiada.
El amor a Dios y a sus semejantes ha hecho que personas de toda la Tierra
hayan aunado sus esfuerzos para efectuar esta obra.
¿Cómo se efectuaría esto sin organización?
Cuando Jesús dio a sus primeros discípulos la instrucción de que efectuaran esta obra,
no dijo sencillamente a cada uno que fuera a donde deseara
y que compartiera con otros su fe de la manera que prefiriera.
Los adiestró, les dio instrucciones y los envió de manera organizada.
Véase Lucas 8:1; 9:1-6; 10:1-16.