Iniciado por
Loma_P
Conozco el dolor también yo, el no quererlo sentir no es de cobardes, es de prudentes. Tu capacidad de sentirlo te humaniza, y el recordalo sabio.
Te contaré que mi segundo hijo estaba intrigadísimo en el por qué me iba durante un par de meses al año a África a las hambrunas a ayudar en lo que podía, y un día me dijo que me quería acompañar, el es muy alegre y cachitas porque es deportista, tiene mi mismo caracter, impulsivo con bastante don de gentes. La cuestión nos fuimos aquel verano a Etiopía los dos, en el viaje todo fenomenal, cuando llegamos el solo hablaba inglés y español, lo cual en principio era suficiente, dormimos aquella noche en el campamento esperando que la organización hiciera el reparto correspondiente. A la mañana siguiente nos llevaron en camiones a los distintos puestos que estaban repartidos por el desierto pues lo etiópes se lo atrevesaban andando abandonando a los hijos mas débiles por la imposibilidad de acarrear con todos.
Cuando mi hijo los vió por primera vez y comenzamos a recoger primero a los vivos por decir algo y montándolos en el camión, se puso a llorar como cuando era chiquitín, me miraba y vomitaba como un poseso entre recogida y recogida, y en la noche bajo aquel cielo tan bonito que cubría tanta muerte y dolor se quedó dormido exhasto llorando en mi regazo mientras me decía "Madre .. estás loca ¿Cómo puedes venir aquí cada año?, cuando le respondí ya le tenía dormido apoyado en mí. ¡Que triste y que bonito lo que sentí en aquel momento etanol!.
El no pudo volver nunca más, yo este año ha sido el último pues mi corazón ya me ha parado en seco, pero encontraré la manera de seguir haciendo algo por todos ellos sin que repercuta en mi salud.
El dolor forma parte de nosotros, el no sentirlo es lo preocupante. ¡¡Bienvenido al mundo de los vivos ... antes que estemos muertos!!, yo te saludo.